07. GiyuuTan

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Los labios de Tanjirō son suaves, y maravillosamente dulces. Casi tanto como los chocolates que le obsequió a Giyuu por San Valentín.

Y Giyuu casi tiene ganas de agradecerle a Mitsuri por hablarles sobre la foránea festividad, pues es gracias a eso que pudo besar a Tanjirō.

Aunque, la verdad es que ni él mismo se explica cómo pasó. Fue inesperado y espontáneo. Como algo que, simplemente, tenía que ocurrir.

Tanjirō le entregó los chocolates, él sugirió que los compartieran; y lo último que supo, además de que Tanjirō se veía inconfesablemente lindo mientras degustaba por primera vez, fascinado, el bocadillo, fue que sus dedos ahora estaban limpiando los restos que habían quedado en el labio inferior ajeno.

Nadie pronunció palabra alguna. Se quedaron completamente quietos, incapaces de mirarse a los ojos; y sin que ninguno lo notara, la distancia entre ellos de pronto desapareció.

Comenzó con un roce delicado. Sus labios se presionaron gentilmente contra los de Tanjirō, primero una vez, y luego dos. Desde ahí perdió la cuenta.

Giyuu ansioso, impaciente.

Tanjirō, con el corazón ardiendo en una mezcla de felicidad y nervios.

Entonces, Giyuu se separó y de manera inconsciente se relamió los labios, sintiendo el sabor dulce del chocolate que robó de la boca ajena.

Y Tanjirō sintió que acababan de arrebatarle el corazón.

A light is never dim, cold or alone.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora