2. Liar, liar, pants on fire!

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Juliana observaba detenidamente la condensación del vaso de cristal frente a ella, pequeñas gotas bajaban y ella las recogía con su índice ignorando a propósito las miradas de sus dos amigas a cada lado de ella en la larga barra. Fernanda con cara de impresión y Paulina con un rostro de confusión e intriga.

"A ver si entiendo" habló Paulina y llamó su atención hacia su mirada "entonces conoces a esta chica, te la llevas a casa, tienen sexo, te compra desayuno como agradecimiento y deja un anillo" toma dicho objeto "que además puede costar una pequeña fortuna" susurra y Juliana lo guarda nuevamente ante el comentario.

"Su propia Cenicienta lesbiana" replica Fernanda con una sonrisa "ahora deberá recorrer todo el reino midiendo el anillo en infinidad de dedos hasta encontrar a su propietaria" finaliza con dramatismo y una mano en su frente. Juliana le da un empujón, pero no puede evitar sonreír.

"¿Y luego? ¿Qué pasa cuando la encuentres?" pregunta Paulina con una ceja oscura levantada.

"Nada, está casada" responde con obviedad la morena "y ¿quién dijo que la estoy buscando?"

"Puede estar comprometida" interrumpió Fernanda "¿cómo dijiste que se llama? ¿Violeta? Conozco a una Violeta, y no está casada, pero es una loca en la cama" sube y baja las cejas ganándose un gruñido de sus acompañantes.

"Valeria" corrige Juliana "y como sea, comprometida, casada, lo que sea, no pienso meterme en medio de eso"

"Bueno, no tenía puesto el anillo" Fernanda confirmó "puede ser cualquier cosa" estiró sus dedos y enlistó "no lo quería perder, está casada, comprometida o le va a proponer a alguien"

Paulina solo miraba fijamente a Juliana, sus ojos oscuros parecían estarla leyendo y eso la inquietaba, porque si había alguien podía ver a través de la morena era ella.

Se conocían desde la época de la preparatoria. Juliana, recién mudada de San Antonio, prefería que su presencia pasara desapercibida por el cuerpo estudiantil, hasta que un día Paulina se paró frente a ella y le dijo 'Valdés, eres malísima en matemáticas' a lo que Juliana arrugó sus cejas, pero antes de hablar la chica siguió 'te propongo un trato, yo te ayudo con eso y tú me haces los dibujos de artística' finalizó señalando el cuaderno de la morena y estirando su mano para cerrar su negocio. Juliana aceptó y cerraron no solo un trato sino una amistad para toda la vida.

Paulina entrecerró sus ojos "Juli, si no estás buscando a esta chica, como dices tú, ¿qué hacemos acá?" dijo finalmente.

"¿Qué? Venir acá fue plan de Fer no mío" respondió indignada.

"Aja, ya veo" se cruzó de brazos mientras Juliana se removía algo incomoda y bebía de su vaso mirando a otro lado. Ella se había hecho la misma pregunta: ¿qué hacia acá? Se encontraban en el mismo club, y si bien Fernanda lo propuso, ella ni siquiera le refutó la idea, Paulina solo se había encogido de hombros aceptando.

Juliana no sabía precisamente qué quería. Lo que pensó era algo de una noche y que probablemente tendría como un recuerdo vago, nada relevante, terminó siendo algo inolvidable. Tenía esos ojos azules grabados en su mente, junto al cuerpo y los sonidos que logró sacar de Val, nada más recordarlo la ponía. Sin embargo, entre todo fue esa charla acerca de la escultura, el desayuno en su encimera y un sentimiento de conexión que no se podía sacudir de su cabeza.

"No te culpo Juli, yo también tendría ganas de repetir" expresó Fernanda con media sonrisa "casada o como sea, esa mujer era un 10 de 10" Juliana solo dejó salir una pequeña sonrisa que escondió detrás del vaso "tengo una idea, vamos a investigar"

Y así fue como pasaron el resto del tiempo en la barra del club, buscando a su 'one night stand' a través de las redes de la muy popular Fernanda, pero nadie parecía conocerla. Tampoco estaba dentro de su gran círculo social, ni una sola Valeria que cumpliera con la descripción de la chica, fuera soltera, casada o recientemente comprometida. Juliana se rehusaba a admitirse a sí misma que lo que sintió en su pecho fue una punzada de decepción.

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