Único Capitulo

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Basado en la película "llámame por tu nombre"

Al amargo y sensible peso que deja sobre una persona que amaba a alguien con quien no puede estar por miedo a la sociedad, es una de las situaciones más horribles que puede existir en la vida. Se dice una y otra vez que lo haces por el bien de la persona ajena, pero, ¿realmente era así? ¿O era el egoísmo disfrazado de sacrificio lo que hablaba? Para Dean Winchester era bastante fácil responder la pregunta y le pareció correcto hasta que luego todo se volvió en su contra. Hasta que hubo un punto en el que quiso mirar atrás y no pudo, y se maldijo... se maldijo por perderlo a él.

Era un día caluroso en la mansión Novak. Castiel había salido con un libro entre la nariz y una idea ligera de cómo completar su historia. La madre de Castiel, siempre bondadosa, ofreció a su hijo el desayuno. Cass aceptó, pero no quitó los ojos de su libro, tomando una que otra nota. No fue hasta que su madre llamó su atención que decidió cerrar el libro y se dio cuenta de que estaban solos en la mesa. Esperaba ver a su padre y más aún, esperaba ver a Dean Winchester sentado a su lado como era de costumbre en las ultimas semanas.

- ¿Y papá y Dean?.- le preguntó a su madre, metiéndose un trozo de fruta a la boca. Su madre bebió de su jugo antes de contestar.

- Salieron esta mañana a la ciudad. Dean tenía algunas cosas que hacer y llevó su manuscrito a revisar. Tenemos la tarde libre. Podrías invitar a tus amigos a venir.

Le dijo con amabilidad. Castiel se lo pensó de forma seria, hasta que recordó el día en el que estaban. 14 de febrero, día del amor y la amistad. Especialmente ese día no significaba nada para Cass, hasta que Dean había llegado y por supuesto, como había echo con todo, puso la fecha patas arriba. Miró a su madre con una pequeña sonrisa.

- Me parece que lo dejaremos para otro día. No me siento muy bien hoy.- le mintió. Castiel mentía fatal y su madre lo notaba cada vez que lo hacía, pero en esa ocasión decidió dejarlo

- Muy bien. ¿Necesitas un médico?.- le dijo, mirando a su hijo con ojo evaluativo. Castiel tenía que pensar que su madre se lo había tragado

- No, mamá. Estoy bien. Solo necesito descansar.- terminó su desayuno y volvió y tomar sus cosas, para luego ponerse de pie

- Nos vemos más tarde.- le dijo a su madre y entró de nuevo a la mansión para ir hasta su habitación.

Una vez ahí, Castiel fue hasta su pequeño escritorio para buscar alguna idea de que regalarle a Dean, cuando se encontró con una pequeña nota sobre sus libros. Seguro estaba ahí cuando había despertado pero no la vio por ir distraído con la lectura. Tomó la pequeña hojita y la leyó.

Con palabras simples y garabatos rápidos, Dean había escrito: Esta noche, en medio del huerto. A las 11. Se puntual, angelito ;).

Cass casi tuvo ganas de reír. Solo Dean dejaba notas a la antigua y al pelinegro le encantaba eso. Le encantaba todo del mayor. Acarició la nota y luego se sentó sobre la silla frente a su escritorio, poniendo algo de música y tratando de pensar en que regalarle al que, estaba seguro, era el amor de su vida.

Para cuando dieron las siete de la noche, Cass ya tenía una pequeña cajita envuelta en un papel del color exacto de los ojos de Dean. Tomó esta y la metió debajo de su almohada, solo por si a Dean se le ocurriría entrar ahí. Sabía que el ojiverde era demasiado curioso por naturaleza y ver regalos que iban destinados para él era una tentación más que grande.

Bajó las escaleras de dos en dos y luego fue rápidamente a la cocina. Hacia rato, su padre había regresado sin Dean, el cual se había disculpado con Chuck alegando que tenía otras cosas que hacer y no quería retenerlo.

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⏰ Última actualización: Feb 06, 2021 ⏰

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