Punto De Quiebre

16.3K 289 21
                                    

Al otro día desperté a mi Ama como se debe, preparé desayuno, me bañe, comí y ambas salimos hacia mi trabajo, mi Ama se había ofrecido amablemente a llevarme y yo estaba encantada de poder pasar unos minutos más con ella antes de trabajar.
-no me escribas ni me llames al menos que sea una emergencia - dijo mi Ama antes que me bajara del auto - quiero que te enfoques al 100% ¿entendido?.
-si mi Ama, no se preocupe - contesté y baje del auto.
La mañana pasó sin mayor novedad para variar, no tenía ni una clienta, me sentía frustrada, a este paso nunca lograría pagar mis deudas, era lo único de lo que me tenía que hacer cargo, ya que mi Ama había cubierto todo lo demás, si esto no mejoraba tendría que vender el auto que ella me ayudo a escoger, no quería hacer eso ya que la compra de mi auto fue un momento muy especial para las dos, ella me acompañó, me apoyo en cada paso e incluso me ayudó a negociar un mejor precio. Pero si esto seguía así no tendría otra alternativa.
Unos minutos antes de la hora de almuerzo la dueña del spa me llamó a su oficina, me puse muy nerviosa.
-bueno Carolina, como sabrás los tratamientos de cosmetología han ido cada vez más en bajada...
-lo sé - respondí - pero estoy haciendo todo lo posible por atraer más clientes, he publicado en redes sociales, he llamado a clientas antiguas y...
-carolina - dijo levantando una mano para callarme - no me cabe duda que has hecho todo lo que puedes pero, esto no puede seguir así, las finanzas del spa no lo resisten, me da mucha pena decirte esto, pero ya no podrás seguir trabajando con nosotros. Usaremos el espacio del gabinete para algo más rentable.
Me quedé helada, no podía ser, no podía ser, necesitaba mucho ese trabajo.
- señorita Ramírez, por favor deme una oportunidad más se que puedo remediar esto.
- no estoy dudando de tus capacidades Carolina pero ya es tarde mañana empezarán las remodelaciones. Yo te aconsejo que te vayas y aproveches de descansar en la tarde.
- si... Claro, claro... Bueno, permiso - me levante y caminé hacia el gabinete como un alma en pena, tomé mis cosas y salí. Al verme todos dijeron que lo sentían mucho, camine una cuadra hasta un parque cercano, me senté en una banca y me largué a llorar.
"¿Qué voy a hacer?, ¿qué voy a hacer?, tendré que vender el auto, soy una inútil, lo único que tenía que hacer era mantener el trabajo y juntar plata pero, no, tenía que arruinarlo todo, soy una inútil, una estúpida ¿que voy a hacer ahora?" pensé, las lágrimas inundaron mi rostro, no podía dejar de llorar. Respiré, necesitaba oír la voz de mi Ama, la necesitaba con desesperación, su voz, sus brazos, su fuerza... Respiré y marqué su número.
-hola mi perra, ¿pasó algo?.
-Ama... Mi Ama... - dije con la voz quebrada sin poder dejar de llorar.
-¿estás llorando mi niña? - dijo con preocupación.
-si mi Ama... Yo... Lo que pasa es... - no podía hablar por la angustia.
-mi niña, me estás asustando, cálmate, respira y dime que pasó.
Respiré profundo y exhale.
-Ama... Me despidieron... Me echaron... No sé que hacer - dije entre sollozos.
-mi amor... Tranquila, todo estará bien... ¿Dónde estás?
-en la plaza a una cuadra del spa, mi Ama - dije un poco más calmada, su voz era mejor que cualquier ansiolítico.
-quédate ahí, es una orden, iré por ti - dijo.
Me sorprendió, ella trabajaba hasta las 7 y apenas eran las 2.
-pero... Mi Ama, ud tiene que trabajar... Yo puedo ir... - empecé a decir pero ella me corto.
-he dicho que te quedes ahí ¿he sido clara?.
-si mi Ama - contesté sin poder creer lo que me estaba diciendo.
-buena chica, piensa en mi mientras llego, no pienses en nada más ¿de acuerdo?.
-claro mi Ama. - dije y ella cortó.
Me quedé ahí con mi bolso en el regazo, saqué un cigarro y lo prendí, "en serio me saque el premio mayor con ella, es increíble, en serio no merezco a alguien tan increíble en mi vida" pensé, era increíble el efecto que ella tenía en mi, solo saber que la vería pronto hacia que desapareciera toda mi angustia, bueno, quizás no toda pero, la mayor parte.
Pasado una hora vi el auto de mi Ama, bajo y caminó directamente hacia mi, seguro me había visto desde el auto. Me pare para recibirla a penas llegó a mi lado me abrazo con fuerza.
-tranquila, mi perra, todo estará bien, ya lo verás.
-Ama!... - dije y me largué a llorar de nuevo, esta vez en su hombro. Me sentía estúpida y débil llorando tanto, me sentía tan frágil que podría quebrarme en cualquier momento.
-lo sé, lo sé... Estas angustiada y frustrada, llora en mi hombro todo lo que tengas que llorar, aquí estoy para cuidarte cariño.
-es la mejor mi Ama, ¿que haría sin Ud?
-seguir siendo la maravillosa persona que eres - dijo besando mi frente.
-perdón mi Ama, perdón por ser tan inútil y débil, incluso la moleste en su trabajo porque no soy capaz de lidiar sola con esto yo... - empecé a decir, ella me tomó por los hombros con firmeza.
-silencio - ordenó, me callé al instante - nunca más vuelvas a hablar mal de ti misma ¿has entendido?.
-si mi Ama
-eres una persona maravillosa, una perra increíble y una pequeña adorable, soy muy afortunada al tenerte. ¿Cuando vas a entender lo grandiosa que eres y lo especial que eres para mi?.
Me quede callada, no sabía que decir sentía como si un ángel me estuviera bendiciendo... Después de un minuto volví a la realidad y volví a angustiarme.
-pero ¿que voy a hacer Ama?... Mis deudas... Tendré que vender el auto, nuestro auto especial... ¿Que voy a hacer?
-lo primero que harás será entrar al auto y tranquilizarte, todo tiene solución, vamos.
-si Ama, gracias - caminamos hacia el auto, subimos y mi Ama manejó hacia casa.
Yo miraba por la ventana con los ojos hinchados de tanto llorar y tratando de no volver a llorar, estaba muy angustiada pero la compañía de mi Ama era como un bálsamo para mi alma.
-tranquila mi perrita, no tendrás que vender nuestro auto - dijo mirándome de reojo con una sonrisa.
-no quiero hacerlo pero no sé que otra cosa hacer.
-a veces las cosas se solucionan de la manera en que menos esperas - dijo sonriendo acariciando mi mejilla con una mano mientras con la otra sostenía el volante.
La quedé mirando confundida sin saber a qué se refería pero se veía tan segura que me sentí segura también, tenía razón de alguna forma u otra se solucionarían las cosas.

Entramos al departamento, preparé algo de comer y nos sentamos a la mesa. Esta vez mi Ama me permitió sentarme a su lado y ocupar mis manos para comer, se lo agradecí mucho.
-creo que tengo una solución para tu problema más urgente, la deuda – dijo seriamente, yo la miré sin entender a lo que se refería – si no se paga ahora los intereses se seguirán acumulando y con el tiempo se hará impagable – pensar en eso me ponía nerviosa, tenía razón, no había forma de que yo pudiera pagar eso, ella me miró con calma y preguntó -¿de cuánto es tu deuda, pequeña?
- de 3,5 millones de pesos, mi Ama – respondí avergonzada – al principio era solo un millón pero se fueron acumulando interesantes altísimo y quedó en eso.
-entiendo – dijo pensativa – otro motivo para liquidarla ahora.
-si mi Ama, pero me es imposible, apenas junte 400 mil
-creo que no estás entendiendo pequeña, yo pagaré la deuda por ti.
- mi Ama, se lo agradezco mucho pero no puedo aceptarlo, es mucho dinero
-para mi no lo es, no te lo había dicho pero, las utilidades de mi empresa son de más de 50 millones de peso y eso cuando nos va mal.
-¡¿qué?! – exclamé sorprendida – no puede ser…
-así es pequeña, así que pagaré tu deuda y me haré cargo de ti mientras buscas un trabajo, aunque para serte sincera yo preferiría que no trabajes y estés disponible para mi todo el tiempo que estés en rol 24/7.
-ya estoy en rol todo el tiempo mi Ama – dije ticando mi collar que estaba siempre muy bien ajustado a mi cuello.
-si, sé que esa es tu intención, y cuando estás conmigo lo logras pero es inevitable que el trabajo te distraiga de tus deberes de sumisa. Pero no quiero imponértelo, quiero que sea tu decisión.
Me quedé mirándola, pensativa… ¿Cómo habíamos pasado de hablar de mis problemas financieros a esto? Lo que me ofrecía era tentador, muy tentador. Por una parte era algo que siempre había soñado, algo que vivía en mis más locas fantasías; pero por otro lado yo era orgullosa, creo que no me sentiría bien dejando que ella se haga cargo de mi incluso en lo financiero (aunque ahora ya lo estaba haciendo), trabajar me hacía sentir útil, que estaba aportando algo al mundo. No sabía que decir era una decisión muy seria y complicada.
-¿podría pensarlo por un par de días mi Ama?
-claro, cariño, tómate el tiempo que necesites, es una decisión muy importante. Por lo pronto iremos hoy mismo a liquidar tu deuda.
-gracias mi Ama, es la mejor – dije.
Tomamos nuestras carteras y subimos al auto camino al banco, apenas llegamos el guardia nos pregunto que necesitamos.
-venimos a liquidar la deuda de la señorita Carolina López.
-por aquí – dijo el guardia guiándonos a la sala de espera de los ejecutivos – tomen asiento por favor, las llamarán enseguida.
-gracias – dijimos al unísono.
Esperamos unos 10 minutos y nos atendió un ejecutivo, le pasé mi carnet de identidad y verificó todos los datos en el sistema.
-la deuda es de 3.005.695 – dijo la ejecutiva, finalmente - ¿desean hacer una repactación?
-no, queremos pagar el total de la deuda – dijo mi Ama con tranquilidad.
-bueno… en ese caso, tome esto y pude pasar por caja – dijo la ejecutiva, un tanto asombrada, nos tendió un papel.
Mi Ama lo tomó y fuimos a caja, yo la seguía caminando detrás de ella. Pagó como si estuviese comprando una gaseosa, yo no lo podía creer. Cuando volvimos al auto le dije.
-Gracias mi Ama, juro que le devolveré hasta el último peso.
-eso no es necesario, mi perra, mejor piensa en la propuesta que te hice.
-claro mi Ama – respondí pensativa.
Llegamos a casa y volvimos a nuestra dinámica habitual, preparé la cena y la serví, mi plato en el suelo frente al cojín que mi Ama siempre ponía para cuidar mis rodillas.
Después de comer mi Ama se levantó, tomó un libro y se sentó en un butacón victoriano. Yo la seguí gateando en 4 patas y cuando se sentó me senté sobre mis talones a su lado y me abracé a sus piernas, al sentirme ella sonrío y apartando el libro dijo.
-¿Qué quieres perra?
-guau guau – respondí mirándola hacia arriba.
-puedes hablar.
-solo quiero estar a su lado mi Ama, y si le permite adorar sus pies.
-esta bien, puedes hacerlo mi perra.
-gracias mi Ama – dije y comencé a adorar sus zapatos, llevaba unos botines puntiagudos, negros, sin mucho taco. Ella siguió leyendo un rato y luego dijo:
-muéstrame tu concha perra – me acosté en el suelo boca arriba y me abrí de piernas para ella. Empezó a jugar con la punta de sus zapatos en mis labios vaginales - ¿de quien es esa concha, perra?.
-es suya mi Ama
-así que es mía, entonces puedo hacer lo que yo quiera con ella.
-si mi Ama, puede hacer lo que Ud quiera.
-mmmm… me encanta esa conchita – dijo y empezó a jugar más con mis labios provocando que me mojara aún más de lo que ya estaba. Luego introduzco la punta en mi vagina haciéndome gemir, la metía y sacaba repetidas veces. – eres una sucia puta – dijo y me escupió desde su pedestal (el butacón) siguió así hasta que estuve a punto de acabar – no te corras, puta.
-si mi Ama – respondí, ella alejó el botín de mí y me ordenó limpiarlo con la lengua, me puse en 4 y lamí hasta dejar el botín reluciente.
-buena perra, ahora ve y siéntate en nuestro “sillón especial” – dijo, teniamos un sillon que usábamos para bondage y tortura, tenia asiento de terciopelo negro y reposa brazos y respaldo de madera que permitía pasar cuerdas a través de ella.
- si mi Ama – dije y corrí a sentarme, ella sacó del cajón cuerdas, pinzas, dos dildos con vibración, no muy gruesos y un mágic inalámbrico. Primero ató mi pecho y mi espalda al respaldo haciendo un arnés de pecho luego siguió con mis brazos dejando el brazo pegado desde la muñeca al codo al reposabrazos del sillón, hizo lo mismo con el otro brazo, enseguida subió mis pies al asiento y empujó mis rodillas para afuera para que quedara bien abierta, las ató a los laterales y las patas del sillón. Estaba totalmente inmovilizada, totalmente a su merced y me encantaba.
Primero puso las pinzas en mis pezones, 4 alrededor y 1 en la punta de cada uno, cada pinza me sacaba un jadeo. Luego me besó tirando de mi pelo hacia atrás y me estranguló por 20 segundos, soltaba por 10 y volvía a estrangularme, así 15 veces, me introduzco dos dedos y pudo comprobar lo mojada que estaba.
-mmmm putita, ya estas muy mojada y apenas estamos empezando – dijo moviendo sus dedos dentro de mi.
-mmmm… Amaaa… mmmm… no puedo evitarlo, me vuelve loca.
-ya vas a ver lo loca que te vas a poner con lo que tengo pensado para ti. Recuerda que no puedes correrte sin mi permiso.
-mmmmm… si mi Ama
Sacó sus dedos de mi y metió el dildo, prendió la vibración al máximo y empezó a sacarlo y meterlo fuerte.
-mmmmm… mmmm… ohhh mi Ama… mmmm… ahhh… Ama me encanta… ohhhh
Siguió masturbándome con el dildo y esta vez empezó con movimientos circulares, yo gemía y gritaba de placer.
-mmmm…. Ahhhh… por favor Ama, déjeme correrme… mmmm
-aun no putita.
-mmmm – gemí frustrada, la vibración se sentía cada vez más potente y el ritmo con el cual me masturbaba era perfecto, solo podía gemir una y otra vez, cada vez más alto, cada vez más profundo. – por favor Ama…. Mmmmm
-¿Quieres tu orgasmo perra?.
-sí mi Ama, por favor… mmmm
-pues suplica por él – dijo en un tono deliciosamente malicioso.
-por favor, por favor mi Ama… aammmm… permita que me corra
-esa súplica no es suficiente suplica más.
-ooohhhh, mmmm… se lo suplico mi Ama… por favor déjenme correrme. – dije forcejeando con las cuerdas, mi cuerpo se quería retrorcer entero. Mi Ama empezó a masturbarme sin\ piedad, todo lo fuerte que podía, empecé a gritar de placer – ahhh… ahh… Ama por favor… ahhh.
-esas súplicas no me satisfacen, sigue. – dijo con un tono un tanto altanero
-aaahhh… Ammaaaa…. Solo soy una perra inmunda… ahhh… lo único que quiero es mi orgasmo… por favor.
-Quieres tu orgasmo?
-si Amaaaa pooorrr faaavooor
-cuántos quieres?
-muchos mi Ama.
-te dejaré acabar, solo si después me das 30 más, aunque supliques no me detendré hasta los 30 ¿entendido?
-si, si mi Ama ahhh, por favor – dije sin pensar mis palabras.
-perfecto, entonces puedes correrte, después de cada orgasmo me darás las gracias.
- si, gracias mi Ama – dije y deje fluir mi orgasmo con un gran gemido – gracias mi Ama.
Ella siguió masturbandome y metió el segundo dildo en mi haciendome gritar de dolor y placer, puso la vibración al máximo y sacó las pinzas de mis pezones que ya llevaban mucho tiempo, se sintió un alivio doloroso, empezó a chupar mis tetas mientras empujaba los dildos más adentro.
-mmmm… ahhhh… me vuelve loca mi Ama…. – dos minutos después llego el segundo orgasmo – ahhhh gracias miii AAAmmmaaa.
-van dos, faltan 28 – dijo y me comió la boca, empezó a empujar ambos dildos dentro y fuera al mismo tiempo, estuvo así dos minutos más.
-ahhhh…. Graaaciiiaaas mi Amaaaa.
-van 3 – dijo y comenzó a ahorcarme de nuevo 20 segundos y luego soltó por 10, lo hizo 3 veces y llegó el 4 orgasmo.
-aahh… gracias… mi… Ama – dije entre jadeos.
Luego siguió poniendo el magic sobre mi clitroris mientras movía los dildos, llegue al siguiente orgasmo y suplique que se detuviera pero no lo hizo, siguió con su hermosa tortura, así hasta lograr 5 orgasmos más, mis orgasmos venían cada vez más rápidos y eran cada vez más intensos.
-van 10, faltan 20 – dijo con seriedad.
-ammm… ammm… ya no puedo más… ammm… aaammaa pooor favor.
Ella sonreía maliciosamente ante cada una de mis súplicas era casi como si tuviera un orgasmo mental al escucharme.
-¿no querías orgasmos perra? Aquí tienes orgasmos – dijo y me abofeteo
-nooo, yaaa nooo quiieerroooo ahhhh – me volvió a abofetear y llegó el siguiente orgasmo – gracias mi Ama.
Siguió masturbándome intercalando ritmo fuerte y suave, entre gemidos jadeos y súplicas llegaron 10 orgasmos más
-van 21, faltan 9
- ya… no… puedo… más – dije echando la cabeza hacía atrás, agotada.
-si puedes, solo 9 más, lo estas haciendo muy bien perra – dijo y me beso, junto con su beso llegó el siguiente orgasmo, mi cuerpo luchaba contra las cuerdas desesperado, mi Ama sacó los dildos, metió el magic profundo en mi concha y lo puso a máxima velocidad, me manoseaba todo el cuerpo y asi logre llegar a los 30 orgasmos. Enseguida mi Ama apago el magic y lo guardó. Me acaricio la cabeza y dijo:
-has sido una buena perra, como premio esta noche dormirás conmigo – enseguida soltó las cuerdas y me desplome sobre el sillón con los ojos cerrados. Me tomó en brazos y agregó – que perra más buena.
Al escucharla abrí los ojos y sonreí.
-¿soy una perra buena?
-si, cariño, una muy buena.
Me dejó sobre la cama, me tapó con una frazada y luego preparó el baño, enseguida me tomó en brazos de nuevo y me metió en la tina. Al sentir el agua mis músculos se relajaron y la tensión abandonó mi cuerpo, mi Ama me miraba como si estuviera viendo a un ángel.
-en serio me saque el premiado contigo.
-no Ama, yo me saque el premio con Ud, yo solo soy reflejo de su grandeza.
Sonrío y me beso la frente, me sacó del agua y me ayudo a secarme.
Luego nos acostamos haciendo “cucharita” toda la noche.

La Sumisa 1: mi Ama y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora