Errores

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Ya habían pasado 5 maravillosos meses desde que empecé a trabajar con mi Ama. Aunque habían muchos rumores de pasillo sobre ella y yo no me importaba.
Cuando llegamos a la oficina ese día un trío de chicas estaba cuchicheando, al vernos una susurro “ahí vienen” y se quedaron en silencio de inmediato.
No le di importancia y seguí a mi Ama hasta su oficina, ella me hizo entrar. Saco un calzón vibrador con su respectivo control remoto y me lo pasó.
-ponte esto, hoy lo usarás todo el día – dijo con una sonrisa malvada y sexy – y, por si acaso, no puedes correrte.
-si, mi Ama – dije, tome el calzón, me quite mi ropa interior y me lo puse.
-ahora vamos a tu escritorio – dijo.
Yo asentí y, cuando estaba en el umbral de la puerta, encendió el vibrador. Me detuve un segundo.
-mmm… - jadee bajito para que nadie escuchara.
-¿Qué pasa, cariño? Camina – ordenó mi Ama.
Obedecí a duras penas, apretando los puños para controlarme.
-bien, ahora necesito que me recuerdes las reuniones del día – dijo y subió la velocidad de la vibración.
Tuve que sujetarme del escritorio un segundo, tomé la agenda y empecé a decir:
-si, mi Ama. Mmmm… a laas 10 tieennee reunión… mmm… con eel señoor finielli… mmm a laaas 12 tienee… mmm… videooo conferencia coon… mmm… el encaargadoo dee… mmm… international business… mm… de loondres… Ama… por favor – suplique para que se detuviera.
-sigue – dijo con firmeza.
Suspire pero sonó como un jadeo.
-mmm… a las 2 tiene almuerzo con los inversionistas.
-a eso me acompañaras – dijo, yo ni entendí que pito tocaba en un almuerzo de inversionistas pero no estaba en condiciones de protestar.
-si, mmm mi Amaa – dije – a laaaas 5 tieenee… mmm… reunión con el equipo de maarkeetiing, mmm… esa eeess laa… mmm… última mi Amaa – terminé encogiéndome en la silla, quería correrme, sentía el orgasmo cerca y, de pronto, ella apagó la vibración.
Suspire aliviada, miré a mi Ama, sonreía, se acercó a mi y me besó.
-pórtate bien – dijo y entró a su oficina.
Empecé a revisar los mails de mi Ama para luego darle el reporte que correspondía cuando, de pronto, siento la vibración del calzón en su máxima potencia, doy un saltito en la silla e intento regresar a lo que estaba haciendo pero era difícil concentrarse en ese estado, me eché hacia atrás en la silla, ahogando gemidos en mi boca, cuando estoy a punto de correrme la vibración cesa.
Pasé así toda la mañana, entre llamados telefónico, mails, reportes, vibraciones y orgasmos frustrados.
En un momento me levanto para ir al baño, llego y me meto de inmediato en un cubículo. Mientras yo hacía lo mío entran dos chicas jovenes.
-¿has visto a la novia de la Señora Andrea? – dice una.
-querrás decir su perra – contestó la otra poniendo un tono despectivo en la palabra perra – así es como la llama ella, seguro solo es un juguete para ella.
-no creo que sea cualquier juguete, la trajo a su empresa y le dio trabajo.
-seguro se compadeció de ella, esa debe ser una perra tan inútil que no es capaz de conseguir un buen trabajo por si misma, por eso se aprovecho de la buena voluntad que la Señora tiene con ella, para no quedarse en la calle.
La sangre me hervía ¿Quiénes se creían que eran? ¿Quién les dio el derecho de opinar sobre nuestra relación? Quise salir y enfrentarlas pero quería escuchar que otra estupidez decían sobre mi, sobre nosotras.
-además, escuché que es bastante menor que ella, seguro esta con ella solo por su dinero.
-o tal vez, la Señora Andrea la compro en una trata de blancas y por eso le dice “mi Ama”, como si fuera su dueña.
¡Ya fue suficiente!, pensé, No tengo porque soportar esto, van a saber quien soy. Abrí la puerta del cubículo se un golpe.
-¿hay algo que quieran decirme? – dije.
-¡señorita Carolina! – exclamaron ambas, asombrada
-¿no quieren saber si me compraron en una subasta? – dije irónicamente con mucha furia en la voz.
-no nos referíamos a eso, en serio… - dijo una de ellas.
-entonces ¡¿a que mierda te referías?! Haber, dímelo a la cara si eres tan mujercita – exclame y la empuje fuerte, ella se tambaleo y cayó al suelo resbalándose con un poco de agua que había en el piso - ¡dime! – le grite fuera de mi, no era tanto que dijeran cosas sobre mi sino, que también estaban hablando de mi Ama, de nuestra relación.
La otra niña salió corriendo aterrada, yo solo me reí y me quedé con la otra chica en el suelo mirándome sin saber que decir.
-¿crees que puedes andar por ahí hablando mal de la gente y ya? – dije y la obligue a levantarse tomándola de la blusa.
De repente escucho la voz de mi Ama, furiosa.
-¡Carolina, suéltala ahora mismo!
La solté al instante y me di vuelta en un segundo.
-A-Ama
-a mi oficina, ¡ahora!-gritó.
-Ama, yo le puedo explicar…
-dije ¡ahora!
-sí mi Ama – respondí, mire a la chica con odio y salí a toda velocidad.
Entré a la oficina de mi Ama dejando la puerta abierta dos, eternos, minutos después entró ella y cerró la puerta a su espalda.
-¿crees que está bien andar peleando en mi empresa?
-no mi Ama… pero es que ella…
-¿ella qué? ¿Estaba hablando mal de ti?.
-si, mi Ama, estaba hablando mal de nosotras y… y bueno, no lo pude resistir, si usted la hubiera escuchado…
-si yo la hubiera escuchado la hubiera ignorado o hubiera aclarado las cosas como personas adultas que somos, no haciendo un escándalo como un escolar.
-lo siento mi Ama- dije agachando la cabeza.
-te he dicho mil veces que tienes que tener más autocontrol, eres mi propiedad, mi reflejo, no puedes andar comportándote así, no importa la razón que tengas para eso.
-si, mi Ama, tiene razón, lo siento mucho.
-claro que tengo razón, ahora lo sentirás de verdad. Apóyate en el escritorio, súbete el vestido y muéstrame la cola.
-si, mi Ama – dije y supe que iba a castigarme.
Me puso un gag en la boca y empezó a azotarme con el cinturón, como odiaba el cinturón, me dio un total de 200 azotes, quede temblando, con las nalgas ardiendo y miles de lágrimas en mis ojos, me sacó el calzón vibrador y me puso el con el que había llegado, me bajo la falda y me sacó el gag.
-puedes pararte – dijo con severidad y luego agrego – ordena tus cosas y vete a casa, estás despedida.
-¿qué?... Ama, por favor… - empecé a decir pero ella me cortó.
-no digas nada, en esta empresa las peleas son causal de despido y no porque seas mi propiedad voy a hacer diferencias contigo, de hecho, es porque eres mía que tengo que ser más firme contigo, en la tarde llevaré tu finiquito a casa, ahora vete que tengo cosas que hacer.
-si, mi Ama – dije con la cabeza gacha, quizás lo que decían ellas no era del todo mentira, quizás si soy una inútil que no puede conseguir un trabajo por si misma, ni siquiera puedo conservar el trabajo que me consiguió mi Ama.
Eche mis cosas a una caja y salí del edificio, me senté en una banca cercana, prendí un cigarro y me puse a llorar, no era tanto el que me hayan despedido, después de todo la deuda con mi Ama estaba saldara, era que sabía que había decepcionado a mi Ama y eso, eso dolía mucho más que todos los azotes del mundo. Cuando me calme tome un taxi y me fui a casa.
Dejé la caja en mi pieza y fui a la cama de mi Ama, me puse a llorar de nuevo hasta que ella llegó.
-sal de mi cama y vete a dormir a tu pieza – dijo, todavía estaba cabreada.
-¿quiere que le prepare algo de comer mi Ama? – dije secándome las lágrimas al levantarme de la cama.
-no, quiero que me dejes en paz, vete a tu pieza y no salgas hasta que yo lo diga.
-si, mi Ama – dije entristecida, nunca la había visto así, sentí miedo, no miedo a que me haga algo, si no, miedo a que siguiera enojada conmigo, miedo a perderla.
No pude dormir en toda la noche, solo me daba vueltas en la cama de un lado para otro, al amanecer mi Ama entró a la pieza.
-ya puedes salir a desayunar – dijo, dio media vuelta y caminó hacia el comedor.
Yo la seguí en silencio, al llegar al comedor la vi sentada tomando café y un plato con leche en el suelo, a su lado. Me arrodille frente al plato y esperé su orden.
-puedes empezar a comer – dijo en tono serio, luego agregó – las otras dos niñas involucradas en la pelea de ayer también fueron despedidas, por si te interesa.
Me sentí reconfortada por la noticia, yo no era la única culpable.
-permiso para hablar, mi Ama – dije tímidamente, sin mirarla.
-habla mi perra – respondió.
-mi Ama… yo quería saber que pasará ahora… ¿debería buscar otro trabajo?.
-¿aún quieres ser mi esclava? – preguntó suavizando su expresión.
-si mi Ama, es lo que más quiero.
-bien, entonces te pondré una prueba, cuando estás conmigo haces todo lo que te digo, pero quiero probar que haces estando sola.
-si, mi Ama, haré lo que ordene.
-bien, mañana me iré a Londres por negocios, estaré ahí tres días, quiero que desde que deje esta casa no quiero verte conectada a ninguna red social, especialmente a WhatsApp, messeger y Facebook.
-mi Ama, pero eso significa que no podré hablar con Ud – dije con tristeza.
-así es, no podrás hablar ni conmigo, ni con nadie, tampoco revisar Facebook. ¿He sido clara?
-si, mi Ama – dije casi con un puchero, no me gustaba la idea de no hablar con ella ni con nadie.
-acabas de decir que harías lo que te ordene, una esclava debe ser capaz de Obedecer a su Ama aún en su ausencia ¿Eres capaz de hacer eso mi perra?.
-si, mi Ama – lo haré, dije con seguridad… ¿Qué tan difícil podía ser?.
-muy bien perrita – dijo dándome unas palmaditas en la cabeza – ya me voy al trabajo mi perra bella.
Salió y me quedé viendo la puerta, “creo que ya no está tan enojada conmigo” suspiré aliviada. Me puse a ordenar hasta dejar todo impecable, luego preparé la cena y puse la mesa para esperar a mi Ama, hice sushi casero, quería agasajarla, puse la fuente y los platos en la mesa, vi la hora, ella debía llegar en unos 30 minutos aprox, me puse un vestido muy sensual que era casi pura transparencia, me maquille y me arrodille en la entrada. 5 minutos después llegó.
Al verme sonrío, como amaba su sonrisa.
-bienvenida mi Ama – la saludé.
-gracias perrita, puedes levantarte – dijo y caminó hacia el living, yo la seguí, al ver la mesa puesta me miro con una sonrisa de asombro - ¿tu sola hiciste todo esto?.
-si mi Ama, quería hacer algo especial para Ud así que busque una receta en Internet, no me contó tanto como pensé – dije ocultando los cortes en mis dedos, en realidad había estado mas de 4 horas preparando todo.
Ella se dio cuenta de los cortes en mis manos, las tomó y beso mis dedos.
-gracias perrita, justo tenía antojo de sushi – me giño un ojo- te has ganado un puesto en la mesa, siéntate a mi lado.
Comimos y reímos de lo mejor, luego dormimos cada una en su cama.
Al otro día mi Ama viajaba, yo estaba triste por saber que no la vería en tanto tiempo.
-solo son 3 días mi perra, y recuerda lo que te ordené, si no lo haces habrá consecuencias.
-si mi Ama, no me conectaré a nada hasta que llegue.
-buena chica – dijo, me miro pensativa y agregó – espero poder decir lo mismo cuando vuelva.
Me quedé ahí mirando la puerta un rato, sabía que la iba a extrañar mucho. Cuando me repuse cerré la sesión de mi Facebook y messenger, dejé el WhatsApp abierto ya que no sabía como bloquearlo, luego empecé a ordenar la casa. Como a eso de las 12 sonó mi WhatsApp pero lo ignore, siguió sonando como 5 veces más, lo abrí para ver quien era tan insistente… era mi madre, a ella no podía ignorarla.
“como estas hija? Necesito que me hagas un favor, ¿puedes quedarte en casa para cuidar a toby?, es que con tu papá saldremos unos días de Santiago, solo serían 4 días “ lo pensé, mi Ama se enojaría si salía sin su permiso, y no podía escribirle para pedirle permiso, además no estaría para cuando llegara mi Ama. “lo siento mamá pero, no puedo, tengo que trabajar y hacer unas cosas” escribí.
Recordé la orden de mi Ama, luego pensé, le escribiría para decirle pero no puedo, cuando llegue le explicaré el porqué me conecte, no creo que se enoje porque hable con mi madre.
El día pasó sin mucha novedad, la vida sin mi Ama era demasiado aburrida.
Al día siguiente después de desayunar y ordenar la casa fui al supermercado ya que hacían falta algunas cosas, me quedaba dinero de mi sueldo así que no tuve que usar la tarjeta de mi Ama que dejaba para emergencias siempre que salía.
Volví con decenas de bolsas llenas de mercadería y algunos embelecos para pasar el tiempo de mejor forma, cocine el almuerzo y me puse a ver una serie mientras comía. Después de varios capítulos, como a eso de las 7 sonó insistentemente mi celular, lo tomé y vi que era mi hermano en el WhatsApp, a el tampoco podía ignorarlo, lo abrí. Era un video de mi sobrino menor entrando al mar.
“primera vez en el mar” ponía bajo el video, además mandaba varias fotos de mis dos sobrinos en la playa.
“¡que lindos!” escribí impulsivamente, deje el celular a un lado y seguí viendo mi serie, extrañaba mucho a mi Ama, la necesitaba, el no poder escribirle me estaba matando pero debía ser fuerte, no quería decepcionarla. Me dormí.
Al otro día desperté temprano, con una ansiedad tremenda, prendí un cigarro y prendí mi celular que había apagado para que cargara mejor.
Enseguida veo que mi Ama me había escrito, extrañada abro el mensaje.
“estoy muy decepcionada de ti, te di una simple orden y tu no eres capaz de seguirla, te dije claramente que no te conectaras a messenger ni WhatsApp y me encuentro con esto” escribió a continuación adjuntaba varias capturas de pantalla con las horas de mis conexiones.
Leí el mensaje dos o tres veces, me puse muy triste y me asusté nunca había visto a mi Ama así.
“yo le puedo explicar mi Ama, esas conexiones son porque hable con mis familiares, no pensé que le molestaría, lo siento mucho” escribí, ella contesto enseguida.
“¿Cómo no me iba a molestar? Te di una simple orden y no fuiste capaz de seguirla, nisiquiera fuiste capaz de reconocer tu crimen, tuviste que esperar a que yo te lo dijera, ¿acaso creíste que no me daría cuenta?”
“no mi Ama, esa no fue mi intención, solo no puedo ignorar a mi familia cuando me habla pero, tiene razón le falle, lo siento mucho” escribí con los ojos vidriosos.
“claro que me fallaste, esperaba más de ti, en serio me has decepcionado”
“lo siento mi Ama, en serio lo siento mucho, aceptaré el castigo que estime conveniente” escribí, aun tenía moretones del último castigo.
“llego esta tarde a casa, terminaremos esta conversación cuando llegue, no me escribas hasta entonces” dijo.
Me quede leyendo la conversación una y otra vez, le había fallado a mi Ama, sus palabras resonaban en mi cabeza como una melodía infernal “en serio me has decepcionado” me puse a fumar como murciélago, no podía tranquilizarme, ¿Cuál sería el castigo que había pensado mi Ama que no podía decírmelo por WhatsApp? La había decepcionado, no había nada peor que eso, no importa el castigo que me fuera a dar el solo hecho de saber que la había decepcionado era en si mismo una tortura.

La Sumisa 1: mi Ama y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora