Capítulo 3: Quiero ser tu amigo.

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Pamela es una chica muy habladora, en 15 minutos de viaje le sacó al chico mucha información. Pues resulta que es mayor que yo, tiene 24 años; vive con su madre, su padre se murió hace 6 años; está soltero y es gay; trabaja en una oficina estatal. Dios Pamela es muy atrevida.

- Les parece si vamos a beber hoy después del trabajo – la miré con los ojos abiertos.

- Bueno yo salgo a las tres de mi trabajo – dijo el chico.

- No puede entonces, nosotros salimos a las 6.

- Puedo dar una vuelta mientras.

- Ves – maldita sea – todo solucionado, vamos por unas cervezas después entonces.

- Trabajo a la vuelta – dijo mostrando la calle del costado de mi lugar de trabajo.

- ¡Oh! pero si estamos muy cerca – Pamela le mostró el edificio donde trabajábamos – puedes venir a buscarnos.

- Claro.

- Vamos a llegar tarde – la tomé del brazo – nos vemos.

- Hasta después – se despidió moviendo la mano.

No quiero ir, no quiero ir. Era todo lo que repetía en mí cabeza, estuve todas las horas de trabajo pensando en alguna excusa, pero de Pame no puedo escapar.

- Estoy emocionada por conocer a tu amigo más.

- No es mi amigo y pareces enamorada.

- Es gay y está enamorado de ti – mierda.

- Cof... cof... - justo tenia agua en la boca.

- Ángel – ella justo estaba delante de mí.

- Es tu culpa, como dices algo así.

- ¿nunca has tenido alguna curiosidad por los hombres?

- ¿yo? – ella asiente – bueno en la escuela había un chico que era mi compañero, pero es que él era... todos andaban detrás de él, yo creo que hasta los profes... era muy guapo.

- Deberías darle una oportunidad.

- Dale con eso... ¿cómo sabes que le gusto?

- Pues, estuve con él hablando 15 minutos y solo contesto mis preguntas, pero su atención estaba toda en ti.

- Eso... yo... - la verdad sentí su mirada, pero no lo voy a reconocer.

- Vamos, anda con nosotros.

- Solo por qué no quiero que hables demás.

- Yupi – creo que me voy arrepentir mucho de esto.

Como nunca el tiempo del almuerzo hasta la salida paso muy rápido, cuando salimos él ya estaba fuera y se había cambiado de ropa, llevaba unos pantalones negros un poco ajustados, una polera blanca, zapatillas blancas y una chaqueta de cuero. Comparado conmigo parece un modelo, yo llevo mi pantalón de tela café, mi polera medio amarilla y mi chaleco negro.

Llegamos al local y quedamos frente a frente sentados y Pamela quedo el costado, como ella fue la que lo invitó los deje conversar, la verdad tampoco quería meterme. Mientras ellos hablaban sentí la mirada del chico en mí casi todo el tiempo.

- ¿y tú? – de repente me preguntó, yo estaba jugando en mi celular.

- ¿yo qué?

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