Capítulo 2: Damián

17 1 1
                                    


Al día siguiente me sentí algo nervioso y si el chico era un psicópata o alguien a quien mandaron a seguirme.

- No, creo que ya he leído mucha ciencia ficción últimamente por lo que ya estoy pensando muchas tonteras, mejor me preparo para ir a trabajar.

Salí con unos minutos de anticipación y llegué al paradero justo cuando estaba pasando mi bus, bien saben nunca me fijo en la gente creo que ya lo dije anteriormente, claro eso está pésimo ya que quiero escribir un libro y si no fijo en el mundo y su gente como voy a crear personajes realistas. Mierda ya me fui del tema, la cosa es que algo en mi me hizo levantar la vista y ver hacia el final del bus, ustedes no creerán lo que vi. Cuantas posibilidades hay de que el chico que viste en el metro y cerca de tu trabajo este también en el mismo bus, no lo sé, pero ahí estaba.

ok, ya me volví loco, estoy viendo visiones y me estoy obsesionando con el tema. Ángel debes despertar quizás estas soñando y recuera que debes trabajar, la universidad no se paga sola, maldición - volví a ver y ahí está - o sea no es una alucinación, es el mismo chico Ángel.

Cuando bajé del bus sentí su mirada en mi desde atrás, así que me apuré en caminar y justo alcancé el tren cuando ya estaban cerrando sus puertas, mire hacia todos lados y no lo vi así que supuse que no alcanzo a entrar.

- ¿me buscabas?

- Santa mierda - estaba detrás de mí ¿será un mago?

- Perdón si te asuste.

- No yo... no te buscaba.

- Me pareció eso desde que subiste al bus.

- ¿me viste?

- Difícil no ver a la persona que te está viendo, creo que es muy natural si alguien te ve, te das cuenta y miras a la persona

- Pero yo no estaba viéndote.

- Creo que lo imagine entonces.

- Yo... bueno... ¿Cómo es que estabas en el bus? - se apegó más a mí, debido a la gente.

- Vivo cerca de ti, supongo.

- Ah, bueno - estábamos por llegar a la estación de destino.

- Mi nombre es Damián - estiró su mano como pudo.

- Ángel - tomé su mano y el tren frenó acercándome más a él.

- Un placer - una corriente paso por mi cuerpo, pues lo dijo en mi oído.

- Creo que... - la voz del tren justo anunció mi parada - bajamos.

- Pero... - no lo deje continuar, bajé rápido y me perdí entre la gente.

Diablos que pasa por su cabeza, no sé qué pretende haciendo estas cosas. Además, que está pasando conmigo, no es que sea un hombre de muchas chicas, pero hasta ahora solo me han gustado chicas y él no es precisamente una.

- ¿Te pasa algo? - pregunto mi compañera del costado.

- No, bueno no sé - Pamela era una chica un poco mayor que yo, desde que llegué nos hicimos bien amigos, salimos a beber por ahí algunas veces, era bastante confiable - te contare en el almuerzo.

- Oki doki - es un poco otaku y siempre está metida en su celular viendo series, muchas veces he tenido que salvarla cuando viene un jefe.

A la hora de almuerzo fuimos a comer fuera, ya que no falta la persona con la oreja parada. En mi trabajo hay casi puras mujeres y la mitad de los pocos hombres que hay son gay, no tengo nada en contra de ellos, pero muchas veces son más copuchentos que las mujeres. Cuando llegamos al local, nos sentamos y como conozco bien a mi amiga le conté de inmediato todo, es muy impaciente.

- No, pero te das cuenta que ese chico te ha estado observando y además parece muy interesado en ti.

- Pame, no lo creo - la verdad me da miedo reconocerlo - él se ve bastante masculino.

- Por dios, debes estar bromeando - hay no me metí en su tema - hay muchos hombres que no lo aparecen, pero son. Solo debes recordar a Cristopher, te dije muchas veces que lo era y tu dale que no, pues ¿qué paso?

- Ahora está saliendo con Fernando.

- Vez y cuando te comenté en esa fiesta lo de ese chico...

- Ya para no me recuerdes - ese día había un chico viéndonos a los dos, juré que iba por pamela, así que cuando se acercó dije que quería ir al baño, al final me tomó del brazo y quería conmigo. Pamela me lo dijo, pero yo no le creí - se veía muy bien tonificado.

- La mayoría de ellos están bien tonificados.

- Tus chinos no cuentan, solo actúan.

- Déjame soñar tranquila.

- Bueno y ¿Qué hago con él?

- ¿Cuál era su nombre?

- Damián.

- Uy... son como el cielo y el infierno, un ángel y un demonio.

- Pame, vine a pedir tu consejo no ha darte ideas de historias.

- Ok, bien deberás conversar con él y saber si de verdad es coincidencia o el chico es un psicópata que te ha seguido por mucho tiempo y esperó a que tú lo vieras para acercarse, pero como eres tan despistado nunca te diste cuenta.

- Me dejaste muy tranquilo - maldita Pame.

- Amigo lo siento, es solo que muchas veces se me va la cabeza, pero la única forma de averiguar es conocerlo.

- Seguiré tu consejo - terminamos de comer y luego volvimos.

A la salida pamela se fue conmigo a mi casa, quería conocer al chico, subimos al tren buscándolo, pero esa tarde no lo vi. Nos acostamos temprano, yo dormí en la cama para invitados y Pamela en mi cuarto, mis padres ya la conocen y así que no hay problemas con ella se quede. Al día siguiente nos fuimos corriendo para alcanzar el tren de siempre y a pesar de que no lo vi en el bus, creo que me esperó en la estación.

- Hola - se fue acercando y a mí me entro el pánico.

- Ángel - Pame me tomó del brazo - tan rápido...

- Oh...- Damián cambio su cara de alegría y miró a Pamela con un rostro muy raro - estas ocupado, te hablo mañana.

- Espera - mi amiga le tomó el brazo - solo soy su amiga y compañera de trabajo.

- Yo... - él abrió los ojos - no dije nada.

- Soy algo perspicaz - le tomo el brazo y avanzo con él - vamos - me dijo, así que camine tras de ellos.

¿Coincidencia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora