➳ Choi Beomgyu es un omega joven que, al igual que muchos, siente una gran admiración hacia el idol, Choi Yeonjun, un alfa de cabellos rosados que ha logrado cautivar a todos sus fanáticos.
─Después de bastante tiempo trabajando y ahorrando, logró o...
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─Necesito que se tranquilicen y mantengan orden. ─gritó un beta de cabellos largos y platinados, puesto que el peli negro no le notó ningún aroma. Luego de su grito, el bullicio que se estaba escuchando se detuvo, el beta suspiró y estiró su mano. ─Sus boletos chicas, por favor. ─las primeras tres omegas entregaron lo que se le pidió y entraron al lugar en calma mientras que las demás empezaban a arreglarse, nerviosas y emocionadas, ya que sus aromas se intensificaban, provocándole disgusto al peli negro, quien trataba de mantenerse tranquilo para no esparcir su dulce aroma a chocolate.
Había ansiado mucho ese día y no iba a dejar que se arruinara por nada ni nadie. Luego de una larga hora, era su turno para entrar, junto con otras dos omegas, entregó su boleto y entró al auditorio, era más grande de lo que se veía en el exterior, y le agradecía a la Luna que tuviesen un beta que los guiase hasta donde se encontraba Yeonjun.
Mientras más se acercaban, más se sentía desesperado, al igual que su lobo ─apodado Seungmin por decisión de ambos─, aunque este último estaba que reventaba de felicidad, nunca lo había sentido así y eso solo podía significar una cosa. Estaba cerca de su destinado.
En ese momento se sintió muy contento, su nariz cosquilleaba por un aroma muy fuerte a menta, indicándole así que su alma gemela era alfa.
Siguieron caminando hasta dar con el gran escenario, en donde se encontraba una mesa de roble con múltiples manteles de color crema encima, también estaban dos sillas, una vacía y en la otra se encontraba el alfa, con su cabello teñido de un rosa muy vibrante, vestido de igual modo como en la primera sesión fotográfica para la entrevista de Weverse Magazine, un suéter negro que le quedaba ligeramente ajustado por su cuerpo ejercitado, pantalones negros de lana cómodos y unas zapatillas deportivas negras que debían ser muy costosas, se veía muy bien en realidad.
El aroma que sentía de aquel alfa era embriagador, su lobo aullaba con fervor en su interior y sus mejillas se tornaron de un tono durazno mientras que, la que había reconocido como Yeji por su cabellera rubia ceniza y su ─asqueroso─ aroma a malvaviscos, seguía hablando con el idol.
Se puso a imaginar como sería su alfa mientras esperaba su turno, hasta que cayó en cuenta de que el único alfa que se encontraba allí era Yeonjun. No, era imposible, debía ser que otro de su clase con ese exquisito olor fue al evento y lo dejó ahí, ¡Su alfa no podía ser él!
─Omega bonito, sigues tú, recuerda que solo tienes cuatro minutos con Jjonggie. ─le indicó el beta que los había acompañado sacándolo de su trance, caminó hacia su respectivo asiento con los nervios a flor de piel, su aroma que intentaba ocultar se sentía fuerte al estar en frente del alfa.
¿Yeonjun se sentiría como él? Esperaba que sí lo hiciese, le encantaría que él fuese aquella persona que lo acompañase el resto de su vida.
Abrió su mochila con intención de sacar el álbum para que lo firmara y el pequeño zorrito que había comprado para él, dejando ambas cosas en la mesa con una sonrisa tímida.
─Hola... ─dijo el alfa, mientras le sonreía mostrando sus preciosas encías. Sus mejillas se sonrosaron nuevamente, pero esta vez no era por vergüenza o algo por el estilo, empezó a sudar, y sintió un calor asfixiante de repente y las feromonas que tanto trataba de controlar se esparcieron por todo el lugar.
Eso no podía estar pasando, ¡Su celo se había adelantado!
