La primera sonrisa

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Eran las 4:00pm de un lunes, justo un mes desde que había muerto mi padre a manos de la policía intentando por milésima vez conseguir dinero para mi tratamiento médico.

Culpa eso era lo que sentía y dolor más que emocional físico había caído en una crisis, siempre fui un niño enfermo y había sido salir y entrar de hospitales la historia de mi infancia.

Ahora con 21 años, huérfano... Con un hermano que se convertiría en mi apoyo y además de nuevo en un hospital. En el ala infantil ya que el doctor que tenia conocimiento de mi enfermedad era el jefe de pediatría para el así me podría tener mejor cuidado... Más yo en el fondo sabía que era porque le daba lastima toda mi situación.

4:35pm siempre me gusto leer, aprender de estrategias, jugar ajedrez y escuchar música clásica. Así que cuando escuche el alboroto, gritos, música y vi entrar a un montón de gente con batas de doctor, pitos y narices de payaso supe que sería una tarde difícil.

Dentro de mi pena, rabia y dolor no cabía la risa o la felicidad, menos payasos.

- hola, esta usted muy grande para estar por aquí caballero, aunque lo importante es divertirnos no?.- dijo una chica sentándose en mi cama

Me saco de mi libro una voz, dulce, alegre, subí la mirada y la vi, rubia baja de estatura, con una mirada que me atrapó, unos labios preciosos. Respondí desde la molestia que interrumpía mis pensamientos.

- no es necesario, puedes seguir con los niños. Gracias. - dije mientras acomodaba mis gafas.

- vale pero no tienes porque ser tan ummm odioso señorito... - dijo mientras revisaba la ficha médica en el pie de cama) Marquina..

- Esa es información confidencial, bueno solo para ser visto por doctores o enfermeras y no tienes porque tratarme como un niño solo porque este aquí - la verdad me molestaba su alegría aunque no era su culpa.

- Vale entiendo Sergio no es fácil ser "grande" y estar aquí, Se que te sientes mal... Más todo lo de tu padre. Pronto estarás bien y tienes a tu hermano que te acompaña, un futuro por delante...

Todo se callo a mi alrededor, ya no escuchaba la risa de los niños, ni los cantos de los otros payasos, no escuchaba ni mis latidos... Solo estaba ella...

- como sabes to....-  Empecé a hablar pero me interrumpió

- Te quedan unas semanas aquí cierto - dijo mientras se quitaba la nariz roja de payaso... Wuaooo tenía un piercing precioso en su nariz- así que porque no hacemos esto vengo el viernes sin todo esto, con algo más tranquilo, a jugar ajedrez te parece? - se quito la bata y no pude evitar ver que tenia un cuerpo hermoso.

- si ajedrez estaría mejor - no se como paso pero sentí como se formaba una sonrisa en mi rostro - como te llamas? - en ese momento entro mi doctor. Alberto Vicuña en lo personal no me parecía un buen tipo, un doctor joven el mejor en su especialidad pero con mala fama entre las enfermeras.

- Hola mi amor - dijo Alberto mientras se acercaba a mi cama

Ella se levantó  y se acercó a Alberto, se dieron un beso corto en los labios,  los niños reían y se tapaban los ojos, las madres aplaudían y a mi se me secaba la boca mientras volvía mi mal humor.

- Veo que ya conoces a Sergio, el chico grande del grupo, espero que la payasita murillo te pudiera sacar una sonrisa después de todo lo que haz pasado -  ya entendí de donde ella sabia todo de mi

- Ya me tengo que ir - dijo fijando sus ojos en los de Alberto, para luego mirando a todos los niños que pusieron carita triste - tenemos una cita el viernes - me miro fijo a los ojos, me sonrió - ajedrez, nos vemos sergio - me encanto como sonaba mi nombre es sus labios en su voz. Me quedé mudo, perdido en ella.

Sé fue caminando, hermosa despidiéndose de los niños

- Raquel - dijo Alberto volteando hacia la puerta y acercándose a ella - tu nariz y tu bata señorita - le dio sus cosas y ella le de volvió una sonrisa espectacular antes de salir de la habitación.

Ahí me quedé con la imagen de la chica más hermosa del mundo, con una cita y con su nombre...

Raquel murillo.

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