II

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Después de leer y releer el dossier que se le entregó junto a su cena, terminó por arrojarlo con furia contra la puerta de su habitación. ¿Habían estado preparándola toda su vida para ser la mujerzuela que robaba la información de Stark? Ella estaba hecha para alcanzar metas más grandes; irse a la cama con el millonario no era nada, sólo degradaba su dedicación al entrenamiento que la KGB le había inculcado desde niña.

Pero tenía que suprimir los sentimientos que le estaban embargando. En orden de cumplir con su cometido de recopilar lo que Hydra necesitaba para comenzar con su estúpida dominación mundial.

Se sentó frente a su plato de comida y con desgana comenzó a comer sus insípidos guisantes y un poco del trozo de carne que estaba demasiado cocido y reseco, para su gusto. Sólo unos bocados le hicieron falta, para darse cuenta de que preferiría comer cartón a seguir degustando ese remedo de comida.

Arrojó todo al pequeño basurero en la habitación y se dispuso a tomar una ducha de agua helada. Por lo que había leído, el plan de Steve Rogers era más que ineficiente. Un hombre de mundo, como el afamado Tony Stark... ¿Prefiriendo a una mujer sin experiencia, que a una que dominaba las artes del sexo y podía ofrecerle una placentera follada? Si bien, había sido instruida en los principios básicos, el no haber puesto en practica dichos conocimientos, podía dejarla en clara desventaja.

No podía ser el cordero manso que los superiores mencionaban, se dijo mientras lavaba su larga cabellera rojiza. Stark necesitaba un reto y un reto le daría.

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Antes del amanecer del día siguiente, un soldado estaba llamando a su puerta insistentemente. Sus maletas estaban empacadas y listas sobre la cama recién hecha, sólo esperaba el momento de tomar su vuelo y por fin comenzar su misión; pues entre más rápido empezara, más rápido la concluiría con éxito. Como todas las anteriores.

El uniformado entró en la habitación y recogió con cautela las pertenencias de la altiva mujer; había escuchado del altercado en el nivel siete, por lo que no era su intención terminar con el cuello roto. Natalia le mandó una gélida mirada y con un movimiento de cabeza le indicó que la siguiera.

Todos en los pasillos le veían con rabia, curiosidad y algunos con temor. Era mejor eso, a que que se atrevieran a verla como inferior, o como un trozo de carne.

—Romanova— La llamó un hombre de duras facciones y ceño fruncido, que se unía a ella en la salida del viejo cuartel— Rumlow— Se presentó, tendiéndole un paquete.

La rusa observó el paquete encintado en sus manos.

—Esto no es tu escuelita de zorras... fallas, te parto el cuello. ¿Estamos?— Le escupió con odio— Ahora sirve de algo y encamínate a la nave. Lleva tus cosas, aquí no eres una princesita y nadie es tu esclavo.

Con un asentimiento, indicó al acompañante de la pelirroja que dejara el equipaje en el suelo y se retirara a seguir con sus funciones; Luego el mismo se marchó, dejándola con el deseo de reventarle el craneo.

Sin embargo, Natalia permaneció impacible; Rogers no apreciaría que asesinara a uno más de sus empleados. Tomó el aza de las maletas, para encaminarse a la Aeronave que se estaba preparando para despegar en el viejo y desolado helipuerto del que un dia fué el campamento de Leigh.

Al pie de la escalerilla se encontraba otro de los hombres del Capitán, este alcanzó su equipaje y lo llevó al área de carga, donde otros subían maletines negros con lo que parecía ser armamento.

Al interior una asistente de vuelo le invitó a tomar asiento en el lugar que mejor le pareciera, pero lo que necesitaba era tener una conversación con el líder de Hydra; la azafata le informó que Rogers se había recluido en el apartado privado de la nave y que podía esperar a que aterrizaran en su destino, para pedir una audiencia.

Pero ella no contaba con el tiempo para esperar a que él hombre hiciera acto de presencia; esperó a que la chica desapareciera tras las cortinas del área de la pequeña cocina, para acercarse a los aposentos del Capitán.

Sus nudillos llamaron un par de veces, sin obtener respuesta. Aguardó un momento más y repitió la acción, decidiéndose a llamar a su superior finalmente.

—Señor, ¿Podría tener un minuto de su tiempo? Leí el dossier y creo que...

De pronto, la puerta de la habitación se abrió, dejando salir a una mujer rubia, que intentaba arreglarse la blusa, aunque no había remedio; no había botones y su falda estaba razgada por los lados. La rusa entendió que había interrumpido un momento íntimo y eso no podía ser buen augurio.

—-¿Qué quieres?— Cuestionó con desdén el rubio que salía sin camisa y con los pantalones sin cerrar— Más vale que sea algo importante, si no quieres que me descargue contigo.

—Yo...— Por unos segundos olvidó lo que estaba dando vueltas en su cabeza; era casi imposible concentrarse, con la imagen del torso perfecto frente a ella— Stark, él no va a caer sólo porque sí con cualquier mujer que se le cruce en el camino, es un mujeriego, sólo se le ve una vez con la misma...

—¿Eres tan poca cosa?— Cuestionó cruzando los brazos sobre su pecho— Porque aún puedo pedir una mejor de ese Burdel de donde te saqué.

Natalia reprimió la ira, pensando que lo único que tenia a su favor, era el argumento que había estado construyendo en la mente.

—Él sólo ha estado en una relación seria, que sea de conocimiento público, al menos. Virginia Potts... a ella le veía como un igual, creo que esa debe ser la forma de abordarlo. Le gustan los retos, si trabajara para él, sería más fácil demostrarle que puede hacerme parte de su círculo.

Rogers pareció sopesar la idea, al final del día esa mujer había sido entrenada desde la infancia para espiar, asesinar y realizar las consignas que se le asignaran, no podía equivocarse... Y si lo hiciera, llenaría esa bonita cara de plomo,

—Hace meses está recluido y quiero eso que él está investigando, Romanova— Se acercó a ella hasta que la distancia fue nula, para con fuerza alcanzar la barbilla de la chica y hacerla verle a los ojos faltos de expresión— Te dejaré llevar tu misión de la forma que te de la gana, pero si fallas...

—No lo haré— Le aseguró la rusa.

—Ahora largo de aquí o usaré esa boca para otra cosa más productiva que decir tonterías— De pronto soltó su barbilla, haciendola trastabillar al retirarse del agarre.

Natasha caminó hasta los asientos, para tomar su lugar y esperar al despegue; Tenía la oportunidad para mostrar su valía ante el líder y los otros que la vieron como si no valiera nada, no iba a desperdiciarla.

Observó como la chica que se había dado un encerrón con el Capitán, volvía con una botella de champagne en una mano y un plato con bocadillos en la otra. Antes de adentrarse en la habitación, se giró para dedicarle una sonrisa de suficiencia, de quién se cree superior.

Cómo si dejar que la usara Rogers, fuera un mérito...

Natalia dedicó las siguientes horas de vuelo para estudiar la información entregada por Rumlow; debía entrar en el personaje de Natalie Rushman.

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⏰ Última actualización: Feb 14, 2022 ⏰

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