Su voz era tan tranquila...─
─Sus ojos eran como un río, tal vez un gran mar, inolvidables para mi memoria.
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Lilith era una niña más del orfanato Grace Field y como los demás se enteró del terrible secreto, sufriendo por esto tot...
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Después de un momento Don llegó junto a los demás, se percataron de que el juego había terminado. Empezamos a conversar sobre el orfanato.
—Al final nos iremos de este lugar, ¿eh?
—Esto es un orfanato,claro que nos iremos al final, antes de cumplir doce.
—No recibimos cartas de nadie — Se quejó la chica de cabello color verde oscuro y corto, Gilda.
—Cuando dejan la Casa nadie nos escribe.
—seguro están siendo considerados con sus padres de acogida — El albino aseguró.
—¡Pero todos hemos estado juntos desde que nacimos!, aunque no hay vínculo de sangre somos más hermanos que muchos otros — Respondio Don.
—Deben divertirse mucho a diario para que se hayan olvidado de la Casa.
—Entonces esta bien, me alegro por ellos.
—¡También quiero ir afuera!
—¿Qué harías afuera? — Pregunto el pelirrojo Nat a Gilda.
—¡Claramente tendría ropa nueva!, solo tenemos este uniforme, leí libros donde decía que el mundo exterior tenía una gran variedad de tipos de ropa, ¡Yo quiero usarlos todos!
—¡Yo quiero comer comida deliciosa!
—Yo quiero salir en una cita con una chica linda... Como Lilith — Dijo Don, pensativo para después mirarme.
El comentario del moreno me sorprendío y me hizo reír, algunos otros también rieron, mientras que Norman se quedo pensativo y luego asintió mientras río un poco.
—¡Yo quiero ver un tren! — Dijo el pequeño Phil animadamente.
—¡Eso es bueno!
—¿Tú qué harías Norman?
—A mí me encantaría visitar lugares distintos y ver cosas que nunca haya visto — Dijo extendiendo los brazos y levantandolos un poco.
—¡Qué bien!, ¿y tu Ray?
—Primero que nada tengo que sobrevivir, cuando este fuera.
—Que deprimente, ¿qué te gustaría a ti Lilith?
—A mí me gustaría viajar por el mundo y conocer lugares nuevos, Emma ¿qué te gustaría a tí?
—Montar una jirafa, claro.
—¿Yo dije eso?, realmente no me gustaría irme, ¡Quiero quedarme aquí para siempre!, aquí estoy muy feliz.
—¿Feliz eh? — Se cuestiono en un susurro el pelinegro.
