Primer día: Nuevos amigos

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Miguel se había levantado temprano, mucho antes que Hiro, se fue a tomar un baño y caminó de puntitas mientras veía al asiático lanzando algunos débiles ronquidos y como su cabellera se veía mucho más desordenada, esa visión le dió risa al mexicano pues la veía simpática; una vez en el baño se quitó la ropa contemplando en el espejo su cuerpo, era completamente normal, sin ninguna cicatriz o algo por el estilo, respiró hondo y cerró los ojos, se concentró en el Mundo de los muertos, en las calles llenas de esqueletos, de las vivaces luces, de los abundantes pétalos de cempasúchil, de la música... ese cosquilleo y frío de antes se hizo presente, como si sus huesos estuvieran expuestos al ambiente, débilmente abrió los ojos y vió como frente al espejo su piel se volvía transparente dejando ver sus huesos desde la punta de los dedos hasta la entrepierna y los hombros, si que le resultaba algo enfermizo de ver, ya que... bueno, eran sus huesos; respiró intentando mantener la calma, ahora la cosa era volver a la normalidad, se metió a bañar, su piel volvió a tener su color moreno y sus huesos se dejaron de ver, se bañó lo más rápido que pudo, se puso en la oreja el traductor que le hizo Hiro y se vistió con un suéter rojo y bajó a hacer el desayuno, huevo con jamón y le dió de comer a Mochi, que ya se estaba encariñando con el niño, ronroneaba y se dejaba acariciar por él aunque solo llevaban dos días de conocerse; cuando Miguel vió que ya era hora de despertar a Hiro subió a su habitación compartida y tomó una almohada, con un brazo lo hizo un poco hacia atrás, tomó vuelo y se la aventó, el joven americano se despertó sobresaltado y del susto se convirtió en enojo, gruñó y se levantó de mala gana de la cama
-Buenos días, Hiro-
-mmmgh- recibió un gruñido de saludo, el mexicano sonrió de lado y se retiró a hacer su mochila, Hiro- al ver la hora se dió un rápido baño, bajó y Tía Cass apenas se estaba levantando, en la mesa había un plato para Hiro ya que Miguel ya había comido, el pelinegro no masticó el huevo, más bien se lo tragó de una y corrió a hacer su mochila <¿Cómo rayos aún no lo han expulsado por inpuntual?> Se preguntó Miguel mientras lo esperaba, Tía Cass se despidió de ambos con un abrazo y los dejó ir a la escuela.

   Ese día era el primer día de los ingresados e iba a haber una ceremonia de bienvenida en los que no solo estarían los estudiantes de robótica, sino también los del departamento de música, diseño de modas, medicina y cocina; Miguel estaba muy nervioso, iba a conocer gente nueva y tendría que hacer amistades nuevas mientras estaba en un país que no era el suyo, a... si... también lo estaban buscando para atraparlo y Dios sabe que iban a hacer con él, además de ahora ser mitad esqueleto y poder traspasar paredes... ya saben... problemas de adolescente.
   Los compañeros siguieron su camino y una vez en las instalaciones Hiro acompañó Miguel a dónde debía de estar para la ceremonia, le indicó que iba a desfilar frente a toda la escuela junto con los nuevos de música y después los iban a llevar al auditorio a darles una plática sobre la temática de estudios y esas cosas, dejó a Miguel junto a sus demás compañeros y se despidió de él para después ir junto a sus amigos a sus lugares para recibir a los alumnos nuevos. Miguel estaba parado en medio de un grupo de chicos que estaban platicando entre ellos, por ahora quería pasta desapercibido y así fue durante toda la ceremonia y el desfile de los nuevos de música, nadie se preocupó por él y después les tocó ir al auditorio donde se combinó con más chicos nuevos de distintos departamentos, eran unos asientos parecidos a los de él cine, en frente había un escenario en el cuál estaban todos los servidores de la escuela, entre ellos casi gritó al ver a el hombre de antes, el profesor que acompañaba al hombre que le quiso disparar, frente a él en una mesa estaba su nombre con letras doradas "Prof. Harry Wissenschaft" el hombre por fortuna no lo reconoció, debió de ser porque la vez en que se encontraron él llevaba el maquillaje, tal parece que era uno de los profesores del área de robótica, gracias a Dios no iba a ser su profesor. En medio del discurso de los profesores Miguel se dió cuenta de que estaba al lado de un chico más grande que él, bueno, mejor dicho, Miguel era el más joven de la universidad, así que era normal, el muchacho era de tez nieve, ojos negros y grandes, una cabellera completamente negra algo larga adornada por un gorro amarillo mostaza, una chamarra gris, unos jeans azules y unos tennis blancos, parecía un antisocial en todo su esplendor, el joven estaba acurrucado en su asiento mirando a todos lados nerviosamente, Miguel le tocó el hombro y el contrario dió un respingo
-Ammmm, hola... mi nombre es Miguel- el muchacho lo miró y parecía estar asustado
- H...Hola, m...me lla... llamo Chris... Christopher- dijó algo más tranquilo
-Un gusto- sonrió el mexicano
-I...Igual- Chris hizo un intento de sonrisa, ambos tuvieron que estar sentados ahí una hora aproximadamente escuchando el diálogo de los profesores, cuando terminaron ya era receso y todos los nuevos salieron, Miguel invitó a su nuevo amigo a sentarse con él y este aceptó dudoso, se sentaron en una silla solo ellos dos, Hiro todavía tenía una clase más ese día así que no vería a Miguel hasta la salida
-Asi que... cuéntame más de tí- el joven aunque tímido parecía buen tipo
-Yo... Mi no... nombre es Ch... Christopher Ianov, s...soy... voy al de...departamento de... di...dise...ño de mo...modas-
-¡Genial! ¡¿Sabes hacer ropa?!- ante ese cumplido el joven se ruborizó
-¿Y t...tú?¿Qué vas a...a est...t...tudiar?-
-Oh, claro, comencemos por el principio, mi nombre es Miguel Rivera y voy al departamento de música- en ese momento una chica morena de pelo largo y rizado y con una caracteristica mancha rodeando el párpado se acercó haciendo que Christopher diera un salto del susto
-Perdón por haberlos interrumpido...- se disculpó apenada -...pero escuche de casualidad Miguel Rivera-
-Sip, soy yo- sonrió el moreno
-¡Wow! ¡¿En serio eres Miguel Rivera?!- se sentó en una silla que quedaba disponible y emocionada acercó un poco su rostro hacia Miguel
-Ammmm, depende de cuál Miguel Rivera estamos hablando-
-Miguel Rivera... el tataranieto de Héctor Rivera, el famoso compositor mexicano- dijó
-oh... si, el mismo- sonrió el mexicano, no sabía que era tan famoso, a la chica eso provocó que sus ojos brillarán emocionados
-¡Wow!- eso sí que emocionó a la chica que casi se sienta en la mesa por contemplar al músico
-Oh, disculpen mi entusiasmo, mi nombre es Alejandra Smith, voy para medicina- dijó dándole la mano a ambos amigos, los cuales la recibieron (Christopher con más problemas) así la chica se sentó en la mesa y los tres comenzaron a platicar dando pie a una bonita amistad...

Un nuevo héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora