New Edén | Hyewon

El balcón

INTRODUCCIÓN

(A partir de ahora cuando ocurra un flashback utilizare este tipo de letra, disfruten el capitulo🦋🐺)

Presente

Gowon se encontraba ocupada limpiando una de las grandes escaleras del palacio donde ahora vivía, de vez en cuando de manera involuntaria bajaba la cabeza, quedándose dormida, para luego levantarse de golpe y seguir con su trabajo. En uno de sus momentos de cansancio, lo que la despertó fue el sonido de unos tacones dando pasos firmes sobre el suelo, La rubia levantó su mirada lentamente y se encontró con la mirada penetrante de la chica alta.

— Yves ¿sucede algo? — Preguntó la rubia temerosa y empezó a limpiar con más esfuerzo y de manera más prolija.

— La comida — Iba a limitarse a decir solo eso, pero ante la mirada de la rubia confundida, decidió agregar algo más — Son las 2 de la tarde y aún no has comenzado a cocinar, Chuu y yo queremos comer cuanto antes — aparentemente ya había terminado de hablar, se dio la vuelta y se escuchó el mismo sonido de los tacones pero esta vez alejándose.

Gowon soltó un suspiro, tomó sus utensilios de limpieza y se encaminó a guardarlos para luego cumplir la petición de Yves.

Había pasado un año desde que tomó la peor decisión de su vida, aceptar la propuesta de Yves y abandonar a Olivia en el edén.

¿Quieres reinar nuestro nuevo edén?

Sin embargo, actualmente se encontraba sirviéndole a Yves y a Chuu en un gran castillo, durmiendo unas escasas tres horas y extrañando cada día más a la chica que egoístamente abandonó en el edén. Al final resultó que este lugar es tan aburrido como lo era el antiguo edén, aunque para Yves por supuesto que no lo era, podía hacer lo que le plazca, podía hacer sus propias reglas, vestir como quiera, ir a donde quiera, podía escapar a la tierra a ver a esa chica llamada Vivi de la que siempre hablaba, la rubia no era tonta, sabia que tenía una especie de romance con esa chica desde que empezaron sus pequeñas escapadas en el antiguo edén.

Por el contrario, de las otras dos chicas que viven en el castillo, la rubia no podía salir de el, aunque en sus pocos tiempos libres disfrutaba sentarse en el balcón de su habitación a respirar aire fresco y a imaginar que algún día vería hacia abajo y se encontraría a la chica que tanto extrañaba. De vez en cuando mandaba mariposas para que buscarán a la menor, quería que está al verlas supiera que la rubia la estaba esperando, ¿acaso nunca la encontraron?, o quizás la de cabello azabache simplemente estaba molesta con ella, así que ignoraba las mariposas.

Era inevitable que algo tan simple como mirar desde el balcón le recordara a ella.

Luego de que Yves convenciera a Gowon, le contó sobre su plan, era bastante simple, pero la rubia no estaba convencida de que funcionaría.

— Yves, voy a... es decir, ¿puedo despedirme de ella? — Preguntó la rubia, que en su mente rogaba para que la respuesta fuera un sí.

La más alta sin dirigirle la mirada respondió — Sabes que no, debemos salir de aquí en 5 minutos o tendremos que esperar un mes más para tener la oportunidad de escapar — seguía ordenando algunas cosas sin mirarla.

— Gowon, lo siento mucho, no hay tiempo, puedes escribirle una carta después si quieres — Respondió Chuu colocando una mano en el hombro de la rubia para tranquilizarla.

Gowon tomó las bandejas de comida que ya había preparado, sé dispuso a ordenarlas sobre la mesa mientras Yves la miraba con cara de impaciencia y Chuu con una enorme sonrisa.