Una persona triste solía buscar una forma de olvidar su tristeza, y me parecía que eran pocos aquellos que se atrevían a solo vivir con ello. No debía ser fácil.Algo dentro de mi me decía que si Yoongi el día anterior había dado a entender que era un alma desolada, era por que tenía alguna razón para hacerlo. Tal vez se sentía triste y solo.
Pensando precisamente en eso, obedecí a mamá cuando, al volver del supermercado, me obligó a ayudarle con eso de preparar un pastel de bienvenida para los nuevos vecinos de enfrente. Me pareció muy entusiasta de su parte, pero no me atreví a ir en contra suya.
Analicé la situación, sabiendo qué tal vez no debía meterme demasiado en la vida de otras personas, pero me tranquilicé pensando en que solo estaba siendo cordial al llevarles un postre en nombre de mi familia.
Porque sí, mamá terminó dejándome sola en eso. Le surgió una reunión importantísima de trabajo, y no hubo más remedio que dejarla ir. Mi padrastro tal vez volvería esa misma noche, así que me animé al ver que pronto estaríamos los tres juntos como siempre.
Terminé de decorar un poco el pastel justo cuando el reloj de la cocina dió las dos de la tarde, y recién entonces me debatí en si realmente debía ir al departamento de Yoongi o no. Finalmente lo hice, porque no había horneado ese pastel en vano.
Me vi obligada a preguntarle a Taehyung el número del departamento del chico nuevo (aunque en realidad no lo era tanto) y además tuve que explicarle con lujo de detalle las razones por las que necesitaba visitarlo. Por suerte, mi mejor amigo no tenía demasiado tiempo para hablar por teléfono, así que dejamos el final de la conversación para después.
Toqué la puerta del departamento 403 y no pude evitar dar un respingo al escuchar un grito al otro lado de la puerta. Intentaba verme presentable, así que sostuve con más fuerza la caja con el pastel dentro con una sola mano y con la otra hice el intento de perfeccionar mi peinado.
—¡Ya voy! —escuché una voz que no se parecía en nada a la de Yoongi y por un instante me asusté al pensar en que estaba en el departamento equivocado; sin embargo, antes de poder siquiera verificar que no fuera así, la puerta se abrió de sopetón.
Un chico extraño, con ojos bonitos y alargados apareció de pronto frente a mi. Era bastante alto, aunque para mi todo el mundo lo era. Ambos nos miramos en silencio por un par de segundos.
Fue entonces que recordé que Yoongi tenía dos roomies.
—Uhm... hola —susurré, intentando analizar su rostro algo atónito—. Yo... bueno, vivo en el edificio de en frente, somos vecinos. Venía a dejarles este pastel de bienvenida, mi madre dijo que ayer...
—¡Ah, tú debes ser Ahram! —me interrumpió aquel chico con una voz grave que extrañamente se me hacía algo tierna—. Adelante, pasa.
No pude volver a abrir la boca antes de que él me tomara del brazo y jalara ligeramente de mi, obligándome a entrar al departamento sin siquiera poder percatarme de ello.
—¡Hyung! —llamó en dirección a un pasillo pequeño y oscuro—. ¡Hobi-ah, tenemos visitas!
—Uh... yo —susurre aún dubitativa. No era la mejor a la hora de socializar con básicamente cualquier persona, así que en realidad no tenía demasiadas ganas de estar ahí dentro con tres completos desconocidos—. En realidad tengo cosas que hacer así qu-
—¡Genial, un pastel! —una voz nueva fue la que me interrumpió esta vez.
Un chico alto (aunque no más que el primero) apareció de repente, acercándose a mi como si fuéramos conocidos de toda la vida. No tuve tiempo de reaccionar antes de que prácticamente me arrebatara la pequeña caja entre mis manos, sonriéndome de la forma más radiante posible.
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Destructive addiction ;; SUGA - BTS
FanfictionYoongi y Ahram son dos polos totalmente opuestos. Min Yoongi tiene una vida mal encaminada, unos sentimientos muy bien ocultos y secretos que piensa llevarse a la tumba. Sung Ahram tiene una gran fe en Dios, congrega todos los fines de semana en su...