Quedarte ➳ j.b

Capítulo 1

—¿Justin? ¿Qué haces?- dije al ver cómo echaba todas sus cosas en unas maletas.

—Me voy.

Las palabras salieron rápidamente de sus labios. Lo mire confundida. 

¿Cómo que se iba?

—¿Vas a casa de tus padres? ¿Por qué no me dijiste? Te puedo acompañar.

Él negó.

—No, me voy. Ya estoy cansado de esto.

—¿De esto?

¿De qué hablaba ahora?

—Nuestra relación. Esto que tenemos. No es lo mismo. No se siente lo mismo Emma.— dijo y cerro las maletas.

¿Esto era un chiste? Tenía que ser uno, y uno de muy mal gusto.

—Buen chiste.— solté con una risita nerviosa.

No quería procesar las palabras que salían de su boca. No podía.

—No es ningún chiste Emma.

Tomo las maletas y comenzó a bajar las escaleras. Lo seguí.

—No me puedes hacer esto. Por favor.

No entendía nada.

—Lo siento.

Sus palabras eran secas. Carecían de sentimientos. Como si fuéramos dos desconocidos.

—Estás diciendo que te vas porque estas cansado de esto. ¿Solo dices un lo siento?

—¿Y qué se supone que debo de decir?

¿Quién era este hombre?

—Me estás rompiendo el corazón.

Las lagrimas no tardaron en aparecer. Él solo se quedo en silencio y camino hacia la puerta. Se estaba llevando piezas esenciales en mí.

¿Qué estaba pasando? ¿Qué había hecho mal?

—¿No te es suficiente nuestro amor?— me atreví a gritar a la vez que limpiaba bruscamente una que otra lagrima de mis mejillas.

Él solo me miro a los ojos y soltó un suspiro pesado. 

Cobarde.

¿Qué estaba mal? ¿Por qué me hacía esto después de tanto?

—¿No me vas a responder? ¿Solo te vas a ir como si nada hubiera ocurrido? Como si estos dos años hubieran sido nada. ¿Nunca te importo esto?

—Emma tienes que entender...— lo interrumpí. Varias cosas llegaron a mi mente.

Ya podía entenderlo mejor.

—Que nada Justin. Te vas con ella.— un sollozo salió por mi garganta. Bajo la mirada confirmando lo que temía.— Lo sabía. No puedes hacerme algo así.— susurre.— Me amas. Tú lo prometiste. Prometiste que siempre estaríamos juntos. Yo era el amor de tu vida.

—Las cosas cambian. Ya no tenemos dieciséis.

Era difícil de comprender cómo era que me hacía esto a mí. La persona que solía llamar su mundo. Quien lo había apoyado en sus momentos más oscuros. Quien le había dado todo.

Mis mejores años y momentos.

—No me dejes. Por favor Justin. Este no eres tú.

Así era como me pagaba.

—Lo lamento Emma.

—¿Te vas a arriesgar a perder estos dos años Justin?— fue lo último que dije con mi voz temblorosa.

—Tomare el riesgo.

Y eso fue lo último que escuche de él. Dejando un pobre corazón roto con un alma vacía. Se había llevado lo mejor de mi con él, en aquellas pesadas maletas.