Frunció el entrecejo al ver a su amiga de la infancia siendo cargada por un extraño, razones, número uno significaban problemas y número dos podían ser graves. No tardó en dirigirse a la puerta de su pequeña clínica para abrirla con rapidez, permitiéndole el paso al hombre joven que la llevaba en brazos.
_¿Qué sucedió?_preguntó el de la bata blanca, quien en ese tiempo todavía era un estudiante de medicina, pero no por eso podían darse el lujo de subestimarlo, pues era todo un prodigio en esa materia.
_Lo mismo de siempre, trabaja demasiado_responde el alulido. Un joven de cabellos negros y ojos marrones, quien no dudó en dedicarle una mirada de reproche a la castaña que traía en brazos.
_N-no tenías que traerme con él, estoy bien_se quejó con la mirada marchita, el cansancio y estrés la estaban atormentando demasiado, aunque ya se le pasaría, de eso estaba completamente segura.
El repentino tacto de una cálida mano en su frente la hizo callar, sobresaltándose ligeramente.
_Tienes fiebre_habló serio, a lo que esta torció el gesto. ¿Por qué la tenían que traer con él? Es cierto que es su mejor amigo y el único en quien confía pero por un poco de fiebre no era necesario hacer tanto alboroto.
_Si solo es eso, bastará con unas pastillas, no hace falta hacer un escándalo.
El de cabellos blanco y negro frunció el ceño, no dudando en arrebatársela de los brazos al pelinegro. Sabía de antemano que no estaba muy mal, con algo de descanso estaría como nueva, sin embargo, quería pasar tiempo con ella.
_Yo la atenderé, puedes irte_le despide amable, señalando la puerta con una sencilla inclinación de la cabeza.
_¿Qué haces? ¡Suéltame Hazama!_exigió en su defensa, pero fue ignorada por completo.
_La dejo en tus manos_cedió este sin dudar en marcharse. Cerrando la puerta tras sí.
_¿Hazama?_repitió el futuro médico sentándola sobre la mesa metálica de observación.
Rin desvió la mirada guardando silencio, habían discutido hace una semana y aún no hacían las pases.
El de orbes rojizos dejó escapar un suspiro cansado. Ya había lidiado antes con este tipo de fiebre así que decidió optar por la solución más rápida, una inyección.
La castaña por su parte observaba distraída los alrededores de aquella improvisada clínica clandestina. Clínica donde habían un montón de buenos recuerdos para ambos, y a pesar de que no soportara los hospitales ni nada que tuviera que ver con ellos, Hazama Kuro'o era especial en muchos sentidos.
Lo conoció en la escuela primaria cuando algunos niños le hacían bullyng por tener a su mamá en estado vegetal o estar lleno de cicatrices, cosa que le pareció demasiado cruel, así que no dudó en defenderlo e incluso meterse en problemas con los profesores, aunque aquello no le importó en lo màs mínimo. Sus padres habían muerto en un accidente y siempre le enseñaron a no tolerar las injusticias, tal vez fue por eso que siempre estaba metida en huelgas a favor de la clase afectada y ser una de los dirigentes de tales manifestaciones era arriesgado pero merecía la pena, lástima que su mejor amigo no estuviese de acuerdo con ella y justo por esa razón fue que pelearon.
_Para que tu fiebre pase rápido decidí que es mejor aplicarte una inyección.
Y esas palabras la hicieron volver a la realidad, echándose hacia atrás hasta que su espalda impactó contra la pared. Odia las inyecciones, o mejor dicho, les tiene pavor y ese dato su amigo lo conoce perfectamente, era obvio que estaba haciendo esto apropósito para molesrarla.
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Fiebre //Black Jack// |Hazama Kuro'o| [ FINALIZADA ]
FanficLuego de una fuerte discusión que los distanció durante una semana ¿quién diría que la fiebre los volvería a unir? Y esta vez de una forma completamente distinta. * * * * * * * * * * #32 Blackjack - 7/11/2024 Advertencia ♢ El dibujo de portada no m...