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Ya para Jiang Cheng era casi que rutina ir a casa de Meng Yao a recoger alguno de sus perros que no supo en qué momento se le ocurrió lanzar a uno de ellos al patio de su vecino para tener la excusa de ir a su casa.

Bien la excusa podría ser algo de azúcar como un vecino común y corriente, pero estamos hablando de Jiang Wanyin, él era de todo menos "común y corriente".

Con cuidado lanzó al animal por sobre la cerca, y vio como este se recostaba en algún lugar del patio ajeno. Justo como lo había planeado.

Justo cuando iba a ir a tocar la puerta de Yao se enteró que alguien le había visto, nada más ni nada menos que Nie Huaisang, quien estaba a punto de entrar a la casa de Jiang Cheng por la ventana otra vez.

-¿Qué se supone que acabas de haces? – preguntó ladeando la cabeza.

-Te conseguiré una cita con Mo Xuanyu si no dices ni una maldita palabra.

El mayor se puso la mano en el mentón, como si estuviera pensándolo, aunque en su cabeza había aceptado al instante.

-Está bien. – Y sin más se fue, como si nada hubiese pasado nunca.

Sí, se fue a contarle a Wei Wuxian lo que había visto.

Aunque se arrepintió antes de llegar.

No quiere morir a manos de Jiang Cheng.

Volviendo con el padre de perros, tras lanzar a su "bebé", fue a la casa de Meng, tocando la puerta que luego fue abierta dejando ver a A-Yao con el cabello mojado lo que dejó embobado a Jiang Cheng. ¡Pero no le pasará lo de la otra vez que se le quedó mirando!

Bueno, sí pasó.

-¿Wanyin? – Movió su mano frente a la cara del nombrado, sin ganar ningún tipo de reacción. - ¡Wanyin! – Esta vez le golpeó y sí obtuvo una reacción por parte del contrario.

-¡Potatsio! ¡Muy bueno! ¡Con arroz blanco! – Balbuceó saliendo de su mentrance menganesco.

-¿Qué?

-Nada. – Ya la cagó. Ahora entiende a su A-jie. – Mi perro está en tu casa otra vez, ¿puedo pasar a buscarlo? – Quizás se estaba arrepintiendo... solo quizás.

El más bajo se hizo a un lado dejándole pasar, Jiang Cheng murmuró un "con permiso" antes de pasar, no sabe por qué lo sigue haciendo si A-Yao ya no es un desconocido para él, a lo mejor es la costumbre.

Como casi todos los días, Jiang Cheng fue al patio de Yao, tomó a su perro y caminó hasta la salida.

-Wanyin, más tarde voy a ver unas películas que me pasó Da-ge, ¿te gustaría venir? No quiero verlas solo. – Propuso Yao, y como era de esperarse, Jiang Cheng aceptó al instante.

Quizás su disque plan salió algo mejor de lo que esperaba. 

My Dog Is In Your House 「ChengYao」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora