En la estación de metro.
Las personas iban, venían, esperaban su tren correspondiente, un día cualquiera en el subterráneo. Cuando el último tren que recién había llegado a la parada y dio marcha, tras pasar por el túnel, en el acceso que daba entre los carriles a los costados un portal de color blanco que destellaba una tenue luz azul se abrió y por él atravesó hacia el exterior una mujer, sin saber que la venían siguiendo de atrás.
Dicha mujer, poseía una cabellera color rosada y un traje de látex en colores azul y blanco, y a juzgar de las orejas falsas sobre su cabeza, uno podría deducir fácilmente que se trataba de un conejo.
Era Bunnyx.
—Bien mejor hago esto rápido, que sea del futuro, en este tiempo sea una adolescente y nadie sepa cómo seré en algún tiempo, no quiere decir que no sea contraproducente mi presencia aquí, todo tiene un equilibrio—. Dijo la heroína antes de ordenar su transformación.
El traje de heroína cambio a la ropa civil de la mujer y su kwami cayó sobre su hombro hambriento, y fue cuando quien estaba detrás suyo hizo aparición.
—Amh... Tía Alix—. Se escuchó decir a una vocecilla.
Haciendo que la pelirosa palideciera. Ella conocía muy bien esa voz. Se dio la vuelta con algo de incertidumbre, deseando estar equivocada, pero se vio que en realidad no fue así cuando al mirar hacia abajo se encontró con un pequeño rubio de grandes ojos verde esmeralda, de unos cinco años de edad, que veía el lugar con miedo por ser desconocido para él.
Los engranes en la mente de la futura Kubdel no tardaron en empezar a maniobrar.
—¡Louis!—. Exclamó la ojiazul tomando al niño entre sus brazos. —¿¡Qué haces aquí!? ¡Tengo que regresarte, Marinette debe estar preocupada! ¡Fluff...!
—¡Espera!—. Intervino de pronto la kwami conejo. —Aún no he podido recargar mis energías, y Alix, tienes el tiempo medido para esta misión—. Indicó el ser mágico mientras apuntaba el reloj de muñeca de su portadora, el cual tenía una cuenta regresiva, sólo tenía 40 minutos. —No puedes hacer desvíos.
—¿Y qué hago con Louis?
—Puedes dejarlo con Marinette, es decir, la Marinette de este tiempo.
—¿Qué no me escuchaste hace unos instantes? Es peligroso.
—No hay otra opción, además la casa de Marinette te queda de paso a donde vamos.
—Está bien—. Cedió por fin la adulta.
Alix miró al pequeño ojiverde de manera tierna para tranquilizarlo.
—No te preocupes Louis, te llevaré con alguien que pueda cuidarte mientras me ocupo de algo—. Le indicó al niño con voz dulce mientras éste asentía en respuesta.
Alix le puso la capucha de su chaqueta roja al niño para que la gente no lo viera tan fácilmente, después de todo, su principal característica es que era la viva imagen de su padre. Con paso firme pero acelerado la viajera del tiempo recorrió el camino a pie hasta llegar a el hogar de los Dupain-Cheng, no estaba muy lejos, pero ella tenía prisa.
Pasaría al edificio por la parte posterior, así no ser vista en la panadería. Subio hasta el departamento donde vivía la familia y tocó la puerta, con suerte, los padres de su amiga azabache estarían ocupados en la panadería y no notarían la presencia de su futuro nieto.
Tocó el timbre del hogar rogando que Marinette abriera, y en unos cuantos instantes (más unos tropiezos que se escucharon desde el interior) la joven azabache abrió la puerta del hogar, viéndose sorprendida al ver la versión futura de su amiga patinadora.
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Viaje en el Tiempo
Fanfiction|Especial 10K de "El Caballero Negro y su Princesa" - Reto Mayo Marichat 2020| Cuando la heroína portadora del Miraculous del Conejo, Bunnyx, recurre a la Marinette adolescente para que le haga un favor mientras ella cumple con una misión, la joven...