CULPABLES: NADA ES LO QUE APARENTA SER. (C#1)

*CAPÍTULO 3*

Narra Itzá.

Me quede como tonta mirando hacia donde aproximadamente cinco minutos atrás, había visto a Lucas marcharse. Todos pasan a mi lado y me miran raro y susurran cosas sobre mí, pero ni me inmutó, mi cabeza en estos momentos da una y mil vueltas, buscando respuestas al extraño comportamiento que lleva teniendo Lucas hace unos días, pero no encuentro absolutamente nada.

Vuelvo al mundo real y me dirijo a la clase de historia; a la cual iba diez minutos de retraso.

Entro al salón interrumpiendo la clase del profesor de historia, que me da una mirada de desaprobación.

— Lo siento profesor. —Agacho la cabeza apenada.

— Tome asiento señorita Ortega y que no se vuelva a repetir. —Asiento y busco asientos libres. Al fondo del salón veo a Nick y a su derecha esta Liam, voy hasta ellos y me acomodo en el asiento que estaba libre a la izquierda de Nick.

Lían me ve y sonríe, yo le devuelvo el gesto, mientras que Nick no se había percatado aun.

— Hola. —Llamo su atención ya que estaba centrado en algo en su libreta.

— Hey, hola peque. —Cierra su libreta y dirige su atención hacia mí.

— Lindo osito. —Señala el peluche que me regalo lucas.

— Gracias. —Digo cabizbaja mientras acaricio las orejitas del osito.

— Oye... lo de hace rato, disculpa, es solo que... olvídalo, no importa. —Dice algo nervioso.

— ¿O...okey? —Menciono algo confundida.

— ¿Pasado pisado?

— Esta bien.

— ¿Estas enojada? —Eso me hace reír un poco.

— Noup... claro que no. Además ¿Por qué debería estarlo? —Pregunto.

— Por nada.

— ¿Entonces? De todos modos seria muy difícil enojarme contigo. Eres como el hermano mayor que nunca tuve. —Sonrío, pero Nick al contrario cambia su expresión a una neutral, como si no le hubiese gustado lo que dije. 

Okey Itzá, deja de ver cosas donde no las hay, ¿Por qué le disgustaría a Nick lo que dije?

— Si... y tu eres como mi hermanita menor. —Ya no se si es mi imaginación o que, pero puedo jurar que eso lo dijo en un tono melancólico. 

— Señorita Ortega, joven Flings. Guardan silencio o tranquilamente pueden salir y tener su conversación a gusto fuera de mi clase. —Nick y yo reímos por lo bajo para luego centrarnos en lo que decía el profesor de historia.

.

Minutos antes.

Narra Nick.

— ¡¡NICK!! ¡ESPERA! —Mash corría e intentaba alcanzarme, pero yo aceleraba mis pasos aun mas. quiero estar solo, no quiero hablar con nadie ahora.

— Nick por favor, no puedo correr mas. —Escuche los pasos de Mash detenerse, así que disminuí la velocidad y me detengo, esperando a que Mash llegué a mi lado, pero no lo hace.

Decido dar vuelta y hay la veo, con sus manos posadas sobre sus rodillas intentando calmar su acelerada respiración.

Corro hasta  ella, levanto su rostro, veo lo sudado y pálido que se encuentra.

 — ¡Hey, Hey Mash! ¿¡Estás bien?! —La tomo de la cintura y la llevo hasta la banca mas cercana.

 — Si, estoy bien, es solo que... Me cuesta un poco respirar. —Su respiración sube y baja aceleradamente. Busco en mi mochila una botella de agua, se la ofrezco y empieza a tomarla, pero empieza a ahogarse y toser como loca.