Narra Daianna.
"Daianna... Daianna..." Alguien susurraba mi nombre, no sé quién. Mis ojos estaban cerrados, no veía a nadie, supuestamente estaba durmiendo. No soñaba nada, estaba todo negro en mi mente, pero mis oídos escuchaban una voz grave susurrando a mi lado. Finalmente abrí los ojos y me encontré en mi habitación, miré a mi lado izquierdo, ahí estaba Diego de rodillas hacia mí mirándome con su mano agarrada de la mía.
"¿Diego? ¿Qué haces aquí?"
"Tenemos clases, Daianna, hoy es jueves." Oh, lo había olvidado, con todo esto se me habían perdido los días, y ni siquiera me percaté de que era un día de semana.
"Cierto, se hará tarde. Gracias por venir." Diego asintió con la cabeza.
Salimos de mi habitación y bajamos a la cocina. Tomamos desayuno y nos fuímos al liceo.
Se me hizo extraño, no había nadie, estaba abierto y todo el rollo, pero no había absolutamente nadie. Ni auxiliares, ni directores, ni alumnos. Nada. Me giré hacia Diego, pero, ¡Sorpresa! No estaba. Tomé mi cabeza en mis manos y me agaché hasta el suelo. Mientras jalaba mi cabello me puse a pensar: ¿Qué me ocurre? Yo no era así, no era tan feliz, pero me conformaba con lo que tenía, era mejor que la mierda esta por la que paso ahora mismo. ¿Qué hice mal? ¿Qué carajo he hecho yo para merecer esto? Estoy loca. Completamente loca.
Me espanté cuando alguien tocó mi hombro. De un pequeño salto giré mi cabeza y me encontré con un chico rubio parado frente a mi.
"¿Estás bien?"
"Si. No te preocupes." Me paré "¿Sabes qué ha pasado hoy?"
"No ha pasado nada, ¿Por qué?" Lo miré sin pestañear. No recuerdo haberme drogado para empezar a alucinar o ver cosas que no son.
"Pero... No hay nadie por aquí." Pestañé.
"¿Qué? ¿De qué estás hablando? Yo diría que vinieron todos los alumnos de la escuela hoy." Le miré anonadada. ¿Esto era una broma? Yo aún seguía sin ver rastro de gente y él me decía que estaba lleno. "Por cierto, ¿Por qué tienes sangre en las mejillas?" Toqué mis mejillas. Sentí áspero. La sangre seca estaba sobre ellas, mis mejillas, claro. La última vez que lloré pasó lo mismo, mi sangre sustituía mis lágrimas... ¿Por qué? No lo sé...
"Tengo que irme" Corrí hasta los baños. Me miré en el espejo. Mis ojos estaban negros, no verdes como siempre. Mi cabello estaba horrible, pajoso. La sangre volvió a salir en vez de mis lágrimas. Estaba llorando, no por pena, por que ya no estaba triste, tampoco de felicidad ni nada...
Lavé mi cara, aunque era inútil, la sangre seguía saliendo de mis ojos sin parar. Finalmente, cesó un poco.
Salí del baño y del liceo. Tenía que ir a otra parte. Y qué mejor que el psicólogo, sí iría al psicólogo, no precisamente por que estuviese loca -que lo estoy-, si no, por que necesitaba ayuda, y Diego no podía ayudarme con esto. Estaba tan confundido como yo, o eso creo.
Llegué hasta una consulta psicóloga. Fui hasta una secretaría para que me atendiesen. Me acerqué a una chica de aproximadamente unos ¿veintisiete años? Sí. Ella levantó su cabeza hacia mí.
"¿Puedo ayudarte?" Preguntó ella cortésmente.
"Sí. Quiero una cita." Ella asintió y tecleó en su computador.
"¿Cómo te llamas?"
"Daianna... Daianna Carvajal." Asintió y volvió a teclear en su computador.
"Tienes una cita para mañana, a las 10:30am." Me entregó un pequeño papel. Lo recibí.
"Gracias." Sonreí y me fui.
En el camino de vuelta a mi casa me quedé pensando mientras miraba el papel. Nunca creí que haría esto. Que pediría una consulta para el psicólogo, y es que estoy loca. Esto no pasa. Por lo menos no a todas las adolescentes normales que conozco, y bueno... ¿Quién dijo que era yo normal? Más allá de la locura, cumpliré dieciocho años en dos semanas y aquí estoy, con la frente en alto soportando los malditos, asquerosos, mugrientos y jodidos sueños que tengo cada vez que duermo. Lo peor es que se hacen realidad y todo el rollo...
Llegué a mi casa, aún era temprano, así que decidí estudiar un tiempo, en la escuela me está yendo horrible, mis calificaciones están más bajas que nunca, bueno en realidad soy alumna pro-medio, o sea, notas ni altas ni bajas.
Se dieron las 19:15pm. Bajé a la cocina para servirme algo.
Con un plato en la mano, y un vaso de leche en la otra, subí a mi habitación. Me puse a ver la Tv mientras comía. Cuando terminé bajé y dejé todo lo que ocupé en la cocina y volví a mi habitación a ver la estupidez que estuviese viendo.
Sin darme cuenta me dormí, con ropa y todo, encima de mi cama .
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Sé que está corto, pero me estoy quedando sin imaginación, me gustaría haber podido poner más en este cap. pero no puedo por falta de tiempo. Y era esto o nada. Además que ya tengo más o menos como terminará, pero no sé qué hacer por mientras, la novela no puede ser tan corta y debería tener unos treinta o veinticinco capítulos por lo menos. Así que de a poco me las ingenio.
A penas pueda, subo la segunda parte de este capítulo.
EyelessyCatape.
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Will You Go To Sleep?
Mystery / ThrillerDaianna, con diecisiéte años, afrontando todo lo que se le vino encima... Justo cuándo entra al liceo, conoce a Diego, quién en realidad en Ticci Toby, sí, uno de los creepypastas más famoso entra a su vida y la salva de otros creepypastas que quier...