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Volvía a mirar la pantalla de su telefóno, buscando algo con que entretenerse, pero nada le llamaba la atención. Ni los juegos descargados o la envolvente música.

Eran las casi 2 de la tarde. El Sol aclamaba su puesto déspues de días de intensa lluvia poniéndose ardiente -y no de buen sentido-, se arrepentía de aquella queja que en algún momento había dado a la tormenta, porque seguro le estaba castigando la gran estrella del sistema solar -du'h-.

¡Maldición, tonta agua, mi ropa!


La luz se sentía abrasadora, quemaba, y un golpe de calor lo rozaba... Precisamente a él le tocó un día así, a él quién tenía un recordatorio de cada hora en tomar agua, porque si no, nunca lo haría. Mala suerte.

Y los pensamientos atacaron de nuevo, se alarmó, creía estar bien. No, debía estar bien. Entonces su respiración era un poco frénetica, como sí eso realmente lo ayudara a 'respirar'. Se percató de algo nuevo, otra vez el silencio reinaba, y los minúsculos ruidos serían bastante audible... Como...

Tic-tac... Tic-tac... Tic...

Asustado contuvo el aliento, Fred quería comprobar que ese conocido sonido fuese real. Intentaba agudizar el oido pero.., el retumbeo dejó de ser.

 • ℱ ℛ ℰ ⅅ •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora