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Ángel despertó y por primera vez en mucho tiempo enserio se sentía feliz.

No despertó con el mismo techo gris, ni con un trozo de carne podrida, ni con el temor de que alguien le hiciera daño.

¿y Alex? - se preguntó Ángel

Se levanto de la cama y siguió el rastro de perfume de alexander hasta la cocina. El olor a hotcakes lleno sus sentidos. Nunca había olido algo tan mas delicioso. Desayunaron juntos y nuevamente repasaron el uso correcto de los cubiertos y la forma correcta de comer.

El resto del día fue maravilloso, repasaron todo lo que Alex le había enseñado hasta que llego a su casa, y la joven especie se deleitó con la variedad de deliciosas comidas, hasta después de la hora de la cena. Alex no tenía otra opción tenía que hacerlo.

- No quiero Alexander.

-Lo se Ángel, pero si no lo hago, los guardias vendrán y nos harán daño a los dos. Lo entiendes, ¿verdad? – dijo, aunque él deseaba con todas sus fuerzas no clavar la aguja en su brazo, no tenía otra opción, aunque ángel no lo sepa, las inyecciones y todos los experimentos que le hacía, le dolían más a Alexander que a ella.

- ¿Cuándo dejaras de hacerme esto? -dijo cerrando los ojos y sintiendo el pinchazo en su brazo.

-Pronto, mi Ángel- prometió

"Será solo hasta que consiga las pruebas suficientes, te lo prometo mi ángel"

DÍAS DESPUÉS

-Vamos Alexander, tú puedes-dijo motivándose.

Alexander camino por el largo pasillo, intentando evitar las pocas cámaras de seguridad. Semanas antes se cortó el pelo parecido a uno de los científicos de mayor confianza, tenían la misma complexión física, solo bajo la cabeza y logro pasar fácilmente.

Toco la puerta levemente para ver si había alguien adentro, espero unos segundos y entro, busco en el escritorio, en el librero, pero no encontró nada, estaba a punto de rendirse. Cuando vio algo raro debajo del escritorio, vio algo parecido a una pequeña puerta debajo de este, movió levemente el escritorio. No había nadie rondando esa zona, pero no quería arriesgarse, abrió levemente la pequeña puerta y se encontró con varios papeles.

Papeles que podrían liberar a su ángel y probablemente a todas las especies de las instalaciones.

Inmediatamente guardo los papeles dentro de su bata y salió de la habitación lo más rápido que pudo.

-Esto es imperdonable!!-exclamo con enojo una voz.

¿Es la voz del director Stevens? -pensó Alex, para después esconderse rápidamente

-Lo siento señor, pero el espécimen 669, no sobrevivió a la vacuna...- se escucha un golpe.

-El animal es lo de menos, gastamos mucho dinero en ese animalejo y ahora está muerto-dijo golpeando la mesa- ¿Qué le diremos/ a los inversionistas?

¿669 está muerto? -pensó Alex, aunque no era nada sorprendente, el ADN era demasiado fuerte para que sobreviviera más de 2 años.

-Llama a tu contacto y dile que nos consiga más ADN, tenemos que hacer otro ¡Deprisa estúpido!

Alex salió rápidamente de las instalaciones, bajo al estacionamiento y condujo lo más rápido y discreto que pudo hasta su casa. Al entrar escucho como Ángel lloraba en la habitación, rápidamente subió las escaleras.

La vio sobre la cama llorando, rápidamente fue hacia ella y la abrazo.

- ¿Qué paso mi ángel?, ¿porque lloras? -dijo.

-Tú te fuiste y no sabía qué hacer, me sentí sola, las paredes se cerraban -dijo tartamudeando.

-Tranquila mi ángel, solo salí un momento -dijo.

-Lo sé, pero no quiero que me dejes nunca - dijo abrazándolo.

-Mi ángel, no te voy a dejar nunca ¿entiendes? - dijo mirándola a los ojos.

- ¿Lo prometes? -dijo.

-Lo prometo- dijo besándola.


ANGEL (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora