capitulo 2

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                  15/03/25

Despierto a media noche. Un escalofrió invade mi cuerpo. Una sensación de qué alguien me observa. Miro a la puerta, no hay nada o nadie. Miro a la ventana no hay nadie solo las luces de la ciudad y el cielo estrellado sin una luna que lo alumbre.

Creo qué soñaba con mi padre, caminaba con él, en la ciudad. Alrededor de nosotros personas inmóviles, en posiciones comunes, unas tomando té, otras caminando. El cielo era rojo, los edificios sucios y en descomposición. Creo qué estaba en Fuera de Tiempo.

Paso unos minutos despiertos mirando a la ventana y luego me quedo dormido.

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A la mañana siguiente el sol golpea mi rostro desde la ventana. Unos minutos después la alarma suena marcando las 6:00 am. Me levanto lentamente, camino al baño para lavar mi rostro y despertarme por completo.

Camino a la cocina. Tía Gloria ya se fue a trabajar.

De desayuno me dejó solo un jugo de naranja y un sándwich de atún.

Camino al colegio acompañado como siempre de Greg que habla ahora solo de que soy FT, pero siempre lo corto cuando hay una persona cerca.

Al llegar al colegio, Greg golpea mi brazo y dice —¿que no es tu tía?

El sr Harrison y tía Gloria estaban hablando con la directora Smith, al verme entraron a la oficina de secretaria.

— ¿qué hiciste?

—¿Qué?... yo no hice nada– le digo –desde  ayer tía gloria a estado extraña.

Es cierto, no me había dado cuenta hasta ahora que lo digo. Las preguntas que me hizo a la hora de la cena. Creo que ella me observaba ayer a la media noche, aunque no estoy seguro.

—Tal vez sabe que eres FT— dice con ojos bien abiertos.

—no, no lo creo, nunca le he dicho algo de ello.

Caminamos al salón de química, vamos un poco tarde o el profesor Jefferson llego temprano.

—Pasen adelante— el profesor Jefferson nos dice.

Entramos y nos sentamos en una de las mesas de atrás. En ella hay unos tubos de ensayo y unos elementos químicos que a un no reconozco.

—Nitrato de sodio— comienza el profesor —este es el elemento químico que hoy estaremos utilizando y...

El resto del tiempo en clases solo puedo pensar en ¿por qué la tía Gloria esta aquí? ¿Qué busca? ¿Por qué no está en su trabajo? Me siento extraño, como si hubiera hecho algo malo.

Al terminar la clase me dirijo al comedor de estudiantes y pido una malteada de chocolate en la cafeteria. Greg está con su novia y los amigos de su novia. Yo no tengo más amigos que Greg así que me siento solo en una mesa.

Al pasar el rato otra vez siento una sensación ya no tan extraña  para mí que me dice que hay otra parálisis. El entorno es de un color rojizo y las paredes de la cafetería y todo lo demás está sucio y agrietado.

Un movimiento extraño entre las personas inmóviles llama mi atención. Un chico con un abrigo de cuero negro y unos vaqueros, corre hacia la salida del comedor como si quisiera que lo siguiera.

A pesar de mis sospechas de que es extraño, lo sigo. Corro detrás de el a lo largo de un pasillo. Le grito para que me espere, pero no lo hace.

Al final del pasillo, cruza a la derecha y lo pierdo de vista por unos segundos, pero al siguiente  cruzo la esquina y un hombre que no reconozco rocía sobre mis ojos una especie de aerosol que nubla mi vista, detrás de el una mujer que parece ser la directora, caigo al suelo y pierdo el sentido.

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No puedo abrir bien mis ojos, me arde. Me levanto lentamente de una superficie fría, hecha de cristal. Aunque es transparente no puedo ver nada de afuera solo sé que estoy a una altura del suelo. Las paredes y el techo son hechos del mismo material. En el techo hay solo una luz que alumbra la caja de cristal en donde estoy. Todo afuera es oscuro así que en las paredes solo veo mi reflejo, intento ver algo pero sin éxito.

Pasa el tiempo, nada pasa, nadie aparece. Me pongo a pensar en ¿cómo es que estoy aquí? ¿por qué la directora apoya esto que me van a hacer o que ya me hicieron?

Al cabo de unas horas, una voz femenina pronuncia mi nombre completo para llamar mi atención (como si pudiera distraerme con algo más)

—Peter Streep... soy la dra Amanda Michaels, seré tu guía en las pruebas de actitud.

—Qué... ¿qué pruebas?— pregunto.

—serás enviado dentro de 30 minutos, esperamos que te comportes o tomaremos medidas drásticas...

—espera ¡no! ¿Qué pruebas?  ¡NO! —Le digo pero no me escucha.

—Prepárate —un sonido raro en la bocina al final de su información.

Una  esquina del piso de cristal se desliza para abrir paso a una caja de metal pulido de buen parecer.

Me acerco a ella, una manija se desprende sola y al siguiente la caja se abre rebelando una serie de ropas; abrigos, botas, jeans y camisetas. Reviso un poco más  para ver que hay pero solo consigo eso.

Me coloco una camiseta negra, la chaqueta negra y las botas. Me quedo con mis vaqueros y ya estoy vestido.

Al cabo de unos minutos una luz roja se enciende a lo lejos y después de ella y debajo de ella, una pared se abre, dejando salir de ella un camino que viene lentamente hacia mí. Al llegar a mi celda se ajusta a la pared de cristal, esta se abre dejándome pasar a través del pasillo.

Al llegar al final una mujer de ante ojos, cabello corto y amarillo, usa un traje ejecutivo blanco con bordes negro.

—Soy la dra Amanda Michaels, tu guía, sígueme— me sujeta del brazo y me arrastra a través de unos pocos pasillos que son todos iguales; paredes  blancas, pisos de mármol gris y el techo completamente iluminados.

— ¿Cuantos pasillos son?— le pregunto.

—cálmate, este es el último.

Cruzamos una última esquina y allí en frente de nosotros una enorme puerta de metal pulido, con muchos artefactos para aumentar la seguridad.

La dra Amanda introduce una serie de números en un computador pequeño que esta adherido a la puerta.

Al final de la serie de números por fin la puerta se abre, mostrando detrás de ella una sala enorme y completamente blanca e iluminada.

—Pasa al frente– Amanda dice —y ponte en el medio de la habitación.

Camino lentamente, la puerta de metal se cierra tras de mí y me centro en la gran habitación blanca.

—ok Peter, relájate, esto será sencillo– la voz de Amanda ahora suena en toda la habitación.

La habitacion se oscurece por completo excepto el suelo que tiene una suave luz

—primero evaluaremos  inteligencia, luego avilidad y por ultimo fuerza.

Al terminar de hablar las paredes y el techo se van encendiendo por fragmentos de un ambiente distinto y extraño que no logro reconocer.

Se completa la transformación y  me doy cuenta que es un campo de ajedrez.

En frente de mi hay una especie de soldados completamente vestidos de blanco a mi lado una mujer hermosamente blanca con una espada de cristal y por supuesto un vestido de realeza.

La hermosa reina y yo estamos elevados a una altura donde puedo ver al equipo contrario, pero eso no significa que no me pueden atacar.

Ataco yo primero.

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Nota:

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17/03Donde viven las historias. Descúbrelo ahora