Capítulo 5: ¿Quién soy?

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Erick

—No puede ser— respondo incrédulo a través de mi celular.

—Pues si puede ser. Caroline se la pasa preguntando por ti, me dijo que sentía una extraña sensación y que le pareces familiar.

—Oh mierda, ¿al menos le dijiste lo que acordamos?

—Sí, pero no quedó muy convencida y porque la conozco me atrevo a decir que es capaz de seguir preguntando hasta dar con la verdad, sinceramente no entiendo a qué regresaste, pero esto de mentirle a mi mejor amiga no me gusta para nada.— Me reprocha.

—Oye, Samantha, sé que esto no te gusta, a mí tampoco y aunque quisiera explicarte no puedo hacerlo, solo confía en mí. Hazlo por los buenos recuerdos de la infancia, por favor.

—Erick, es que no estoy de acuerdo, ella no se lo merece…

—Yo sé que no se lo merece—la interrumpo— ninguno de los cuatro lo merecemos, pero mientras la situación siga así no podemos hacer mucho. De verdad confíen, tengamos la esperanza de que mi regreso sea para bien...—digo más para mí, pero estoy convencido de que ella me escuchó.

—No sé si para bien, despertaste la curiosidad de Caroline y esa no era la idea. Soluciónalo, es capaz de hacerse tu amiga con tal de encontrarle respuestas a sus preguntas. Solo puedo decirte que no la dejes acercar mucho a ti, hazle creer que está equivocada con respecto a sus sensaciones, estoy 100% segura que ya se hizo un historial y es mejor que ella crea que es pura paranoia a que sepa que tiene la razón y su intuición no le falló.

—Eres experta en contradicciones, primero quieres que nos reunamos a hacer tareas y ya quieres que me aleje— me burlo— aunque es más sensata la opción de alejarme.

—Lo siento, es que hacía mucho no los veía juntos y me emocioné, pero esto si es en serio, es mejor que te alejes—su tono de voz tiene notas tristes.

—Está bien. Debo dejarte, adiós.

—Adiós.—se despide ella también.

Esta conversación no me ayuda mucho, antes me descompone, tener a Caroline cerca es algo que no me imaginé desde que tuve que separarme de ella. Estoy aquí porque me toca, no es que quiera, aunque no niego lo feliz que me hace tenerla cerca. Si soy honesto mi existencia es un infierno desde aquel día, el peor de nuestras vidas, sin duda. Ahora, en este punto no sé ni quién soy, el regresar conlleva el tener que vivir muchas situaciones, y mi felicidad por verla y tenerla cerca siempre será pisada por lo demás, siento demasiada impotencia al no poder decirle toda la verdad, al no poder acercarme como debería, la vida siempre se ha encargado de ser injusta con nosotros desde aquella desgracia que fue lo que dio paso a las siguientes…

Maldito ese día, solo ese día porque estoy seguro de que si eso no hubiera pasado las cosas serían muy diferentes y quizá, solo quizá nosotros seríamos felices como alguna vez fuimos…

La vibración de mi celular me saca de aquel pequeño trance y no dudo un segundo al contestar.

—Sí, dime.

—Erick, malas noticias… Caroline no solo le preguntó al fastidio que tiene como mejor amiga por ti, también lo hizo con la profesora de artes, sabes muy bien que se tienen mucha confianza, menos mal ella ya sabía qué responder, sin embargo, me dijo que se había puesto nerviosa y al parecer esa pequeña curiosa lo notó— me dice tan rápido que apenas y puedo procesar aquello, puede parecer una estupidez, pero en realidad es mucho más serio— No significa nada bueno, ¿cierto?

—No, para nada, esto se está saliendo de control, no debí volver, nuestra pequeña... curiosa no va a descansar hasta saber más de mí.

—Sabes que fue necesario que regresaras, te extrañé mucho… pero ese no es el punto, el punto es que aunque es muy arriesgado era lo necesario y ya estás aquí, ojalá todo salga bien.

—Sí, ojalá. ¿Algo más?

—No, solo ten mucho cuidado, tenemos suerte de que la directora sea lo suficientemente indiferente como para que le pregunte algo y conmigo, pues ni sospecha... espero, pero lo puede seguir haciendo con su amiga y la maestra.

—Tienes razón y luego hablamos—sin más que decir finalizo la llamada.

En el transcurso de esta me doy cuenta de que llegué a casa y no pasan dos segundos desde que cierro para que la golpeen.

—¿Es usted el señor Erick Stevens?— es un chico de mediana edad y por su uniforme y carnet de identificación sé que es de una empresa de correspondencia, así que opto por asentir— entonces, esto es para usted— recibo dos sobres—y por favor firme acá—me señala dónde.— Feliz tarde.

—Gracias.

Cierro nuevamente y me dispongo a abrirlos, leo el lugar de donde provienen, son unas cartas que he estado esperando y justo cuando voy a iniciar mi lectura, mi puerta vuelve a ser golpeada, con algo de fastidio voy a ver quién es la persona que ahora necesita de mí…

—Hola, Erick— dicen una vez quedo visible y ahora sí, no puedo creer lo que veo…

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⏰ Última actualización: Feb 10, 2021 ⏰

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