Kallista Zenia Emrys nace en el mundo de la alta sociedad de sangre pura. Siendo una de las últimas descendientes que quedan de Merlín, el mago más grande de todos los tiempos, se encuentra siendo agobiada por las expectativas extremadamente altas q...
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Había algo en la sala común de Slytherin que te hacía sentir muy cómodo. Era lujosa y elegante, probablemente por todas las donaciones que las familias de sangre pura hacían para que fuera así.
Después de la cena, justo después de que los prefectos nos mostraran el camino a la sala común, mis amigos y yo encontramos un asiento en uno de los muchos sofás de aspecto caro y continuamos nuestra conversación. Es curioso porque no es que no nos viéramos a menudo o nos escribiéramos todos los días, pero supongo que era porque nos sentíamos ilusionados por nuestro futuro juntos en Slytherin. Nos empujó a mis amigos y a mí a hablar de temas innecesarios sólo para pasar más tiempo juntos.
Me sentía como en casa. De verdad que sí.
"Sé que no debería molestarme", comenzó Daphne mirando hacia abajo en su regazo. "Todos los Slytherins mayores nos animaron, pero no pude evitar las miradas que nos enviaron. Especialmente de los Gryffindors".
Theo rodeó a Daphne con su brazo en un instante. "Sólo somos de primer año y ya hay gente que nos mira con desprecio".
Sí que nos miran. Me di cuenta de que la cabeza pelirroja que estaba asombrada de antes me miraba de repente con tal enfado que me sorprendió.
"Eso no es nada nuevo. Somos Slytherins. Nos odian por haber nacido brillantes". Dijo Draco despreocupadamente desde mi lado. "Cuidamos de los nuestros".
Todos asentimos dándole la razón. Después de unos cuantos bostezos de sueño, todos decidimos irnos a la cama. Todos los chicos compartían un dormitorio mientras que Daphne y yo compartíamos con otras chicas de nuestro año.
Cuando entramos, ya estaban dormidos. Nos pusimos los camisones, nos despedimos y cerramos los ojos. Mañana sería un nuevo día
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En el desayuno, nos sentamos en nuestra misma disposición de asientos. Llegó el correo y felizmente abrí una carta de mi abuelo, dándole un rasguño a nuestra lechuza familiar y un trozo de tocino.
Draco me empujó una caja de dulces. "De mamá".
La tomo dándole una sonrisa de agradecimiento. "Dale recuerdos a tu madre, por favor".
Él asiente volviendo a leer su propia carta.
Yo miro la mía y sonrío. Apenas ha pasado un día, pero ya echo de menos a mi abuelo.
Mi pequeña,
Como era de esperar, felicidades por haber llegado a Slytherin. Una larga estirpe de grandes Emrys ha estado en Slytherin y no me cabe duda de que tú serás igual de grande o incluso más.
