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Una nueva pareja comenzaba a florecer. Nuevos sentimientos encontrados luego de muchos "problemas" al poder descubrirlos y no de la mejor manera, pero que al final llegaron al mutuo acuerdo de que se aman con locura y decidieron empezar bien de una puñetera vez. Dejando el pasado atrás, aceptando lo que realmente importa. Felices con la nueva etapa de sus vidas.

Jack Conway y Gustabo García.

Quién lo diría, pero eh, todo en esta vida se puede. Y para el rubio fue algo tortuoso, pues el miedo a ser rechazado siempre estaba allí, recordando sus malas experiencias en este ámbito, pero gracias a su fiel amigo Horacio, pudo lograr algo que nadie había intentado, entrar en ese corazón de piedra que tiene Jack Conway. Siempre siendo simpático y coqueto, pero también vulnerable y tierno junto a su pareja. Comportándose de otra manera cuando está con él, siendo más sensible o cariñoso. Y ese hombre desde que lo vió le removió algo en su ser, luchó lo que pudo, casi se rinde pero lo logró, y está feliz. Todo va bien, ¿No?
Es la forma de ser de Gustabo... Un chico que depende de las personas que quiere... No tanto, aunque, es su forma de ser, pero también lo dará todo por los que ama, sin dudarlo.

El rubio ojos azules, un ángel a ojos de cualquiera, su tez blanca, cuerpo delgado pero hermoso. Curvas lindas, rostro digno de estar mirando por varias horas.
Hasta ahora no se lo cree, poder estar con este hombre... Tan... Íntimo, de esta manera tan cariñosa, que meses atrás no podía ni pensar de esta forma, creyendo que sería solo sueños y nada más. Y también, su inestable mente le juega en contra varias veces, pero decide ignorarlas, y tampoco llenarle la cabeza a Conway que tiene otra persona que le habla, pidiendo atención de su pareja a gritos para hacer lo que se le plazca, pero Gustabo es celoso y no permitirá eso, aguantando los feos comentarios y centrándose en poder saciar las necesidades de su novio.

Ahora mismo, estando en la cama, viendo televisión, en el gran departamento del Súper Intendente, el rubio acaricia el pecho del contrario por sobre la ropa, viendo un documental de supervivencia o algo así, en la comodidad de aquella cama matrimonial, sosegados y disfrutando de la cercanía. Todo perfecto... Y así será siempre ¿Verdad?

Jack Conway no entiende como llego a este punto de su vida, luego de todo lo sucedido, de cada cosa que ocurrió en su miserable vida llego a este punto, el punto donde tiene a alguien que esta cada mañana y cada noche junto a el, prácticamente cada día.
No hay mucho que contar sobre Jack Conway, el simplemente era alguien reservado, el cuál no hablaba con nadie, absolutamente nadie, siempre se ahorraba el socializar ya que le parecía molesto hacerlo, asi que es sorprendente el hecho de que lograra tener pareja. Ahora mismo se encontraba con "él", por que si, Jack Conway, el Superintendente de Los Santos; estaba de pareja con un hombre, para ser específicos, con Gustabo García. Acariciaba el cabello de este mientras escondía una pequeña sonrisa en su rostro, estaban viendo algo en la televisión pero Jack no le prestaba atención, simplemente se fijaba en Gustabo.

⎯No se tu Gustabín, pero yo me dormiré, mañana tengo cosas que hacer ⎯Dijo de forma calmada acomodandose en la cama matrimonial que ambos compartían. ⎯Descansa. ⎯Dijo cerrando los ojos con una pequeña sonrisa.

(...)

⎯¡Basta! ⎯Grito Conway molestó, sin ganas de seguir con aquella discusión absurda, quería parar de hablar, dejar de lado todos los problemas y alejarse de Gustabo.

Si, sonaba duro, pero Jack Conway es alguien inestable, muy inestable, por lo cuál puede llegar a aburrirse de las personas de forma demasiado fácil y rápida, quizás ahora mismo eso sucede con el, quizás se esta aburriendo de Gustabo, quizás se esta aburriendo de esa relación tan monótona, de todos los días lo mismo, de la actitud de Gustabo tan dependiente y tan empalagosa, Jack no es alguien que busque ese tipo de relaciones, el Gustabo que conoció en un inició no era así, era menos empalagoso, era más desubicado, era levemente diferente.

𝐈𝐦𝐩𝐨𝐬𝐭𝐨𝐫 ⎯IntenaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora