ᴇʟ ᴘᴀʀᴀɪ́sᴏ (01)

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Ese precioso chico de dieciséis años se movía como si fuese una goma de mascar, tan igual a una serpiente, las luces se apagaban y prendían al ritmo de la música, la sangre caliente recorría a toda velocidad, por el cuerpo de todos los chicos que bailaban, sus cinturas eran decoradas con pequeños listones rojos, los cuales representaban que ya estaban ocupados, lamentablemente esa no todos tenían la suerte de Park Jimin, que por ser el favorito y reconocido chiquillo de buen cuerpo, tenía clientes de un buen nivel social, viejos y jóvenes se llevaban el recuerdo de una noche llena de placer por parte de ese pelinegro, y es que solo con mirarlos los seducía.

Eran las tres de la madrugada, había acabado para el pequeño pelinegro, quién ahora se encontraba llorando y maldiciendo su vida, maldiciendo a sus padres.

—¿Por qué?

Se repetía a sí mismo mirándose el desastre de rostro que traía frente a un tocador.

–¿Por qué a mi?

Dejó caer su cabeza en la angosta mesa, sus manos pellizcaban su traje frenéticamente, el asco y odio por si mismo seguía presente, cada vez que miraba su reflejo, solo se miraba con desprecio y decepción.

—En esto debía acabar, ¿cierto? La única y última opción de Jimin, un chico horrible, odio a Jimin... odio ser yo, ¡me odio!

Jimin se miraba al espejo, sus párpados estaban húmedos, hablar solo se había vuelto una costumbre para él, viéndose con asco, para luego fingir una tonta sonrisa, estaba tan decepcionado y arrepentido, ¿Cómo un futuro pediatra había terminado en esto?

Jimin apretó los dientes.

—Que irónico, ¿Contento, Park? ¡¿Estás contento al fin?!

Estaba jalándose el cabello, su cuerpo se balanceaba en la silla, sus ojos estaban rojos de tanto llorar, no es como si la vida de Jimin fuese la peor, pero le dolía haber terminado en esto.

—No. No, yo no, ¿Yo tengo la culpa?

Rió en un tono suave y divertido, elevó de nuevo su mirada para mirarse nuevamente.

—Oh, claro que no, ellos van a pagar.

Limpió sus lágrimas bruscamente, reía sin parar, ya parecía un completo loco.

—No soy yo el que debe de sufrir, suficiente.

Jimin ya no lloraría más, estaba decidido.

—Eres un jodido cobarde, ¡Genial! Una marica.

Abrió lentamente una de las cajas de su tocador, sus manos sostenían un bonito collar de oro, lo más valioso en su vida, tenía un hermoso significado, acercó su rostro a aquel bonito collar y dejó un suave beso sobre este.

—Pero ya no será así, cariño, no volveré a sufrir por esto, es tan ridículo, lo sabes...

Ahora Jimin sonreía, dejó el collar en la pequeña cajita y se levantó, tenía sueño, sin embargo, no iba a dormir, no estaba en sus planes hacerlo. Se puso una chaqueta de cuero negra, llevaba jeans blancos y su peluca, nunca podía faltar, estaba dispuesto a ser feliz.

[❦]

—Señor, Min, no tenemos el dinero suficiente para contratar a la señorita Jihyo.

Uno de los empleados de la empresa más famosa de música estaba al frente del gran productor musical; Min Yoongi, quién se encontraba de brazos cruzados con una cara seria.

—Ah, me lo imaginaba.

Su expresión era tan despreocupada que el joven empleado estaba confundido, ¿Acaso la información no era mala?

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⏰ Última actualización: Feb 12, 2021 ⏰

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"ᴇʟ ᴘᴀʀᴀɪ́sᴏ" [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora