•La nota de Asami•
Es difícil.
Es difícil la vida desde que te marchaste.
¿Sabés?
Fui a nuestra cafetería.
Se veía mal.
Ya no tenía luz como cuando tú estabas.
Tu amiga ya no está ahí.
Renunció.
Es evidente que no se quedaría ahí.
No después de todo lo vivido.
No me gusta el café que preparan ahí.
Deje de tomar café.
Nadie prepara el cafés irlandés como tú.
Deje de ir a la cafetería.
Estaba cansado de esperar.
Estaba cansado de quedarme horas en la misma mesa.
Esperando tu llegada.
Una llegada que jamás habrá.
Mi mente es tan estúpidamente terca.
Quiere verte.
No admite que ya no estás aquí.
Se sigue aferrando a todos aquellos recuerdos.
Trato de no aferrarme pero...
¿Cómo no aferrarse a algo que te hacía sumamente feliz?
¿Cómo no aferrarse a algo que inconcientemente lo había feliz?
Deseaba tanto volver a aquella cafetería esperar tan solo unos minutos y escuchar tu voz diciendo.
-Un café irlandés-
Dime.
¿Alguna vez volveré a escuchar aquella voz?
Cuando leí tu última carta.
Quería decirle a tu amiga la muerte que aún tenía que esperar un muy bien tiempo por ti.
Quería que apartará sus huesudos brazos de ti y fueran remplazados por mis brazos cálidos.
Quería decirle que dejara de susurrar en tu oído aquellas palabras.
No era hora de dormir por la eternidad.
Era hora de vivir.
De divertirse.
De ser feliz.
Era hora de enamorarse.
Era hora de sentir mariposas en el estómago.
Era hora de dar el primer beso.
Era hora del primer amor.
Era hora de una cita.
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Asami estaba parado enfrente de la tumba de aquel chico del café.
Llegó con adornos de flores blancas.
Las flores más hermosas y extravagantes adornaban el lugar.
Asami entre sus manos llevaba una rosa algo singular.
Su tallo era de un color negro como el alma de Asami y la acompañaban espinas del mismo color que el tallo, eran los protectores de la flor.
Los pétalos de aquella flor tenían un color blanco tan puro y encantador.
Parecía que brillaba por si sóla.
La alegría, amor e inocencia de aquel chico que estaba en aquella tumba se reflejaba en esos pétalos.
La rosa fue dejada enfrente de la tumba.
El hombre suspiró.
Cerros sus ojos.
Llevo sus manos al frente cruzando las.
Y.
Los recuerdos con aquel chico están en su cabeza.
De repente sus recuerdos quedaron en un rincón cuando siento algo en su manos.
Abrió sus ojos y rápidamente miro su mano.
Una hermosa mariposa estaba en su mano derecha.
Tenía colores verdes y azules.
Era algo peculiar.
Asami lo entiendo.
Sonrió levemente y acercó la mariposa a sus labios.
La mariposa se quedó quieta,
Beso delicadamente el ala derecha después del beso salio volando.
Miro como la mariposa se alejaba cada vez más.
Miro por última vez la tumba del pequeño chico.
Y comenzó a alejarse con pasos lentos.
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En la rosa alrededor de su tallo descansaba una nota.
Una nota que al chico le hubiera echo muy feliz leer en vida.
¿Quieres salir conmigo?
-Si-
~Fin~
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¿Quieres salir conmigo? (AsamixMisaki)
RomanceEl pequeño ojiverde siempre le pedí una cita a su gran amor platónico...
