비어 있는.

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Maratón 2/3.

―¡Buenos días! ¡Oh! que delicioso se ve todo. Pero Jimin no está...
Nara emocionada tomaba asiento en la gran mesa.

Extrañados por la confianza e informalidad los presentes se miraron con sorpresa.
――El Señor Jimin nos pidió que hiciéramos el desayuno, comida y cena para usted mientras él no estaba.

――¿Él hizo eso? Wow, es una fortuna.

Sentándose en la gran silla con bordes dorados, daba bocados grandes a cada platillo que estaba ahí frente a ella.
――¿Puedo hacerles una pregunta?

――Por supuesto.

――¿Cuánto tiempo llevan con esta obligación?

Leves risas, esforzándose por no soltar grandes carcajadas.
――¿A qué obligación se refiere Señorita...?

――Nara.――sorbió de su vaso de agua. ――Me refiero a estar obligados a servirle a personas toda su vida.

――No estamos obligados a nada. Los Park siempre han hecho que nuestra estancia aquí sea más como si fuésemos parte de su familia.

――Pero... ¿No es cansado tener que... Estar encerrados aquí?

――Para nada. Nosotros no somos ninguna clase de prisioneros, si es eso a lo que se refiere. Todos estamos gustosos de servir para esta familia que siempre ha sido humilde y noble con las personas.

――¿Eso incluye al Príncipe Jimin?

――Sí. Sobre todo, él.

No queriendo levantar más sospechas de las que ya intuía que levantaba al ver como los hombres que servían el té murmuraban atrás de ella.
Nara prefirió dejar esa charla para después.

Aprovechó de los privilegios que se le habían presentado y no dudó en tomar una ducha en esa bañera con pétalos de Rosas que aromatizaban levemente el agua.

Seoji, quien era la mujer más anciana del lugar y la que tenía la tarea de revisar que cada cosa estuviese en su lugar, tuvo que entrar a la habitación donde Nara se hospedaba para limpiar los muebles.

Pasaba el pequeño plumero por sobre la mesa de noche, le fue imposible no observar que el vestido que la chica usaba ya estaba algo desgarrado y des-hilachado de las orillas.

Terminando su baño relajante y disfrutando de este, Nara salió secándose el cabello.
――Señorita Nara. Quisiera pedirle una disculpa en nombre de todo el personal, por nuestro comportamiento hace unos instantes.

――Descuide, creo que es comprensible.

――El Señor Jimin, no suele tener compañia en casa, mucho menos jovencitas como usted. A decir verdad no suele tener contacto con gente que no sea parte de sus deberes como protector de este pueblo. Por lo que es bastante extraño para nosotros que usted esté aquí.

――En ese caso, las disculpas deberían ser ofrecidas por mi, por inquietarlos.

――No, por favor, no lo haga. Siempre insistimos a nuestro Jimin a que haga amigos, incluso su Padre insistía en que... Saliera de su caparazón pero difícilmente lo hace. Más que nada, es esa razón por la que nos parece tan raro que a usted la permita quedarse aquí de la nada.

――Ahora que lo dice, parece que en voz alta también suena algo extraño para mi.

――También, noté que su vestido estaba demasiado maltratado por lo que he pedido que lo arreglen. Espero eso no sea molestia.

火花 HWAA; jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora