永遠の愛を込めて.

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――No intervengan de ninguna manera, es una orden.
Jimin de forma demandante, exigió a sus hombres que retrocedieran. Se deshizo de la mitad de la capa de color rojo que llevaba para poder moverse mejor.

Tenía sus dudas, por supuesto que su valentía en ese momento se desborda de su cuerpo, aunque eso no evitaba que se sintiera un poco inseguro, hablabamos de su hermano, de ese que fue entrenado para el puesto de General y tiene mejor experiencia que él.

Sin embargo, a ese punto, donde llamó a espíritus vengativos para acabar con él, donde intento envenenarlo y al mismo tiempo bombardeo el sitio donde se encontraba para deshacerse de él, Jimin ya estaba exhausto y no mintió al decir que pondría un fin a esa pelea tan infantil.

Yaemin fue el primero en irse encima suyo, forcejeando ambos con sus espadas, los únicos presentes eran aquellos que se supone debían proteger al Príncipe Jimin y en esos momentos, la impotencia los carcome.

Dio una patada al chico haciéndolo caer y raspar sus manos. ――¿Donde dejaste a tu acompañante? No me digas... ¿Quedó adentro? ¿Por eso ahora te sientes el Principillo valiente?  Que lastima, pero supongo que así son las cosas, siempre mueren personas por tu culpa Jimin, es hora de que pagues el precio.

Con furia en su interior por las palabras de su hermano, Jimin se puso de pie y esta vez fue él quien lideraba la pelea.
El hecho de que mencionara a Nara hizo que su paciencia se agotara.

Parte de Jimin se desquitaba por el hecho de todo lo que su hermano hizo, pero mientras levantaba y dejaba caer su espada contra su hermano, atacando repetidas veces,  a la mente de él, solo venía Nara.

Que fue alguien como su hermano, egoísta y avaricioso el culpable de que ella ya no estuviese más aquí, fue como si en ese momento, él quisiera vengarse por todo.

Y lo estaba haciendo bien.

Tanto que en cierto momento, Yaemin ya no pudo esquivar sus movimientos y quedó acorralado entre la espada de Jimin y el tronco del árbol.

Con la punta de la espada casi tocando su cuello, Jimin jadeo cansado.
――Parece que te subestime, hermanito.
Reía con miedo.

Seok Jin a pesar de que la escena que presencia favorece a su Majestad, suspira de forma triste.

Todos los presentes sabían que Jimin no tendría el corazón de matar a su propio hermano.

Como se esperaba, Jimin solo estaba ahí de pie, aún amenazando con su arma, sin hacer nada.

――Mi señor, debe...

――Sí, Jimin, escúchalo. ¿Qué esperas? No tendrás otra oportunidad de hacerlo.
No la volverás a tener así que es mejor que lo hagas de una vez.

Las memorias del joven príncipe le inundaron en ese instante, todas esas veces en las que ambos jugaban juntos, las ocasiones en las que Yaemin como buen hermano mayor, protegía a Jimin cuando aún eran niños.

Con ojos llorosos, su firmeza se fue desvaneciendo.

――¿¡Qué haces!? ¡HAZLO! MÁTAME DE UNA VEZ, ¿ni eso puedes hacer?

――Gané la pelea. Te derrote, ahora dejáme a mi y a mi pueblo en paz.
Aventó ambas espadas lejos y dio la vuelta para volver con su ejército.

Y ahí era.

La razón por la que las envié.

Yaemin alcanzó su espada y fue directamente hacia su hermano para atravesarlo.

Sus hombres gritaron y trataron de llegar a él lo antes posible.

La espada traspaso por su abdomen, no había sangre, solo miradas con impresión ante lo que veían.

火花 HWAA; jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora