PARK JOHN SUE
Los rayos que traspasaban la ventana obligaban a mis párpados abrirse. La tenue luz atrapada en las cortinas me calmaba. Deseaba que ese tiempo en el que los recuerdos desaparecen cuando acabas de despertar, durara para siempre. Deseaba que todo simplemente hubiera sido una pesadilla...
De alguna manera todo lo que era, todo en lo que me basaba para vivir, había desaparecido en segundos. Siempre es así, encuentro algo en lo que basar mi vida inestable, y luego queda derrumbado por las circunstancias.
Justamente todo se vino abajo cuando la mayoría de mis problemas quedaron resueltos. Tenía a mis amigas, había logrado ignorar los maltratos de mi padre y hermanos. Encontré una buena universidad en la que podría estudiar lo que me gusta, y lo más importante; luego de años y años de sufrimiento y dolor constante, de burlas, críticas e inseguridades, había logrado salir del armario, abrirme al mundo tal como soy. Abrirme sin miedo a mostrar mis gustos. Ya todo había salido, ya todos en el lugar donde vivía lo sabían. Pero no importaba, tenía que recomenzar.
Pero no cometeré el mismo error, no saldré lastimado. Me sumiré en mi soledad, no diré palabra alguna, no haré conocidos, no forjaré amistades. Ya no más.
Esta vez todo será diferente.
Fue un largo vuelo, era la primera vez que viajaba en avión, por lo que fue emocionante y terriblemente doloroso a la vez.
Papá y yo nos íbamos a quedar con la abuela Yeong. Nunca la conocí en mi vida, por lo que sabía que ese tiempo de adaptación iba a ser difícil.
En la puerta nos recibió la abuela. Estaba muy feliz de vernos ya que nunca pudo conocer a ninguno de sus nietos. Me dió la bienvenida con un cálida abrazo y nos guió a nuestras habitaciones.
Mi habitación era pequeña pero acogedora. Tenía buenas paredes y hermosos estantes, así que me daría gusto en la decoración.
Entré tímido con las manos cruzadas sosteniendo la pesada maleta. De alguna manera me sentía incómodo en esa casa. Extrañaba mi hogar.
Comencé a desempacar para tratar de reanimarme un poco.
Empecé a darle forma a la habitación. Decoré los estantes, las paredes, el suelo. Amaba ver como los objetos cobraban vida mediante el diseño.
Mientras me envolvía en aquel frenesí de decoración, no me percaté de lo que se encontraba en el fondo de la maleta.
En uno de los bolsillos del fondo, escondidas.... Las cartas, las fotografías, cada recuerdo con los amigos que había dejado atrás, con los amigos que no sabía si volvería a ver.
Me desvanecía en el aire a través de mis pensamientos. La impotencia y el dolor se apoderaron de mí. Caí al suelo en un irremediable llanto. Me dejé consumir por las lágrimas que llenaban mis ojos.
El sonido de la puerta me estremece.
– ¿Quién es? — seco mis lágrimas y me levanto del suelo.
– Soy tu abuela. Sólo quería decirte que en un rato iremos a visitar a nuestros vecinos. La señora Choi tiene un hijo que rodea tu edad, tal vez puedan ser amigos.
La verdad no me agradaba ese plan. Hacer nuevos amigos, socializar... Además, no me crié en Corea, aquí son muy tradicionales, yo me crié como un "típico adolescente americano"
A pesar de esto accedí a la idea de la abuela. No quería decepcionarla, sabía cuánto se ha estado esforzando por hacerme sentir cómodo.
Me preparé para la visita. Pensar en tener que socializar y hacer nuevos amigos me llenaba de terror. No quería pasar por lo mismo otra vez, había una alta posibilidad de que nos volviéramos a mudar, así que cumpliría con mi promesa de no hacer lazos ni encariñarme con nadie.
ESTÁS LEYENDO
SELF-ESTEEM
Teen FictionSigo en la búsqueda de una ascensión a mi autoestima. El agobio no me dejan librarme de los complejos e inseguridades que me ashechan. Soy mi peor enemigo, me destruyo a segundos. No sé cómo tratar con todo esto. ¿Cómo puedo estimar a algo que me...