La familia Lee tiene un secreto que también es su maldición después de que los antepasados de la nueva generación Lee engañarán una bruja, todo cambiará para esta familia de alfas
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Chenle salía del aula de clases de camino a la cafetería, su día había sido muy tranquilo hasta ahora.
-Hola Lele~ -dijo casi ronroneando una omega mientras le abrazaba.
Chenle se sintió incómodo por el acercamiento e intentó despegar a la omega de él, pero esta se aferraba fuertemente a él.
Hasta que llegó alguien a salvarle.
-No deberías ser muy ofrecida, después tienes mala fama -dijo uno de los dos alfas que acababan de llegar.
Chenle quedó anonadado observando al segundo, nunca se había sentido atraído por un alfa, pero el que acababa de llegar... No creía que pudiera ser más perfecto.
Hasta que inhaló profundamente, y ahí lo sintió, el olor a ginebra y un sutil olor diferente y misterioso provenían del otro.
El alfa más bajito continuó hablando.
-Si andas así de ofrecida nadie te tomará en serio querida -decía con falsa pena.
La omega le observó con mala cara y se fue indignada.
Mientras que Chenle no podía despegar sus ojos del alfa más alto.
-Hola, Tierra llamando a extraño -dijo el alfa bajito.
Chenle salió de su ensoñación para mirar al más pequeño.
-Lo siento y gracias por salvarme -dijo un apenado Chenle.
-No fue nada, por cierto soy Lee Donghyuck, pero me puedes llamar Haechan -dijo con una sonrisa tierna.
Chenle sonrió con ternura al ver al bajito.
-Un gusto Haechan, mi nombre es Zhong Chenle -dijo observando de reojo al otro.
Donghyuck se dio cuenta al instante de esas miradas a su hermano menor y sonrió pícaramente.
-Oh, este es mi hermano, Lee Sungchan -dijo con un brillo extraño en los ojos.
Sungchan dio un asentimiento de cabeza. El pobre todavía estaba mareado por el olor de menta de Jisung y venía un alfa con un delicioso aroma a uvas que podría impregnarse hasta en su alma; Sungchan sentía que quería vomitar.
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Actualicé de nuevo porque ya quiero que los puntos se vallan conectando.
Ustedes mis vidas están pasando muchas cosas por alto, se concentran en los encuentros y se olvidan de lo demás.
Pero bueno, quién soy yo para hablar.
Y una foto de el amor de mi vida
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Lucas, estás chiquito pero me vives atacando, tkm.
