Capítulo 3

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*Quiero dejar en claro que los personajes NO me pertenecen, repito NO me pertenecen*

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Narrador omnisciente

Annie y Candy ven como se aleja la carreta donde se encontraba Tom

Annie empieza a llorar, Candy no sabe él porque

Narra Candy

Veo que Annie por alguna razón empezó a llorar, no sé porque, pero tengo una idea, supongo que es porque ella también quiere tener una mamá y un papá.

Candy: Annie ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?

Annie: Candy – lo dice entre llantos – Oh Candy~ Yo también quiero un papá y una mamá – snif snif – Clint se había acercado para consolar a Annie – Gracias Clint

Pensamiento de Candy: Lo sabía, sabía que Annie también desea el calor de una familia, pero...Yo también la quiero a mi lado, es como una hermana para mí y eso significa que somos familia ¿verdad?

Candy: Escúchame Annie, nosotras estaremos juntas – se acerca a Annie y le besa la frente – Este beso Annie es de tu mamá.

Annie: Oohh~ Candy~ - ella también se acerca y le besa la mejilla – Este beso es de tu papá

Ambas niñas queriéndose, pero lo que no sabían es lo que les deparaba el futuro

Han pasado dos semanas desde que algunos niños fueron adoptados, en ellos incluido Tom.

Últimamente muchas personas han estado visitando el orfanato.

Los señores han estado hablando con los niños del orfanato, cuando le tocaba a Candy siempre hacia alguna travesura, se iba a jugar con Clint o se comportaba muy mal.

Annie era totalmente diferente, era una chica tranquila y educada.

El Sr. Britter y Sra. Britter, ambos de alta clase. Deseaban adoptar a Candy, pero como siempre ella muy traviesa, lo que decepciono a la Sra. Britter, pero no a su esposo. La Sra. Britter se interesó por Annie una chica educada y amable, así que convenció a su esposo y aunque al principio dudó, creyó que sería mejor Annie una chica con modales que podría aprender etiqueta más rápido.

Candy: Me halagan Sr. y Sra. Britter, pero me tengo que negar.

Sr. Britter: ¿Pero por qué Candy?

Candy: Sinceramente nunca me ha interesado tener una mamá o un papá, solo deseo seguir en el hogar de Pony.

Sra. Britter: Pero que niña más maleducada

Sr Britter: Cariño, por favor seguro lo puede reconsiderar, ¿verdad Candy?

Candy: Lo siento señores, pero no puedo

Sr. Britter: Ya veo, muchas gracias Candy, me hubiera encantado tenerte en mi familia.

Sra. Britter: A una niña tan maleducada no la quisiera ni cerca.

Candy: Y quien querría una madre de tan mal humor como usted – susurra –

El Sr. y Sra. Britter habían dejado la sala para dirigirse a su carruaje, pero la Sra. Britter se topa con alguien.

¿?: Espero haya disfrutado su tiempo aquí señora – hace una pequeña reverencia –

Sra. Britter: Gracias pequeña

Annie: Gracias a usted por venir

Sra. Britter: Oye querido – se acerca hacia donde está su esposo – Tenemos que hablar, esa niña Candy no quiere formar parte de nuestra familia, además es muy malcriada, que dirán los demás si presentamos a alguien como ella ante el público.

La Sra. Britter no deseaba a Candy, por otro lado, realmente quería a Annie una chica educada y de buen porte. Así que trataría de convencer a su marido de adoptar a Annie.

Sra. Britter: Por otro lado, esa niña ¿la ves? – Señalando hacia la dirección de Annie – Esa niña es una chica educada y tranquila, ella es simplemente perfecta para llevar el apellido de los Britter.

Sr. Britter: Mmm – el Sr. Britter parecía meditar sobre si adoptar o no a Annie – Creo que tienes razón, adoptaremos a Annie, estoy seguro que será una dama muy bien aceptada.

Así los señores Britter adoptaron a Annie.

Annie todavía no sabía sobre aquella decisión tomada por los adultos.

La Srta. Pony y la hermana María conversaron con Annie esa noche

Srta. Pony: Annie, qué opinas de los Britter

Annie: Los señores Britter son buenas personas, me parecen amables.

H. María: Bueno Annie, entonces estoy segura que aceptaras ser adoptada por el Sr. y Sra. Britter

Annie: ¡¿Qué?!

Srta. Pony: Sí Annie, los señores Britter ha decidido adoptarte

*Pum, se escucha desde el pasadizo*

Las tres chicas dentro del cuarto se sorprendieron por el ruido escuchado, así que la hermana María decidió salir a averiguar de qué se trataba.

H. María: - Abriendo la puerta que da al corredor - ¿Quién está ahí?

- Solo el silencio era dueño de aquella noche y un pequeño ratón que parecía haber botado el jarrón de las flores-

H. María: Uff – suspirando –

Srta. Pony: ¿Qué ha pasado H. María?

H. María: No ha pasado nada, solo un pequeño ratón que ha botado el jarrón

Srta. Pony: Ya veo, limpiaremos y buscaremos al ratón después. Bueno volviendo al tema...


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Continuará

Candy François de JarjayesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora