Advertencia:
Esto NO es libro, es una historia creada a mi manera y con mis leyes de escritura.
❝🥀❞
Era un invierno en América.
Los cabellos albinos de un hombre se balanceaban suavemente danzando entre ellos gracias al viento, sentir la frescura en el rostro era nostálgico para el soberano de todos los vampiros sobre la faz del mundo. Cien años, más de cien años existiendo era un infierno. Sus únicos entretenimientos eran salir con mujeres esbeltas y hermosas como musas angelicales y crear experimentos, de estos mismos salieron sus hijos, aquellos únicos que podrían darle muerte, la paz eterna. Así es silenciosamente, Karl Heiz le lloraba a la noche, a la luna, a las estrellas, sin siquiera derramar una lágrima.—Su belleza es espléndida ¿no cree? —. Comentó una persona desconocida apareciendo a su lado repentinamente, también admiraba el panorama que ofrecía aquel puente.
Karl Heiz: ¿Te refieres al cielo? ¿O a mi? —bromeó coqueto sin dejar de ver la brillante luna menguante.
—¿What? ¡A-al cielo, al cielo! —respondió con nervios, tratando de mantener formalidades —. Aunque usted también es muy atractivo, me refería al paisaje, no pretendo ser descortés.
El mayor ahogo una pequeña risa entre las amígdalas de su garganta antes de ver finalmente quien seria su acompañante, al cumplirlo quedó inmóvil. No podía creerlo, frente suyo estaba la persona de una antigua profecía que contaban sus antepasados.
(...) Y mientras nuestro imperio de inmortales este contaminado de vampiros viles, sombríos, sádicos, fríos, habrá un día en el que la nueva generación renacerá: todo iniciará por un vampiro que aún conservará la naturaleza humana, el deber de todos los reyes es buscarlo y convertirlo en el heredero o heredera de todo lo construido por nosotros.
O al menos, esa parte recordaba.
—¿Dije algo malo?
Karl Heiz: No —respondió cortante, saliendo de su trance —. No pretende ser descortés, eh. Se parece a mi hijo, el moradito de lentes —. Pensó inevitable.
—Se quedó mirándome demasiado y yo creí...—comentó con pena creando una pausa intermedia— lo siento.
Karl Heiz: No te preocupes. Solo recordé a mis hijos, en especial a Subaru, parecen tener la misma edad.
—Tengo quince, en unos meses cumpliré dieciséis —informó comenzando a caminar, instantáneamente Karl se le sumó —. ¿Y usted cuantos años tiene?
Karl Heiz: Muchos.
—Haha ¿así? ¿Tantos como para ser mi padre?
Karl Heiz: ¿Quién dice que no lo soy?
Pararon bruscamente, los ojos desconocidos intentaban procesar información ¿Era broma? No tenían ningún parentesco, si, seguramente era una broma o eso creerían. Sin decir algo más continuaron la caminata hasta llegar a un parque, la nieve estaba empezando a descender. El vampiro le pidió a Tn que lo esperara un par de segundos, iba a comprar unos dulces en la esquina, de paso aprovechó para llamar a sus amigos y narrar el suceso.
(...)
📱» Kimberly: Fue una experiencia bastante extraña.
📱» Humberto: Haha, cierto. Un tipo aparece de la nada, dice ser tu padre y ¡bum! Ahora te quiere llevar a Japón para que conozcas a tus hermanos.📱» Kimberly: Tn jamás caería en una trampa como esa, hahaha.
📱» — ¡Ja! Por supuesto que no, soy muy inteligente —contestó firmemente —. ¿O acaso creen que me subiría a un auto desconocido? —varios segundos de silencio se hicieron presentes, la llamada se había cortado por falta de señal —. ¿Hola? —miró la pantalla antes de guardar el celular en su bolsillo y suspirar creando vapor gracias al frío.
El Sakamaki regresó en su vehículo color rojo oscuro, un clásico que nunca pasaba de moda, y tocó bocina dos veces indicándole acercarse.
Karl Heiz: ¿Te llevó a tu casa? —ofreció sospechosamente con una radiante sonrisa.
—¡Claro! —se subió a los asientos traseros con toda la confianza del mundo, pues tenía demasiadas razones. Primero: el señor era agradable. Segundo: afuera hacia un frío de perros. Tercero: ¡dulces! —. Oiga ¿y los dulces?
¡Rum! Aceleró el carro a toda velocidad haciéndole caer en los asientos, ahora ya no podía escapar, era peor que tener un examen matemático.
—Entonces, no habrá dulces ¿verdad? —curioso desanimado ganándose una mirada burlona por parte del rey. Recordó las palabras de sus amigos.
“Oye, podría ser un vendedor de órganos en busca de carne joven.”
“O un pedófilo que mira Barbie.”
“Un loco escapado del manicomio.”
“O un asesino con trastornos bipolares que te llevará a un mundo repleto de torturas inimaginables y que sueña casarse con un pony que dispara rayos láser.”
No, lo último era un sueño de su primo Raul.
—¡Corre, perra, corre! —.Sin pensarlo dos veces intentó abrir las puertas, fue inútil con el seguro, aún quedaba una alternativa.
Karl Heiz: ¿Qué haces? —miró por el espejo retrovisor.
—¿No es obvio? Intento escapar —. Preparó su codo masajeándolo, contó números y llegando al tres golpeó el vidrio del auto sin parar logrando casi romper en cristales.
Karl Heiz: ¡Yamete kudasai!
—¡Ya metete un tiro, imbécil! —el hombre piso el freno causando su caída al suelo —¡auch! —cuando se pusieron en marcha nuevamente, se sentó y sacó el celular amenazante —. Llamaré a la policía.
Karl Heiz: Por qué mejor no llamas a tu familia —actualizó modo manipulador —. Deben estar muy preocupados por ti —terminó de convencer.
📱» —¡Mamá! Mamá, ayúdame, please. Llama a la policía, a los bomberos, a los noticieros, a los vecinos, a los mariachis ¡a quien sea, pero ven a ayudarme! —suplicó con desesperación.
📱» Madre: Cariño, perdón —sollozó la mujer del otro lado de la línea.
📱 » —¿Eh? Mamita, no entiendo —la preocupación estaba a flote —. ¿Estas bien?
📱» Madre: Escucha, yo...te vendí al señor Sakamaki —. Limpió sus lágrimas con los billetes antes de colgar.
Una tremenda sensación de tristeza despertó en el interior de su cuerpo, el destino jugaba tan sucio. Podría haberse vendido a alguien de Hollywood, un cantante multifomoso, o de esos secuestradores que terminan enamorándose de su víctima y teniendo hijos, ¿por qué desgraciadamente al señor Sakamaki? Deseaba llorar, parecía un simple objeto ante los ojos de aquella dulce madre, su amor por ella no disminuyo, tampoco el sentimiento de traición. Naturalmente Karl Heiz notó sus movimientos, sus penas, sin embargo no dijo nada.
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Ya vamos a encontrarnos con nuestros sukulentos* vampiros >:D
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¡NO SOY UNA CHICA! (Diabolik Lovers x Tn)
RandomDebe esconder su identidad ¿tú, te atreves a descubrirla? Mientras tanto disfruta con palomitas y un juguito se manzanita como los Sakamaki, Mukami y Tsukinami se vuelven locos gracias a la llegada de una nueva "novia de sacrificio" traída desde Am...