Jungkook tenía esta imagen de las hadas en su cabeza en la que ellas eran tiernas criaturas con voces dulces, demasiado amistosas y alegres. Pero al llegar a la escuela para hadas, se dio cuenta de que no era así, pues las hadas que transitaban por los pasillos de aquel gran lugar eran tan iguales a los adolescentes de su antigua high school.
Hasta el último momento guardó la esperanza de que algunas tuvieran alas, pero no vio a nadie volando por ahí. Sólo chicos y chicas que no parecían más que sencillos adolescentes, cargando libros o actualizando sus estados de instagram.
Estaba algo decepcionado en ese aspecto, pero no podía pedir nada. Ya la situación era lo suficientemente rara e imposible de creer como para que le anunciaran algún día que le iban a salir alas.
Lo que hasta ahora le había causado satisfacción era que aquel lugar fuera tan hermoso.
Porque estaban en medio de la nada, pero la naturaleza que les rodeaba, los ríos y árboles, eran fascinantes.
Además, la academia era gigante y tenía una decoración evidentemente bastante lujosa. Esperaba que los dormitorios fueran igual de bonitos.
— ¿Por qué siento que estás decepcionado de este lugar, Jeon? — la directora detuvo sus pasos en el recorrido que le estaba dando, mirándolo con una sonrisa que poseía una leve diversión.
Jungkook se sonrojó al darse cuenta de lo expresivo que era con su rostro cuando sentía algo. Era pésimo para esconder cosas.
— Nadie tiene alas. — le dijo tímidamente, admitiendo la razón de la expresión que había gobernado su rostro durante todo el recorrido —. Esperaba ver gente, digo, ¿Hadas? Volando y haciendo cosas mágicas, no lo sé.
La mujer rió suavemente, comprendiendo a la perfección por qué todo era tan extraño ante los ojos del inexperto chico.
— Bueno, solíamos tener alas mucho tiempo atrás. Pero las cosas cambian, y actualmente las hadas lo hemos hecho. — contestó ella a su duda, amigablemente —. ¿Te parece bien que te deje con tu familia de hadas ahora mismo? Porque si hay alguna otra cosa que quieras que te enseñe, supongo que podemos demorarnos un poco más.
— ¿Familia de hadas? — Jungkook repitió sus palabras, cuestionando con su mirada al no entender.
— Oh, sí. Las hadas con tu mismo elemento. — le explicó ella —. Son un equipo.
— ¡¿Entonces no soy la única hada del agua?! — abrió sus ojos con sorpresa, sin molestarse en ocultar su nueva decepción.
— No, lo lamento. Han existido desde antes de que nacieras. — ella se carcajeó fuertemente, negando con la cabeza —. Tienes mucho que aprender.
Jungkook estaba de acuerdo, pues no sabía una mierda sobre las hadas, y aún así era una. No era divertido.
¿Al menos volaban? ¿Aún sin tener alas?
Pronto haría esa pregunta, pero por ahora sólo seguiría a la directora hacia donde sea que esta lo estuviera llevando, pues ya había preguntado demasiado y no quería volver a quedar en vergüenza. Odiaba lo ignorante que era sobre aquellos temas.
Aunque de todos modos ya había hecho un montón de preguntas estúpidas.
No importaba si añadía sólo una más a la lista y por eso mismo pensó en hacerla de una vez.
Pero todas sus ganas de hablar desaparecieron cuando unas risas captaron su atención.
Pudo ver salir de uno de los salones a un grupo de cuatro hadas, luciendo cabellos rubios y una mirada demasiado intensa. Se veía que tenían cierta cercanía especial, además de sus parecidos tonos de cabello. Por eso Jungkook se preguntaba si pertenecían a una familia del mismo elemento, justo cómo la directora le había hablado de que él tendría la suya.
Jungkook no pudo evitar quedarse mirándoles, curioso y sin ninguna pausa. Ahora no dejaba de preguntarse cómo serían las demás hadas del agua.
Entonces, vio cómo aquellas hadas detenían su paso abruptamente, todas mirando a su dirección de un momento a otro.
A Jungkook se le aceleró el corazón enseguida, sintiendo que se desmayaría al creer que había sido descubierto mirando.
Pero ahí fue cuando se dio cuenta de cómo la directora avanzaba hacia aquellas hadas y una de ellas la saludaba a lo lejos, evidentemente fingiendo una sonrisa.
Y Jungkook supo que no lo miraban a él, sino a ella.
Por eso intentó relajarse y siguió a la directora hacia donde estaban aquellas hadas.
— ¿A dónde creen que van? Creí dejar claro que hoy vamos a ingresar nuevas hadas y no hay nadie que pueda faltar. — arqueando una ceja, la directora les miró con una media sonrisa y los brazos cruzados.
— No estábamos escapando. — respondió el rubio alto, que tenía su brazo alrededor de los hombros del otro rubio a su lado, mientras reía levemente —. De verdad lo has malinterpretado.
— Ya veo. — ella fingió creerle —. Bueno, supongo que podrá esperar lo que sea que iban a hacer. Ahora nos vamos al comedor.
Jungkook intentaba mantener su mirada alejada de aquella escena, fingiendo estar distraído.
Pero no pudo jugar a estar en su nube por mucho tiempo más, pues una mirada lo bastante fuerte cómo para sentirla caer encima suyo y arder, lo tentaba demasiado a mirar hacia el frente y descubrir lo que lo esperaba.
Así lo hizo.
Alzó el rostro para buscar la mirada que lo estaba asechando.
Justo en el momento en que sus ojos cayeron sobre la persona que lo observaba, Jungkook tuvo la sensación de sus latidos se detenían por completo. Así como todas las cosas a su alrededor.
Para que luego, cuando analizó los detalles más perfectos que un rostro podía tener, desde la nariz hasta los gruesos y esponjosos labios, todo continuara su curso abruptamente. Todo volviera al movimiento de golpe, incluyendo su corazón.
Y en una repentina velocidad llena de intensidad, como si una montaña rusa se detuviera por unos segundos en el punto más alto y luego sólo empezara a caer sin previo aviso.
Sus mejillas ardieron y no fue capaz de quitarle los ojos de encima.
Y él tampoco parecía estar dispuesto a cortar con el contacto visual, por lo que estuvieron ahí, siendo dos desconocidos que se miraban de manera fija por un momento.
Él mantenía un rostro serio, pero había algo en su mirada que a Jungkook le causaba mucha paz.
Jungkook fue quién bajó la mirada primero, no pudiendo batallar más. Todos sus nervios se habían encendido, sus emociones estaban intensificadas y cuando menos lo esperó, sintió que algo se retorcía dentro de suyo y una especie de electricidad le recorría todo el cuerpo, haciéndole cosquillas.
Había sentido eso antes. Eran sus poderes.
No pasó mucho para que, de los bebederos de agua que habían a sus alrededores, empezara a salir agua de todos a montón.
— ¿Jungkook? ¿Te sientes bien? — la directora le habló, alterada, viendo a su alrededor todo el desastre de agua que recién comenzaba —¿Has sido tú?
— Sí, lo siento... — se lamentó con voz débil, avergonzado —. Lo peor es que aún no he aprendido a detener los poderes cuando comienzo...
Oh, no. No quería enojar a nadie, pero podía ver en la cara de la directora que no le gustaba esa situación.
Lo peor era que ahora las cuatro hadas tenían toda su atención sobre él.
Incluido el ser más divino que había visto en toda su vida.
Y él no había dado una buena primera impresión.
(1/?)
cap dedicado a: sweetcutemimi 💗💖💗💖💗💖🥺🥺🥺🐣🐣🐣
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escuela para hadas ♡ ♡ >>> KOOKMIN AU/FIC
FanfictionJeon jungkook, que vivió toda su vida pensando ser un simple humano y no creyendo en lo sobrenatural, descubre en su cumpleaños número dieciocho que es un hada cuando sus poderes de control sobre el agua se manifiestan de la manera más inesperada. ...