El diente de león bailaba agraciado desde su posición, arraigado a la tierra, firmemente prisionero de sus necesidades básicas justo al lado de la acera
¿Se sentiría atrapado?
A veces las raíces podían ser más unas cadenas que una fuente de vida
Sacudí la cabeza -no- un par de rizos cayendo sobre mi rostro, aunque volviendo a su posición debido al viento que azotaba al pueblo con su gélida presencia invisible. Si inspiro profundo podría oler el rumor de una tormenta
Por el Creador ¿Qué acaso ya no existen el sol y calor?
Los días grises se habían convertido en nuestro pan de cada día, el invierno nos acecha desde las penumbras, no estoy del todo en contra de eso. Me agrada la sensación reconfortante de llegar a casa luego de un largo y congelado día para poder perderme en la seguridad de mis mantas y mi cama, pero complica las cosas. Es difícil salir si estás a 15 grados bajo cero cuando cae la noche. Además del hecho de que siempre tengo problemas con las mangas de mis camisetas, que por alguna razón siempre son más largas que la de los suéteres y terminan sobresaliendo de forma ridícula
A mi derecha, puedo escuchar la sinfonía cargada de amargura que entonaba aquel babélico y enrevesado bosque que rodea al pueblo entero. Tentadora como si se tratara de un himno a la perdición, ha pasado un tiempo desde que estuve ahí pero si me concentro lo suficiente puedo sentir el aroma del claro y sus flores en mi nariz, o la molesta tierra en mis pantalones
Por inercia, mis ojos buscaron alejarse de ese panorama conocido, aquel que susurraba mis secretos y me llamaba como a un viajero que estuvo demasiado tiempo lejos de su hogar
Suspire, la calle está tan silenciosa que hasta puedo escuchar mis propios latidos. Es aburrido caminar a casa sin los chicos, obviamente no es culpa de nadie que la casa de mi padre esté ubicada exactamente del otro lado de donde ellos viven. No me gusta estar solo, caminando durante media hora a estas horas de la tarde cuando todos están en sus casas calentándose frente a una bonita chimenea. Si fuera por mi, hace rato nos habríamos mudado junto al edificio escolar
¿Mamá estará bien en casa? Tampoco se lleva bien con la soledad, supongo que eso lo saqué de ella. Papá debe estar en la iglesia aún y debe faltar mucho para que vuelva
El crack conocido de mi cuello al tronarlo me clavó al mundo real otra vez. Mis ojos, que antes parecían en trance con el baile lento y pausado de aquel dandelion, ahora se habían despejado de aquella niebla hipnotizante y acogedora
El movimiento a mi izquierda llamó mi atención, un auto desconocido pasó a mi lado, adelantándome. Lo perseguí con ojos curiosos, ese auto... nunca lo había visto , pocas personas tienen auto en el pueblo y conozco a cada uno de ellos. Condujo unas casas mas hasta que su velocidad fue menguando, su dirección cambió y, con un giro lento, se estacionó frente a la cochera de la vieja casa del señor Víctor, aquel apático anciano que ahora se encontraba en la Gracia de El Creador. A medida que me acercaba, desde la acera frente a la vieja morada, mi mirada nunca se despegó de aquellos que parecían ser nuevas piezas del dominó
Contuve la respiración cuando una mujer bajó del asiento del conductor
¿Desde cuando las mujeres pueden conducir?
Su belleza era algo imposible de no admirar, su cabello castaño claro recogido, porte femenino envuelto por un vestido suelto color rosa pastel, desprende esa característica energía de madre. Su perfil, que enseñaba una pequeña y fina nariz, acompañando mejillas pálidas y ojos oscuros. Ella no advirtió mi presencia, perdida en la persona que estaba en el asiento del copiloto. Sus hombros tensos, y sonrisa apretada
Mi andar se alentó lo suficiente para poder ver quien bajaba ahora, solo por curiosidad. No pasó mucho cuando la puerta se abrió lentamente, casi como si la persona que estaba dentro ni tuviese energías para eso
Mi cuerpo quedó estático, sintiendo como mi corazón se saltaba un latido y mi respiración escapaba entre mis labios con un tembloroso suspiro.
No puede ser
El tamborileo en mis oídos, consecuencia de la forma apresurada en la que mi corazón había reanudado sus latir, apagó el resto del ruido ambiental. La persona que bajaba del auto parece... destrozada. Su postura, como si todo le diera igual, como si hubiese sentido tanto dolor que ahora simplemente no hay corte que le lastime. Su mirada gélida, de un color que no logro definir, ni siquiera flanqueó cuando miró a la mujer que deduzco es su madre. Su pecho estaba cubierto por una camiseta oscura que dejaba ver sus clavículas pálidas
¿Que no tiene frío?
Su pecho se expandió al mismo tiempo que echaba la cabeza hacia atrás. Su perfilada nariz inhalando todo el aire posible. Su mandíbula afilada parecía capaz de cortar el aire, algunos mechones de su cabello deslizándose hacia los lados de su rostro, acariciando su cien. Sentí que incluso el mundo se detuvo a observar el espectáculo que aquel muchacho hecho de arte daba
Había visto gente bonita, antes, porque como a cualquiera me encanta admirar la belleza. Pero este chico parece ir más allá de cualquier cosa que este pueblo tiene para ofrecer
Mis manos se apretaron sobre las correas de mi mochila, irguiéndome cuando de manera lenta su rostro se giró en mi dirección, con la cabeza aún inclinada hacia atrás.
¿Cómo se dio cuenta de que le estaba observando? Parece que me hubiera sentido hacerlo
Su mirada, carente de cualquier emoción, analizó mi inmóvil cuerpo. Casi que podía sentirlo sobre mi, y eso no puede ser posible. Porque el chico está a, por lo menos, diez metros de mi. Me obligué a respirar cuando sus ojos volvieron a encontrar los míos, una de sus cejas alzándose. Como cuestionándome
Él es tan....
La voz de la mujer rompió el momento, llamándole en un susurro con sabor a regaño. No logré escuchar su nombre
Lentamente, él se enderezo, unas hebras de su oscuro cabello cayéndole sobre la frente y él dejándolos estar. Con una inclinación de cabeza, volvió su mirada a su madre. Asentí a modo de saludo cuando la mujer se dio cuenta de que existo, y me regaló una sonrisa muy parecida a las de mi madre. Ambos cuerpos se perdieron dentro de la casa, mis pies guiándome lejos de ellos
¿Hay gente nueva en el pueblo? ¿Por qué padre no me comentó nada de esto?
El fantasma de unos ojos vacíos permaneció en mi mente hasta que llegué a casa
¿Quién es él?
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La Decadencia De Las Flores
Teen FictionTal vez se puede encontrar el mejor consuelo en aquellos que están igual de rotos que tú