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Sin duda alguna, el frío de las gotas lluvia era menos gélido que la mirada del castaño, y me resultó tan paradójico que ese color verde olivo tuviese la capacidad de ser tan glacial, que casi me arrepentí de haber corrido tras él. Puse el paraguas sobre nosotros, evitando que se siga mojando

Su cabello se pegaba a su frente, y sus mejillas estaban demasiado pálidas. Su ceño se frunció, mirándome como si le hubiese pateado una rodilla en vez de protegerlo de la lluvia

- ¿Qué mierda crees que haces?

Santo Creador...

Bufé, acaba de insultar en mi cara. Se que la gente de ciudad es permisiva y todo eso, pero su actitud es una basura

Bien, quizás estoy siendo exagerado. Yo también estaría un poquito a la defensiva si un extraño se me para al lado de la nada, no es como si yo fuese muy amenazante de todas formas pero es comprensible. Sonreí amablemente

- Lo siento si te asusté, soy Aspen. Pensé que quizás te agradaría compartir el paraguas...

-No, vete - se alejó con parsimonia, dejándome con las palabras en la boca como si escucharme aunque sea terminar la oración no valiese la pena. Troté otra vez hacia él, cubriéndolo otra vez... quizás yo dije algo mal, pero repasando mis palabras no encontré nada que pudiese ofenderlo al punto de llevarlo a ser así de hostil

Comencé asentir una molestia en mi pecho, arrugando el entrecejo volví a hablar

- Solo intento ayudar ¿sabes? - resistí el impulso de quitar el paraguas cuando bufó con molestia, por más grosero que él esté siendo no debería quitarlo - no tienes que tratarme así

- No necesito tu ayuda, enano - se alejó y comenzó a caminar otra vez, no sin antes rodarme los ojos

¿Cómo diantres acaba de llamarme? me detuve en seco, si quiere caminar bajo la lluvia pues bien por mi. Senti mis mejillas calentarse

¿Enano? ¡no soy tan pequeño! ¡Tengo una estatura normal para mi edad, el doctor lo dijo! ¡además no es mi culpa que el sea un rascacielos!

Deje mi furia fuera, ese sentimiento es tan peligroso como refrescante. Ha pasado un tiempo desde que lo sentí, casi desde mi ultima confesión, o incluso antes de eso. A veces suelo confundir mi frustración con ira, me regocijé un segundo en el hecho de sentir algo tan fuerte en tan poco tiempo. La peculiar presencia de Hunter había cambiado mi humor en menos de lo pensado, quizás demasiado rápido y el reflejo de huirle a eso me impulsó a dar un paso al frente, casi con la idea de correr tatuada en mi frente

Haz sido malo, Aspen

Sacudí la cabeza, intentando expulsar las memorias lejos. Vivir en el pasado me distrae del presente, y odiaría perderme un solo segundo del interesante espectáculo que es Hunter con sus acciones bruscas y hostiles

Por el resto del camino, el silencio fue solamente interrumpido por el crepitar de las gotas estrellándose contra el suelo. Ni siquiera nuestros pasos apresurados le hacían competencia a eso, y mientras huíamos de la lluvia no había ni un solo rayo de sol guiando nuestro camino

Su silueta era difusa frente a mi, detallé como la ropa había comenzado a pegarse a su cuerpo como si de una segunda piel se tratara. Una palabra para describir su físico es delgado, quizás demasiado para ser saludable, aun con las capas de ropa que pretendían cubrirlo del frío podía notarlo. Se dibujaba solo en la forma en que sus hombros parecen demasiado pesados para su cuerpo, o en como le cuesta arrastrar sus prendas mojadas. Quizás sean mas pesadas que él, y sentí pena durante un segundo por la forma en que se estremeció cuando la lluvia se volvió más intensa que antes

La Decadencia De Las FloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora