Cuerpo de payaso
Julio de 2010
Juanjo y Claudia llevan juntos unos cuatro meses.
A ella la echaron de donde trabajaba. Tuvo que buscarse otra cosa. Encontró algo en la empresa de un payaso que vende hamburguesas por todo el mundo. Le encantaron las pequeñas hamburguesas que se hacían para los menús infantiles.
Se pasaba el día comiéndolas.
Engordó.
Mucho.
Juanjo decidió que lo mejor sería que ella dejase el trabajo y empezase a hacer dieta y ejercicio. Cualquiera menos ese que ambos solían compartir cada noche.
Claudia aceptó los consejos de su novio. Confiaba en él. Juanjo se iba a trabajar dejando a Claudia en el gimnasio. Pero él no sabía que el único ejercicio que hacía Claudia era salir del gimnasio y caminar en dirección a su antiguo trabajo en la hamburguesería. Allí se sentaba a leer novelas románticas hasta que alguien abría. Entonces ella compraba varias hamburguesas pequeñas y se iba para casa justo después de comprar una revista del corazón donde se ponía a parir a las famosas que descuidaban su aspecto o su línea.
Mientras ella engordaba Juanjo se dedicaba a recordar los mejores tiempos de Claudia Nunca podría olvidarse de aquella tarde en la que ella se pasó horas luciendo simplemente un tanga morado y unos zapatos blancos de mucho tacón. Sólo con recordarlo se excitaba.
No hay nada más duro que desear a alguien que ya no existe.
Y Juanjo, una noche cualquiera en la que el calor le impedía dormir y se escuchaba la música de los horteras de ventanillas bajadas y música agitanada, se hartó de cómo estaba Claudia y se levantó de la cama. Buscó algo con que romper con todo. Y encontró un cuchillo y muchas ganas de ser malo.
Cuando levantó el cuchillo sobre el inmenso cuerpo de Claudia semidesnudo comprendió que ella sólo era una victima.
Se sentó en el ordenador y empezó a recopilar direcciones de establecimientos de McDonald's y no se conformó sólo con eso. También creó un foro de gente que odiase la comida rápida. Dejó su nombre, número de teléfono, una breve descripción, sus motivos, su dirección de correo electrónico y pidió que la gente contactase con él. Y se fue a dormir.
La mañana siguiente se despertó cansado. Pensativo. Sabía que había dormido poco y apenas había descansado. Pero tenía que trabajar. Cuando se acercó a su teléfono vio que tenía tres llamadas perdidas de un mismo número de teléfono. Llamó.
- Si, hola, tengo tres llamadas perdidas de este número y no lo conozco.
- Normal, no nos conocemos todavía pero nos acabaremos conociendo. Puedes contar conmigo.
- ¿Para qué?
- ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar?
- Sólo quiero que mi novia deje de comer esa bazofia.
- Te llamaré.
Juanjo se fue a trabajar con una extraña sonrisa. Guardó el número de teléfono desde el que le habían llamado. Lo identifica con dos interrogaciones (¿?).
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Topless
Aktuelle LiteraturEsta es la historia de Borja y de Juanjo. De Juanjo y de Borja. Uno huye de la justicia tras intentar matar al payaso de McDonald´s y otro cruza Estados Unidos para llegar a una reunión de la HBO en Hollywood. Unidos por un secuestro de avión llegar...