"Almas Gemelas."

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Capítulo único.

"Tal vez no estamos destinados a estar juntos..."

Universo 616

La armadura de Iron Man no le había pesado tanto hasta el momento en que se sentó en esa fría silla, frente al cadáver de la persona que alguna vez amó; Steve Rogers.

Tony tragó saliva con fuerza, las lágrimas se volvieron a amontonar en sus ojos y el nudo que le impedía hablar creció en su garganta.

¿Qué se supone que decías en una situación como ésta?

¿Cómo te despedías de tu mejor amigo, de la persona que tanto amaste aún sabiendo que todo era tu culpa?

Porque nada de lo que los demás pudieran decirle iba a quitarle de la mente a Steve, con el traje roto y ojos llenos de coraje gritándole si todo lo que estaba haciendo valía la pena.

¿Valía la pena?

Había creído que tenía razón, que por primera vez tenía razón en lo que estaba haciendo, que valía la pena luchar para defender en lo que creía, para hacerle saber a los demás que seguirlo era el camino correcto.

Todo era culpa de Rogers, realmente, por no escucharlo por única vez en su vida.

—La buena noticia es que no he bebido ni una sola gota de alcohol desde que pasó esto... Si no lo he hecho entonces tal vez ya no lo haga.— Su voz se quebró un poco al final, era muy duro decir esto cuando ya no había nadie más que pudiera escucharlo, cuando de hecho, Steve ya nunca más lo escucharía.

Ese pensamiento se sintió como si acuchillaran su corazón repetidamente, pensar en que simplemente Steve ya no estaba, no estaría nunca para escuchar sus locos planes, para pelear por la última dona o simplemente estar ahí.

Negó con la cabeza, pensó mejor en la promesa de no volver a emborracharse que estaba haciendo, solo él sabía la cantidad de veces que había roto esa promesa consigo mismo; pero esta vez era diferente, no era una promesa para el, era para Steve, para honrar su memoria, para hacerle saber que intentaría siempre ser una mejor versión de sí mismo aunque él no pudiera verlo.

—¿Sabes? Tenía la certeza de que saldríamos mal de esta pelea, pensé que tal vez jamás podríamos volver a estar en buenos términos, que tal vez jamás podríamos volver a ser amigos, o colegas o la cosa extraña y maravillosa que siempre fuimos y no le pudimos dar un nombre.— De repente un recuerdo lo atacó con fuerza, como si su mente quisiera hacerlo sufrir aún más. Recordó la voz de Steve en su cabeza, tan borrosa por el tiempo pero aún fuerte y amigable al decirle que Tony le había dado un hogar. —M-me dije que podía hacerlo, que no importaba, que de hecho podía vivir sabiendo que no volveríamos a ser cercamos porque pensé que estaba haciendo lo correcto, que estaba salvando vidas.— El llanto no lo dejó continuar, las lágrimas corrieron libres por sus mejillas, un sollozo escapó de sus labios.

Alzó la mirada de su regazo y un gemido lastimero e involuntario se le escapó, frente a él estaba el cuerpo de Steve, había sangre sobre él pero parecía que sólo estaba dormido, lo único que delataba que esto no era así era la falta de respiración.

Tony tenía que decirle, no volvería a ser igual de valiente que ahora.

—Hay una cosa que ya no soy capaz de decirle a nadie, ni a mis amigos o compañeros, la única cosa que... La única cosa que debí decirte a ti pero ahora... Ahora ya no puedo.— Tony suspiró, bajó de nuevo la mirada a su regazo. —No valió la pena.—

Almas Gemelas [Stony OS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora