La noche fue un tanto larga. La tormenta acabó por la madrugada, sin embargo, la lluvia seguía en un ritmo leve. Heejin estaba despierta desde que el reloj dio las siete, mientras que Hyunjin continuaba durmiendo, protegida por algunos cojines y con el único suéter de Heejin abrigándole. Heejin miraba por la ventana, esperando algún movimiento de alguien que estuviera cerca para arreglar la electricidad, sin embargo, aún era temprano y, de todas formas, no podrían empezar a trabajar mientras siguiera lloviendo.
El sonido de Hyunjin moviéndose llamó su atención, de inmediato se acercó a ella para saludarla.
–Buenos días. –saludó con dulzura la mayor. La menor reaccionó con una leve sonrisa y poniéndose roja al recordar lo que había sucedido la noche anterior. ¿Heejin habrá sentido su beso? No lo sabía, pero no podía evitar recordar lo suaves que se sentían sus labios junto a los suyos.
–Buenos días, Heejin. –sonrió, intentando relajar sus mejillas. Heejin soltó una risita al ver la reacción de la menor.
–¿Dormiste bien? –preguntó la mayor, buscando algo entre el interior de su mochila– Debiste haber soñado algo interesante, pues despertaste sorprendentemente roja.
La menor sintió sus mejillas arder aún más fuerte ante tal comentario. Sus nervios habían incrementado tanto, que incluso sentía nauseas. Sonrió para la mayor y comenzó a hablar:
–Sería el calor. –mintió.
–¿De qué? –preguntó la mayor con picardía, logrando que Hyunjin se pusiese aún más roja.
–De... tu... tu suéter. –tartamudeó la pelinegra.
La menor observó su móvil: de las cuatro barras que indicaban el servicio, sólo una figuraba. Además, tenía tan solo un 5% de batería: prácticamente podía apagarse en cualquier instante. Claramente, no había traído consigo su cargador y no tenía agallas para preguntarle a Heejin si traía uno con ella. Y, de todas maneras, ¿realmente servía de algo? al final de cuentas, el edificio seguía sin electricidad.
Heejin se sentó a su lado, mirando de frente los cristales que las protegían de la lluvia (y quizás, un frío más intenso también). Tomó su mochila y sacó un panecillo de adentro, abrió el empaque y partió el contenido en dos. Con cuidado, le pasó una mitad a la menor y le sonrió.
–Gracias. –agradeció con honestidad la menor. Ambas dirigieron la mirada a las nubes que, con lentitud, se disipaban.
Heejin miraba de reojo algunas veces a la menor, para asegurarse de que no se quedara con el estómago vacío durante el resto de tiempo que les quedara ahí dentro.
No había movilización alguna afuera. Heejin había estado enviando mensajes a Jungeun para que diera aviso de que se habían quedado atrapadas ahí, lamentablemente, su móvil tenía una recepción muy débil (y probablemente Jungeun estaría haciendo cosas más interesantes con Jinsoul).
–¿No viajarás esta semana? –preguntó la mayor. Hyunjin negó con la cabeza– Vaya. Pensé que saldrías a visitar a tu familia, tú sabes, semana libre antes de exámenes...
–Podría viajar, pero no tengo mucho dinero más que para un viaje a Bucheon y lo he dejado para una emergencia. –dijo en voz baja. Heejin asintió, sabiendo a lo que se refería al decir emergencia.
–¿Qué hay de Sooyoung?
Hyunjin rio.
–Bueno, ella tiene dinero de sobra, pero jamás abusaría de eso –afirmó–. ¿Qué hay de ti? Te he visto aquí en todos los días libres.
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Scars - 2jin
Romance"Donde Hyunjin y Heejin son (verdaderas) almas gemelas." Cuando era pequeña, la abuela de Hyunjin solía contarle su historia favorita: la de las almas gemelas. Hoy, Hyunjin no solo compartía habitación con Heejin, sino también algunas cicatrices. *T...