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Bakugou sale de su casa cabreado, con dos supresores en la mochila y un collar anti mordidas en el cuello.
Ha pasado una jodida semana con un celo insoportable, junto con los cambios de su cuerpo.
Cintura más pequeña y sus caderas algo mas grandes, teme por el cambio muscular sea contraproducente, además que ha notado que su aroma es direfente.
Toda la semana ha estado tan caliente, da gracias a sus viejos por conseguirle los mejores supresores y poder así dar fin a su agónica naturaleza. Ahora si odiaba ser un Omega.

Se dirige a la escuela, a pesar de que faltó una semana el nerd de Deku le ha estado llevando los deberes, no lo ha visto, pues siempre que lo escuchaba llegar y la bruja de su madre lo invita a pasar, el tonto Deku ha negado hacerlo. Y se va.
Siempre se asoma por su ventana para verlo, mas el nunca voltea. Aún cuando Bakugou nota que el pecoso hace su mayor esfuerzo para no hacerlo.

Pensando en eso, el no se da cuenta de la presencia de los demás, hasta que el olor fuerte de menta y chocolate invade su nariz.
Levanta la vista y lo ve, ve al tonto de Deku a un vagon de distancia.
Luce tan perdido en su mundo, que no nota que su aroma sale de él para embliagar a todo alfa y omega. Es tranquilo y da paz. Es algo normal para alfas dominantes jóvenes expulsar sus aromas sin darse cuenta.
Deku esta tan perdido en sus pensamientos, en sus tristes pensamientos que poco le importa que pase a su alrededor.

Bakugou tituvea si acercarse o no, pero cuando se decide, ya han llegado a su destino y se abren las puertas.
El pecoso sale primero que el y el cenizo lo sigue, tiene que decirle algo, no sabe que, pero necesita hacerlo.
Pero se detiene en su andar cuando ve a esa castaña saludar a Su Deku. Y para peor, el chico ha devuelto el saludo con una sonrisa enorme y brillante, que hace sonrojar a la omega.

Bakugou chasquea la lengua. Deku es un idiota y no se da cuenta como la chica suelta su aroma para coquetear. El si se da cuenta, pues ha hecho eso por mucho tiempo, aveces planeado, otras no tanto.
Los sigue hasta la escuela a una distancia prudente para no ser notado, y aunque quisiera intervenir, no sabe como. Normalmente le gritaria a la chica y marcaría su territorio, pero algo dentro no lo deja. Su maldito lobo le dice que mejor busque a su alfa, pero el quiere a Deku y no ese sujeto.

Y antes de poner en marcha su plan, alguien le llama por su espalda.
Voltea dispuesto a mandar a volar a quien sea quien lo interrumpió en su caza.

Pero instintivamente su enojo se esfuma y un extraño sentimiento invade su ser.
El alfa de la otra vez, su destinado le habla.

—¿Bakugou no es asi? — pregunta lo suficientemente alto para sin querer llamar la atención de todos en ese pasillo.
Bakugou asínte invocado toda su compostura razonal para no hecharte arriba del alfa. Sus ojos lo atraen como polilla a a la luz.
—Solo venía a decirte, que me hagas en favor de retirarte de esta escuela...

Al diablo su lado omega.
—¿QUE MIERDA TE CREES PEDAZO DE IDIOTA? — grito enfurecido  —¡NO PIENSO OBEDECERTE AUNQUE TE CREAS MI DESTINADO! — su furia llamo la atención de todos.

Todoroki respiro antes de contestar.
—Ni yo te quiero por solo ser mi destinado. Pero tampoco quiero que me estorbe en mi camino. Así que se un buen omega y... —no termino de hablar cuando Bakugou se le lanzó atacandolo.

Sin esperar todos los cercanos se dispusieron a detenerlos, entre ellos Izuku, que tomó a su amigo de infancia e intentó calmarlo.

—Ka-Kacchan calmate porfavor —le pedía mientras lo sugetaba.
Pero nada hacía calmar al chico, hasta que Deku no tuvo de otra que usar algo que nunca ha usado.
Basta Katsuki — su voz de alfa hizo helar a todos los presentes. Más al cenizo que hasta se ruborizo al oírlo, usualmente los supresores eran suficientes para ignorar la voz de algun alfa. Pero a la verdad es que Bakugou se calmo por solo escuchar por primera vez esa voz.

LO QUE TUVIMOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora