Ella está deprimida,
cruelmente abandonada en la soledad
que siempre siempre respresentó su vida,
llena de pura maldad.
Las palabras le dolían,
y su locura la atrapaba,
en un oscuro callejón sin salida,
cuando ella menos lo esperaba.
Su reflejo está roto en pedazos
según su deprimido pensar.
Se desahogaba en simples trazos,
tratando fallidamente de olvidar
todas aquellas palabras escuchadas a su pesar.
Rodeada de oscuridad,
ahogándose en un mar de traición,
ella ocultaba siempre la verdad,
en aquel roto corazón.
En una noche dolorosa,
su conciencia no dudó,
marcharse para siempre victoriosa
al son de la luz de la luna,
dejándola cruelmente a ella,
abandonada en la locura.
El odio la cegaba,
más la ayuda no bastó,
mientras todos de ella se alejaban,
finalmente sola se quedó.
Mejor irse para siempre,
a aguardar a un nunca jamás,
encerrada en su psicosis,
pensó, libre de cualquier paz.
Se refugió en su habitación,
heredando palabras rotas,
abrió su piel con sus cuchillas,
hasta que finalmente,
cayó la última roja gota...
