002.

2.4K 250 42
                                    

Su nombre era Megumi Fushiguro, hijo de un conde quien tomó el apellido de su fallecida esposa y quien también lo vendió a cambio de dinero, Toji Fushiguro.

A pesar de que se dice, que él amó profundamente a su esposa incluso hasta el día de hoy. Hay que decirlo, es un padre terrible.

Dándole su hijo Omega a un Alfa para tener dinero que muy seguramente, acabará mal invertido en una apuesta en carreras de caballos.

O de eso, se hablaba en algunas reuniones a las que fui.

Y, a decir verdad, no pude evitar sentir un poco de lástima por él. No sólo por el horrible padre que le tocó y por su situación de concubino.

Más bien, era por nuestra condición. El nacer siendo Omegas, era en verdad una desgracia y siempre te auguraba un futuro incierto.

Dependiendo de con que Alfa contrajeras nupcias, determinaría tu forma de vida. Siendo amado, siendo menospreciado, siendo maltratado o asesinado, todo era azaroso.

Nada era seguro.

Y la verdad era que él, Megumi Fushiguro, no vivía mal estando en el ducado Ryomen. Sukuna se encargó de hacerles saber a todos que, si su concubino era maltratado o insultado, serían inmediatamente ejecutados.

Si me es permitido decir, diría que Megumi también vivía con ciertos lujos. No podía quejarse.

Y yo tampoco podía hacerlo, después de todo, Sukuna también me dedicaba tiempo como su deber de esposo le indicaba. Le agradezco mucho que nunca me dejó de lado a pesar de irse a dormir en las noches con Megumi.

Ustedes saben a lo que me refiero.

Sin embargo, debo confesar que, llegué a sentirme mal al notar en los ojos de Sukuna, un brillo en ellos. Una punzada de dolor surcó mi pecho, y yo únicamente pude cerrar los ojos un momento para lograr serenarme y despejar mi mente.

Pues... El brillo en sus ojos, era el mismo que yo tenía cuando lo miraba a él, a Sukuna Ryomen.

Ese brillo especial que uno tiene al estar enamorado.

A pesar de que yo dije que estaría bien con este amor unilateral. A pesar de que yo me dije a mí mismo que con solamente estar a su lado, me bastaba.

Verlo enamorado de alguien más, me lastimó más que cualquier cosa.

Aunque siendo sincero, yo ya me esperaba una situación así. Pues mi relación con él no era más que una amistad pese a estar casados formalmente como esposo y esposa.

Nunca me miró con otros ojos que no fueran los de un amigo. Nunca tomó mi mano con otras intenciones, y aunque me besó, era más por deber que por sentimientos de por medio. Y también, nunca me tocó, ni me conoció como su esposo.

Ya sabía que Sukuna no me amaba. Pero, entonces, ¿Por qué mi pecho sigue doliendo si ya lo sé?

¿Por qué tengo que llorar si de por sí mi tiempo con él es limitado por su trabajo y el tiempo que le dedica a su concubino?

Tuve que interrumpir mi hora del té con él al decirle que me sentía indispuesto, y pidiéndole disculpas y sin esperar su respuesta me fui.

Y cuando llegué a mi habitación, sólo ahí, pude derrumbarme. Sintiendo la tristeza en las lágrimas que mojaban la almohada, que aunque eran saladas y cristalinas.

Resultaban tan amargas y oscuras.

-Traumada Taisho

Él no te ama, yo sí  [Uraume/Sukuna/Fushiguro/Itadori]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora