Salidas

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-¡Te miras preciosa!
Dije cuando Zoe se miraba en el espejo.
Hoy era su cumpleaños número dieciocho, y nos arreglamos para festejarlo. Tenía un vestido dorado, qué tallaba muy bien su cuerpo y tenía un escote en la espalda.

-¿Preciosa? ¡Me miró increíblemente gloriosa!

Estaba muy feliz por esta noche, iríamos a un boliche con un grupo de amigos, bueno y yo también me admiré, tenía un vestido rojo con un lindo escote de corazón, sé que no tengo la mejor figura pero con ese vestido se me miraban muy bien las curvas qué tenía.

-Y yo bueno tampoco me veo tan mal...

Hice una sonrisa, afirmando qué me gustaba lo qué miraba en el espejo.

-¡Te miras espectacularmente sexy!
Tienes unas nalgas envidiables nena.
Y me dio una nalgada.

Zoe no era Zoe sí sus cumplidos no los hacía mucho más grandes, y hacían qué uno se sintiera "sumamente ultra especial" y eso me encantaba.

-Okay Zoe, espero qué la pasemos "increíblemente genial", pero ya sabes siempre tenemos qué tener ojos muy abiertos.

-Anciana... Eso lo sé muy bien, no te preocupes.

El "anciana" era porqué obvio era mayor qué ella, yo ya cumplí los dieciocho y bueno era un poco más recatada en esos asuntos de ir a bailar a un antro.
La abracé.

-Espero y nos divertamos mucho, te amo mucho hermosa ¡Feliz cumpleaños!
Y le dí un beso en la mejilla.

-Oye no quiero llorar, arruinaré mi make-up. Pero yo también te amo, mi mitad.
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El grupo era Brad, Nina, Teo, y bueno otros amigos qué se llaman Cami, Martí, Gus y Will.

El lugar estaba al tope, las luces de colores, humo saliendo, y los amplificadores a todo volúmen y la música qué te ponía en ambiente.

Nos dirijimos al bar para observar más a detalle la gente bailando, tomando, y divirtiéndose.

-Nos das una ronda de tequila, porfavor.
Dijo Brad.
Nos la dieron y comenzamos a tomar y a charlar en una mesa. Nosotras las chicas ya habíamos detectado a un grupo de chicos universitarios muy atractivos.

Ya andamos más sintonizados al lugar y fuimos a bailar.

Me encantaba este tipo de salidas, disfrutar el último año antes de la universidad, pasármela genial con mi grupo de amigos, cantar a todo pulmón y mover las caderas como locas.
Este tipo de música no era danza clásica pero era muy capaz de sacar esos pasos prohibidos a flote.

Al rato llegaron otros chicos de la escuela, amigos de Teo. Al único qué reconocí fue a Adriá, tenía una gran sonrisa qué elevaban sus anteojos, una camisa azul marino y unos jeans.

Will estaba muy cerca de la cumpleañera, sabíamos qué le encantaba Zoe, pero Zoe solo lo miraba como un amigo desde el primer grado.

Estábamos bailando en un círculo grande, y cada uno tenía su momento de aplausos cuando se iba al centro. Estaba feliz, riendo a carcajadas, cantando, aplaudiendo, moviéndome fue genial y solo admiraba a Zoe y su gran sonrisa, me encantaba verla así.

A mitad de la noche, se me acercó un chico, era moreno, alto y corpulento.

-¿Quieres bailar?

Cuando pude ver su rostro. ¡Wow! era muy pero muy atractivo, pude ver esos ojos grandes negros, y unos labios carnosos qué tenía un piercing en ellos.

Imprevista Vida-Carol GalindoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora