único

54 6 1
                                    

ADVERTENCIAS

★Mucha toxicidad. Esto incluye golpes, insultos denigrantes, gritos, peleas, abandono.

★Omegaverse. Anudamiento.

★Menores de edad. En cierta parte de la historia se menciona cuando ya son mayores de edad.

★Consumo de drogas, alcohol, prostitución. Esto incluye alucinaciones (muchas), vómito, crisis de pánico, crisis de identidad, ataques de ira.

Violación al personaje principal.

Es importante que leas esto siendo conciente, se recomienda discreción.

PARA MAYORES DE 18
(sé q casi nadie hará caso, así q ojo)

[14.919 palabras]
Kookmin

















Sonreí escuchando a mi Alfa soltar palabras incoherentes hacia la puerta, mejor dicho, maldiciendo a ella por no poder abrir. Su aliento a alcohol podía sentirlo en mi mejilla desde la corta distancia y sentí pena hueca por ese objeto inerte. Solo me dediqué a observar a la luz de mis ojos como si fuera la maravilla del mundo; y es que él lo era.

Cuando pudo abrir, se alejó de mí para encender la luz mientras dejaba caer al suelo todo lo que llevaba en sus brazos y reía despacio. Ignoré sus acciones y las cosas esparcidas bajo nuestros pies para seguirlo por detrás procurando que no se caiga, pues borracho y drogado no era la mejor combinación que digamos. Es completamente diferente de lo que está ahora, cuando está consciente.
Entrando a su habitación, se dejó caer como peso muerto.

- ¿Tienes sueño?

Pregunté sentadome a su lado en la cama para quitar mis zapatos.

- No, es que mis ojos creen que se mandan solos.

Lo oí murmurar.

Sin borrar mi sonrisa reí ante su áspera voz.
En algún momento no pude escucharlo reincorporarse, solo sentí sus frías manos escarbando debajo de mi ropa para comenzar a rozar mi abdomen con sus dedos callosos; parecía un cadáver por lo helado que estaba. Inconscientemente pegué un pequeño salto de lo inesperado que fue.

- Joder, Gguk, que estas helado...

Gruñí.

Él me ignoró y siguió con lo suyo, dejando besos persuasivos en mi nuca junto a suaves roces que me volvían loco. Sus manos tiraron de mí hacia él intentando recostar mi cuerpo en la cama, pero me resistí sabiendo que no era un buen momento luego de lo ocurrido esta noche, hoy no quería follar ni la mierda que llaman hacer el amor, por lo que lo empujé ganandome un gruñido enojado de su parte.

- Quédate quieto.

Bramó en mi oído.

Temblé levemente, haciendo caso y dejándome hacer, intentando olvidar los recuerdos de hace unas horas atrás, olvidar lo que había visto y que era imposible no recordar.
Sentí odio, repulsión, nauseas.
Ante la asquerosa sensación que me provocó el recuerdo, le propiné un codazo en su costilla que lo obligó a soltarme dejando escapar un quejido de dolor.

MARW - 有毒的 - KOOKMIN - OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora