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Las botellas de vidrio estaban tiradas por todo el suelo de aquel departamento que momentos antes estaba limpio, pero después de las diez botellas de soju, una de vino, y una de whisky, todo se veía realmente mal.

- Jodida mierda es el amor - dijo mientras daba el último sorbo a la botella.

Estuvo apunto de tomar otra botella pero su mano no obtuvo nada. La caja estaba completamente vacía y eso hizo enfurecer, se sentía desesperado, fastidiado, enojado. Había tantas emociones negativas que no podía sacarlas todas de una.

Aventó la botella con fuerza contra una ventana, haciendo estallar la botella en mil pedazos. Algunos llegaron a su cara por lo que obtuvo ligeros cortes.

A duras penas se puso de pie y caminó directamente en busca de más alcohol. Era como si su cuerpo se sintiera tan necesitado de este, el realmente lo creía que lo necesitaba para quitar la fuerte opresión que sentía sobre su pecho.

No le importo ni un poco su estado de ebriedad. Subió a su auto y encendió el motor haciéndolo rugir.

A su mente vinieron la palabras que le había dicho Namjoon.

- No quiero a alguien que solo se preocupa por si mismo Yoongi. Realmente espero que Jin te aprecie porque eres alguien maravilloso... pero no eres lo que quiero, lo siento.

Todo en el se puso mal, su cabeza comenzó a doler, su cuerpo y su garganta también, sentía que todas las fuerzas se le habían ido. Y cuando lo vio sonreírle débilmente se sintió tan fatal que incluso sintió a su corazón dejar de latir por unos momentos.

Golpeó el volante con fuerza para después conducir en busca de más alcohol.

Era un poco tarde por lo que sabía que sería difícil de encontrar, así que fue a lo seguro, la casa de su hermana y madre. Mantenían reservas de alcohol para reuniones, además de que ellas también eran amantes de este.

Cinco veces estuvo apunto de chocar y dos de atropellar a alguien, pero por suerte llegó a la casa de su madre.

No se preocupo por estacionar el auto bien, solo bajó a débiles y malos pasos que lo hacían tropezar. Caminó hacia la puerta y comenzó a tocar con brusquedad.

No abrió la puerta quién esperaba, pero no le tomó mucha importancia.

- hazte a un lado - le dijo al hombre parado frente a el.

Quién solo cruzó los brazos, negándose a darle pasada.

- ¡QUE TE QUITES! - le gritó pues no tenía ni un poco de ánimo para esperarlo.

- ¿qué sucede? - salió una chica al escuchar todo el escándalo - Yoongi, ¿qué te ha pasado?

- Nada que te importe. - le contestó con fastidio - quita a este sujeto del camino, que solo estorba.

Hizo lo que le dijo, misma acción a la que el chico se quiso negar pero la chica fue más rápida.

Yoongi entró y no se detuvo ni a saludar a su madre, solo fue directamente en busca de más alcohol.

Se topó con un gran estante, que lo sintió como la misma gloria. Tomó todo el alcohol que sus manos pudieron sostener y caminó de vuelta a la puerta, pero alguien se interpuso en su camino.

- Tío Yoongi, no deje que nos lleve - suplicó el niño - prometemos que nunca lo molestaremos, que no comeremos y ni ocuparemos espacio, pero no deje que no lleve.

Quizo decirles "vayanse a la mierda" pero algo dentro de el, aun estando ebrio, no se lo permitió. Algo dentro de el le dijo que lo protegiera.

Dejo las cajas sobre una mesa y caminó en dirección a donde estaba su hermana con aquel sujeto.

Eres Detestable |Yoonnam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora