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Todo era claro, cómo el cielo azul ese día.

Quería odiarte, con todas mis fuerzas, pero el dolor y la tristeza eran más grandes.

Las lágrimas eran constantes, el sentimiento más asfixiante y yo solo quería morir.

Te insulto en mi cabeza cómo no tienes idea, te culpo a ti por todo el dolor que estoy sintiendo. 

Mi mente duda que seas una persona con el más mínimo sentir. Porque si lo fueras, no me hubieras hecho esto.


Lo que terminó conmigo, fue esa llamada. Tan eterna y pesada cómo si el mundo estuviera en mis hombros, aplastándome con cada segundo. El ambiente no ayuda, las ganas de escapar de esa situación son infernales, en ese momento, deseaba ser otra persona.

Tu voz no es igual. No hay arrepentimientos, no hay culpa, no hay nada.

¿Realmente es así?

Puede qué solo haya sido cosa mía, puede no haber sido cierto, puede ser qué el embriagador sentimiento de la aflicción haya sido quién me mató por dentro.

¿En verdad?

¿Hay culpa?

¿Por qué?

¿Por qué te sientes así?

¿Sientes arrepentimiento?

Dime por favor, dime qué es lo que sientes.

Deja de ser imbécil, tu voz suena cómo la de cualquier hipócrita, ¿es en lo que te has convertido ahora?

Deja ya de mentir.


Es en momentos como estos en los que me planteo muchas cosas. El arrepentimiento es tan grande cómo la distancia que nos separa.

El coraje es tan constante cómo los latidos de mi alma herida.

Y el dolor reemplaza el lugar qué alguna vez el amor ocupó en mi corazón.

Me arrepiento de confiar plenamente en ti.

¿Qué tan jodido he terminado para tener el sentimiento qué no debería sentir?

Pero sobre todo, me arrepiento de amarte tanto.

Supongo que siempre debí mantener un ojo abierto, incluso en las noches. Incluso entre sueños.

No sabes cómo me está doliendo esto, mi pecho se oprime y mis lágrimas caen como un huracán en el día más triste y desastroso.


Mira Jotaro, mira el desastre que soy ahora, mira cómo mis lágrimas caen despavoridas por ti. Mira lo que has hecho conmigo.

Es en estos momentos en dónde no sé quién fue más imbécil.

¿Eres tú? ¿Soy yo?

Supongo que merezco una explicación ahora, ¿No lo crees?

¿Sueno patético al pedirte qué me cuentes todo?

¿Será bueno para mi corazón saberlo?

No importa lo demás ahora.

Solo quiero escucharte, así que vamos, habla.

¿Qué hizo qué te arrebató los suspiros tan fácilmente?

¿Tan sencillo cómo probar nuevos aires?

Haces ver el reemplazo cómo algo tan fácil, cómo si realmente fuera, nada.

Me has abierto los ojos, y todo es tan, impactante. 

¿Sabes cómo se siente?

Es abrumador, tan abrumador cómo un golpe en el rostro de manera repentina. Te deja sin aire, te deja desorientado, quieto. No sabes qué pensar, no sabes qué hacer, porque simplemente estás, en shock.

En blanco, todo está blanco, justo antes de qué los sentidos lleguen y conviertan esa nada en todo. Sientes todo al mismo tiempo, todos de golpe, todos y cada uno de ellos en la mente, constantes, agresivos y por eso, simplemente, colapsas.

Porque ha sido demasiado.

Así, algo así se siente.


Ahora dime, ¿Qué sientes tú?

¿Qué sentiste cuándo lo encontraste?

Cuándo lo viste.

Cuándo lo besaste.

Cuándo le juraste amor y le prometiste lo qué alguna vez me prometiste a mí. 

¿Qué se siente despertar con alguien sabiendo que no soy yo?

Despertar para busca a esa persona, una nueva persona.

¿Pensabas en mí antes de verlo?

¿Antes de tomar su mano?

¿Antes de abrazarlo?

Jotaro, ¿Qué te hizo él?

No, esa no es la respuesta qué yo quiero.

Suelo suponer demasiado, hago toda una historia con tan poco, lo se, tú siempre me lo has dicho. Eso me llevará a la demencia, pero no puedo evitarlo.

Así que dime, ¿Esta ha sido la única vez?

Ahora qué estamos siendo honesto.

¿O es qué acaso el señor Kujo se ha divertido más de la cuenta?

No puedo creer en otra cosa que no sea en tu satisfacción, así que espero qué haya sido bueno.

Espero que lo hayas gozado, que lo hayas disfrutado mucho.

Y qué haya valido toda la maldita pena.




Y entonces el golpe final llega, porque he recibido algo más.

Con el alma abandonando mi cuerpo y el corazón en mi garganta, lo veo.

Los cabos sueltos se han unido.

Todo conecta.

Es verdad.

Entonces mi mente lo procesa.

Tu amante, tan joven.

Es el hijo de Joseph Joestar.


Mierda, supongo qué ahora sé su nombre.


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U&I | JotakakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora