《 • Prólogo • 》

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« Durante eras el poder divino del cristal bendijo al mundo y a su gente, trayendo una prosperidad duradera a la humanidad

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« Durante eras el poder divino del cristal bendijo al mundo y a su gente, trayendo una prosperidad duradera a la humanidad. Pero con el tiempo la promesa de su poder atrajo a innumerables enemigos, todos ellos celosos y deseosos de su poder. Fue así como las grandes naciones estallaron en guerra.

Fiore un reino pacífico ergio un muro mágico emanado por la fuerza de la piedra alrededor de Crocus, la ciudad de la corona, para poder mantenerse lejos de la destrucción ocasionado por la guerra. Todo comenzó hace más de una década cuando de pronto varios navíos fueron avistados sobre las costas de las tierras norte. 

Fue entonces cuando el fuego cayo sobre nosotros, en todas partes y sobre todas direcciones. Solo bastó un momento para darse cuenta que el conflicto había comenzado.

El ataque de Pergrande era una clara una declaración de guerra en contra de la Nación de Fiore

Ahora un último y pequeño escuadrón de la flota imperial del reino son redirigidas hacia las fronteras del sureste donde yace uno de los pocos puertos de comercio que fueron conquistados y ocupados por las tropas del enemigo. Todo con objetivo de poder cruzar sobre las embarcaciones sin ser descubiertos junto a la Princesa Hisui E. Fiore, legítima heredera al trono de Fiore, con el propósito de crear una alianza con el Reinado de Caellum. »

Llevábamos cerca de doce días cabalgando en dirección hacia el sur, alejándonos cada vez de la capital del reino y acercándonos un poco mas a las costas

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Llevábamos cerca de doce días cabalgando en dirección hacia el sur, alejándonos cada vez de la capital del reino y acercándonos un poco mas a las costas. Durante el trayecto cada día había sido peor que el anterior, y en especifico este día era el peor de todos. Un gélido viento que provenían desde el noreste, soplaba con gran fuerza hacia las costas del mar sur meciendo a los grandes abedules con cierta fuerza haciendo susurro entre ellos. Mientras que vapores de aliento tanto animal como humano subían humeantes sobre el aire helado.

Resultaba difícil avanzar en la nieve con menos de treinta centímetros de profundidad pues la traicionera superficie blanca ocultaba rocas, agujeros y otros obstáculos peligrosos en el camino. Además de que los caballos empezaban a resentir las consecuencias de un largo sendero congelado por la fría humedad por lo que continuaban resbalándose. Así es como terrones de nieve y barro volaban con cada galope y salpicaban a vientres y jarretes.

《Crónicas De Cristal • Heredero del Trono》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora