04 : O

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Hongjoong había intentado tener muchas citas, tambien buscar a alguien mas para rehacer su vida. Pero nadie parecía ser el indicado, por más que intentará, no había ninguno que logrará llenar su corazón.

Su madre decía que era porque aún estaba asimilando todo, que aún lo extrañaba y que todavia no se acostumbraba a su ausencia, que debía esperar un poco más. Ella tenía toda la razón.

Lo extrañaba demasiado, extrañaba su amor, su olor, sus chistes, sus abrazos, lo extrañaba por completo.

Pero no podia seguir esperando, sentía que ya era el momento de pasar de página, de superar que ya no lo tenía a su lado y odiaba que fuera demasiado difícil.

Sabía que no debía deprimirse y seguir adelante por su hijo, lo sabía pero aún así no podía evitar sentirse triste y solo. Lloraba de noche sintiendo la dulce fragancia que había dejado en aquella cama. Rogaba cada maldita noche para que volviera.

¿Porque le pasaba esto? ¿Porque el mundo lo hacia sufrir de esa manera?.

Esa noche, mirando la foto al lado de su cama en la pequeña mesita de luz que el mismo Seonghwa había hecho el día que se mudaron a esa gran casa, volvió a sentir vacío enorme en su corazón y sus ojos otra vez llenándose de lagri.

"Yo doy la vida por ti"

Se abrazo a si mismo rompiendo a llorar cada vez mas fuerte al recordar las palabras que le había dicho el día que se casaron.

Seco rápidamente sus lágrimas y intento tragarse el nudo en su garganta cuando sintió un pequeño cuerpo abrazarse a su espalda, tensandolo por completo.

— Papá, si quieres llorar, hazlo. — Dice en un susurro dulce y tranquilizador el menor.

Hongjoong se dio vuelta intentando ocultar su tristeza sonriéndole débilmente.

Yunho se volvió a abrazar a su padre ocultando su rostro en el cuello de este. Sabía que su papá había estado llorando y no quería que estuviera solito.

No le gustaba para nada verlo así con carita de mapache triste.

— Mi amigo una vez me dijo: que aquel pirata que no quiere pelear con el cocodrilo por miedo, es el pirata que nunca encontrara su tesoro. — Repitió Yunho con voz bajita y suave intentando darle una señal a su papá.

Y Hongjoong no pudo hacer más que tapar su boca intentando no volver llorar, aún así sus ojos se llenaron de lágrimas de inmediato. Seonghwa siempre decía eso.

—Yo no lo entiendo la verdad, pero el dijo eso. — Siguio el relato en un tono confundido haciendo reír al mayor.

— ¿Ahora te sientes bien?

Hongjoong beso la frente de su hijo con cuidado y asintió con la cabeza.

— Papá? — Vuelve a hablar el menor luego de unos minutos de silencio.

—¿Que sucede? — Le pregunta mirando hacia abajo sonriendo cuando ve como los ojitos de Yunho están llenos de estrellitas, brillando tan bonito. Como los ojos de Seonghwa.

—Te quiero mucho — Dice abrazándose más a su padre, tratando de no quitar esa calidez que el mayor tenía.

Intentando no volver a dejarlo solo.

—Yo también te quiero mucho, mi amor. — Murmuro con una sonrisa dulce, peinando el cabello del menor con sus manos haciendo que a este le agarra el sueño de a poco.

Cerró sus ojos sin dejar de hacerle mimos en la cabecita a Yunho volviendo a sentirse en paz.

A veces la mejor cura para la tristeza era calidez que un un hijo le entrega a un padre mediante su amor.

Red  ⨾   SeongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora