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Su nariz se movía de forma chistosa, sin duda aquel omega era algo que nunca había visto. Tsukkishima lo miró largos minutos, el aroma cítrico a mandarina lo tenía flotando.

— Uhum... ¿qué es eso? — Preguntó con timidez al ver que la omega mayor de los tres sacaba de su bolso una especie de liquido.

— Es un aceite que he preparado, ayuda con las cicatrización y alivia el dolor. — Explicó con una pequeña sonrisa para tranquilizarlo, untando el aceite en la zona afectada del chico mientras este se dejaba hacer de forma distraída.

— Así que... ¿Yamaguchi se quedó con Yachi? — Pregunto Tsukkishima para no estar parado como tonto.

— Sí, salieron a recoger las hiervas qur necesito para hacerle la crema a Shoyo. — Explicó Shimizu con tranquilidad, envolviendo el torso del más bajito con una venda. — Listo.

— Gracias Kiyoko-san — Shoyo sonrió cómodo con la presencia de la omega mayor, esta dejo una caricia en su cabello.

— ¡Estan aquí!— Afuera de la tienda el grito de una chica se escucho, parecia más un chillido, y el galope de los caballos, Hinata se crispó en su lugar sintiéndose nervioso, ¿los habían encontrado?

Pero el toque en su cabello lo hizo sorprenderse, levantó la mirada al alfa que parecía casi igual de sorprendido que él. — Ah... tranquilo, solo son nuestros aliados. — Murmuró quitando su mano del cabello del más bajito.

— Oh....

— ¡Shh, shhh! ¡Calmados, por favor! — Reconoció la voz de Sugawara fuera de la tienda, y voces que parecían alborotadas también. — Esta en un estado delicado, no queremos presionarlo, así que por favor, les pido no decir nada inapropiado o referente a la rebelión.

Sugawara abrió la puerta de la tienda y le sonrió de forma reconfortante al omega más bajito que estaba crispado por tanto escándalo, sujetando la mano de Kiyoko algo nervioso.

— Hinata, hay personas que están esperando conocerte, sé que es algo difícil para ti mostrarte a las personas así que si no quieres los puedo convencer de venir más tarde. — Sugawara hablo con voz suave, mirando a Tsukkishima unos segundos antes de volver al omega pelirrojo.

¿Qué haces Tsukkishima aquí?

Hinata lo miro largos segundos, sabía que podía confiar en Sugawara, por lo que soltó a Kiyoko y corrió hasta el alfa peligris, escondiéndose detrás de él en señal de que podía salir solo si se quedaba a su lado, estaba nervioso u podía sentirlo, estaba crispado y sus ojos brillaban ligeramente. — Umh... vamos.

— Bien — Le dedicó una última mirada confundida al alfa rubio y salió de la tienda con Hinata escondido en su espalda, habían varias personas que parecían discutir entre ellos. — Capitanes.

— ¿Y, donde está? — Un chico de cabello rubio miro a todos lados de forma animada.

— Aquí.... — Se hizo a un lado ligeramente dejando ver al bajito omega que los miraba con el ceño fruncido, aun con la mitad del cuerpo escondido tras el alfa peligris. — Se llama Hinata Shoyo, lo estamos cuidando mientras se recupera de sus heridas.

— Woah... es muy pequeño. — El alfa se inclinó para poder estar a su altura. — Hey chiquitín, ¿te duelen mucho tus heridas? ¿como es que llegaste a ser un punto invisible en la sociedad? — El alfa se acercó al omega, a lo que este retrocedió.

El alfa lo tomo como si fuera un juego, después de todo creía que era un simple niño por su estatura y sus rasgos, a lo que alzo ambos brazos. — ¡Así será, te voy a atrapar escurridizo!

A Sugawara casi se le sale el alma al ver como Terushima se abalanzaba sobre Hinata, quien de por si ya estaba nervioso por la presencia de tanta gente, pero ya se estaba despidiendo del mundo cuando el alfa estaba por atraparlo.

— ¡Déjame! — Chilló haciéndose a un lado, tomando el brazo del alfa con una mano y jalando este, tomando impulso con el cuerpo y descargando una patada en su estómago que le hizo caer y rodar un tanto lejos.

— ¡Uhg! — Tosió recuperando el aire y quedando en blanco, ¿el niño lo acab de pateat y dejarlo casi sin aire? — ¡Y-yah! Soy un alfa.

Hinata le empezó a gruñir, sus ojos se habían afilado nuevamente y estaba alejándose poco a poco sin quitarle los ojos de encima. — Terushima por favor cálmate, Hinata no sabe controlar sus feromonas — Sugawara intervino con el ceño fruncido, haciendo referencia  a que si Hinata llegaba a descontrolarse todos podrían ahogarse en sus feromonas.

— ¡me pateo! — Chilló indignado.

— ¡Te lanzaste encima!

— ¡Creí que estábamos jugando!

— ¡No soy un niño! — Chilló soltando un gruñido parecido al que hacían los gatos cuando estaban enojados.

—¡¿NO LO ERES?! — Chilló de vuelta.

— ¡Claro que no, imbecil!

— Uhg, ¡pero sigo siendo un alfa! — Lloriqueó zapateando, parecia un niño haciendo un berrinche.

— Esto es incomodo. — Rió bajito un castaño a un lado.

— Lo es. — Asintió el pelinegro a su lado.

— ¡Hey, hey, hey! ¡Lamento tardar estaba con Akaashi! — Un chico de cabello plateado llego corriendo, totalmente ajeno a su entorno y tropezando con un pequeño omega pelirrojo.— ¡oi! ¡Perdona, no te vi! — Chillo preocupado para luego pegar un salto asustado por la mirada brava del chico, la pupila de sus ojos estaba en una fina línea y sus ojos marrones brillaban en rabia.

Pero una larga mano cubrió los ojos del pelirrojo, y lo atrajo a su cuerpo, y otro alejó con cuidado al alfa mayor y temeroso por la agresividad del más bajito. — No lo toques.

— Oi, Tsukkishima, no quería tropezar con él.

— Deberías tener más cuidado, Bokuto-san. — Tsukkishima hablo severo, haciendo que Bokuto le fuera a llorar a Kuroo por la frialdad de Tsukkishima.

— ¿Kageyama? — Inquirió Hinata más relajado, respirando de forma errática aún por la ansiedad.

— Si, soy yo, tranquilo. — Murmuró acariciando su cabello pero sin quitar la mano de sus ojos, para nobponerlo nervioso.

Sugawara los miro, agradecido de la intervención de ambos alfas y con las piernas temblando.

Daichi me va a matar.

El hijo del Rey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora